ANTE LOS REPAROS: PERMITIR LA IMPUNIDAD Y EL FRAUDE ES ANTIDEMOCRATICO Y CONTRARREVOLUCIONARIO.
NO LA RECOGIERON Y SON DELINCUENTES ELECTORALES.
LA UNICA SALIDA ES LA MOVILIZACION DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO
La oposición golpista ha gozado de una escandalosa impunidad para conspirar libremente y montar todo tipo de celadas y trampas contra el proceso revolucionario. Se les permitió el fraude con el “Firmazo” y se negoció la inclusión de firmas “chimbas” con una flexibilidad insólita. Eso no es más democrático; eso va contra la democracia.
La dirigencia política del Comando Ayacucho y la dirigencia gubernamental parecen no atreverse a ir más allá de la denuncia, todos denuncian hechos ilícitos, son especialistas en denunciar, pero ni siquiera se actúa frente a los delitos más flagrantes de la oposición. Pasaron dos años para que Capriles Radonsky fuera detenido, pero por ahí siguen los demás golpistas, ocupados en traer paramilitares y organizar fraudes electorales sin castigo.
No se trata sólo del Sistema Judicial maniatado por los reductos de la IV República, no se trata sólo de que el TSJ convalidó el golpe con el “vacío de poder”; el propio Chávez, el gobierno y el Comando Ayacucho no han apelado a su poder de convocatoria para movilizar al pueblo en contra de la impunidad y del fraude. En consecuencia, las concesiones a la oposición golpista, en lugar de ser motivo de alarde democrático y de tolerancia, son la manifestación más triste de la inaplicabilidad de la Constitución y del irrespeto al derecho democrático de este pueblo a defender las conquistas de su revolución. La permisividad y la impunidad con el fraude y con el delito electoral son antidemocráticas, van contra las conquistas de la Constitución, son un insulto y una burla al pueblo, son una de las peores amenazas que tiene sobre sí el proceso revolucionario. No somos más democrático por permitir que se alcahueteen los desmanes de la oposición; todo lo contrario, eso carcome y conculca la democracia: El pueblo tiene derecho a que se aplique sin vueltas la Constitución que respaldó.
Gracias a la hiper-tolerancia, la oposición tuvo repetidas oportunidades de volver a agredir al sistema democrático, realizar distintas intentonas de golpe una tras otra y continuar casi indemne, poniendo en gravísimo peligro al proceso revolucionario, poniendo trabas a cada paso, y también ha jugado con la vida de todos los luchadores populares. Los golpistas tenían que estar presos y no tenían derecho a recoger firmas para el revocatorio; se les dejó recogerlas con fraude y encima les otorgaron los reparos. Ahora vuelven a intentar otro fraude, de manera aún más escandalosa y audaz. No han recogido las firmas necesarias para activar el referéndum revocatorio, y si las presentaran, de todos modos el proceso debería ser anulado por fraudulento y detenidos todos los delincuentes electorales, con el pueblo en la calle respaldando la aplicación de la Constitución y avanzando hacia la profundización de su proceso revolucionario.
Aquí tiene que hacerse, a fondo, un balance de la manera como se está conduciendo el proceso político y el tratamiento que se le da a la conspiración golpista. Pero, sobre todo, hay que encauzar la fuerza del pueblo movilizado como factor fundamental para lograr la victoria, porque una cosa es segura: La oposición tiene dinero y tiene al imperialismo (que está metido en “camisas de once varas” por el mundo adelante), puede que tenga aún a una minoría conspiradora en la Fuerza Armada, pero NO TIENE AL PUEBLO.
