“Guerra avisada no mata soldado”. La sabiduría popular es contundente y no tiene dobleces. La realidad es que el gobierno “se buscó cuchillo para su propio pescuezo”, al convocar al Centro Carter y a la OEA como observadores en el proceso de solicitud de los referendos revocatorios.
El reciente conflicto entre el CNE y la misión de observadores, ocasionado por un comunicado de estos en el que rechazan por ilegal la voluntad de los firmantes de retirar su firma o “arrepentirse” de haber firmado solicitando un revocatorio, es consecuencia directa del perdón conferido por el gobierno a los golpistas después del paro-sabotaje petrolero, y a los acuerdos firmados con estos el 29 de mayo de 2003, a partir de los cuales la OEA y el Centro Carter adquirieron el “derecho” de husmear e inmiscuirse en los asuntos internos del país.
Ahora la Coordinadora Democrática sale presurosa a defender a estos confesos agentes del imperialismo y de la burguesía golpista nacional. “Que no se vayan, que no se vayan”, gritan angustiados. No es casual que ambos estén en contra del “arrepentimiento” de los firmantes. Por supuesto, ambos bailan al mismo son... y hablan el mismo idioma: el inglés del Departamento de Estado.
Hemos dicho en reiteradas ocasiones que estos dos organismos no son imparciales ni objetivos, son, en rigor, la correa de transmisión del imperialismo al interior del CNE. La avanzada intervensionista a través de la cual se expresa su táctica de “contrarrevolución democrática”.
Ahora el presidente del organismo comicial y el rector Jorge Rodríguez, aparecen molestos ante las cámaras de televisión, exigiendo que se retracten de lo afirmado en el antes mencionado comunicado, so pena de prescindir de sus “servicios”. Ahora nos preguntamos, ¿por qué tanta amenaza y bravuconería a destiempo? ¿por qué no deciden de una vez desembarazarse de la OEA y el Centro Carter? ¿Hasta cuándo darle concesiones a los golpistas? Es que no ha sido suficiente con dar un golpe de Estado y liquidar por 48 horas las libertades democráticas; asesinar a cientos de venezolanos; sabotear a PDVSA, y ahora, organizar bandas paramilitares fascistas. Estos asesinos que han cometido todo género de tropelías contra el pueblo y los trabajadores no tienen ningún derecho para invocar la Constitución; no deberían estar pidiendo referendos ni se les debió conceder la oportunidad de seguir haciendo trampas en los reparos. Simplemente no recogieron las firmas, sin embargo, el CNE les ha vuelto a dar una oportunidad. Lo que han hecho es enredar más la cosas y continuar institucionalizando la impunidad. Es hora de decirle al imperialismo que no continúe su intromisión en los asuntos internos del país; es el momento de que la OEA y el Centro Carter se retiren, y que los golpistas vayan a “reparar” a la Luna o a algún otro astro de su preferencia.
Prof. Miguel Angel Hernández Arvelo
Profesor de la Escuela de Sociología de la UCV y miembro de la dirección nacional de Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR)
miguelaha@aporrea.org
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