Venezuela:

De la Revolución Bolivariana de Chávez al régimen lumpenburgués, antiobrero y autoritario madurista

Ponencia de Gonzalo Gómez (Marea Socialista, Venezuela) en Seminario Internacional de la LIS sobre Venezuela, Nicaragua y Cuba (28-10-2023)

 

1. En Venezuela, con el triunfo electoral de Chávez en 1998, se abrió un proceso conocido como la "revolución bolivariana", que fue una revolución democrática y popular con características antiimperialistas; período en el cual se alcanzaron importantes conquistas sociales, mejoras palpables en las condiciones de vida de la clase trabajadora y el conjunto del pueblo más pobre. Además hubo un alto grado de movilización y participación democrática, con organismos comunitarios (llamados de "poder popular"), algunas instancias de contraloría social y formas incipientes de cogestión y control obrero, a la par de ciertas nacionalizaciones, acompañadas de una política internacional que apuntaba a la unidad latinoamericana y a un desarrollo más independiente de las economías frente al sometimiento imperialista neocolonial. Esto fue así dentro del marco del capitalismo global, aunque Chávez llegó a proclamar el carácter "antiimperialista" e incluso "socialista" de la revolución bolivariana.

2. La dirigencia política de la revolución bolivariana en ese entonces era una dirigencia cívico-militar de carácter predominantemente plebeyo y en la que participaban sectores de la oficialidad media de las fuerzas armadas, junto con militancia procedente de partidos de izquierda, incluidos algunos que habían participado de la lucha guerrillera de los años 60, 70 y 80 (s. XX). El peso de sectores burgueses era muy escaso y la dirección política estaba estrechamente vinculada con las bases populares de la sociedad.

3. Los antecesores políticos de Marea Socialista (derivados del viejo PST-La Chispa) acompañaban de manera crítica la experiencia de la revolución bolivariana. Fuimos impulsores de su candidatura presidencial, participamos con la vanguardia antigolpista en los hechos del 11 y 13 de abril de 2002, y posteriormente tuvimos un rol muy importante en la reorganización del movimiento obrero chavista con la creación de la Unión Nacional de Trabajadores. Frente a las inconsecuencias y contradicciones del gobierno bolivariano, algunas de las tendencias del trotskismo que estaba unificado en el Partido Revolución y Socialismo (PRS), decidieron asumir una política de oposición al gobierno Chávez. Pero otros decidimos que había que acompañar al pueblo chavista en su experiencia, con una política de apoyo crítico, seguir enfrentando las intentonas contrarrevolucionarias del imperialismo y la derecha, e intentar desarrollar una corriente revolucionaria y socialista que apuntase a rebasar el nacionalismo pequeño-burgués progresista y reformista del chavismo, para ir a una verdadera transición al socialismo. Fue entonces cuando se constituyó Marea Socialista y tomó la decisión de sumarse al llamado de Chávez de construir el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a partir del año 2006; habiéndolo hecho sin perder su condición de tendencia política crítica, con prensa propia e iniciativas independientes, actuando sobre la militancia más avanzada del PSUV y en ligazón estrecha con el movimiento obrero y popular más radical.

4. Sin embargo, lo que primó en la dinámica de la revolución bolivariana, en contradicción dialéctica con sus aspectos más progresivos, fue la burocratización y militarización creciente, sofocando a la proclamada "democracia participativa y protagónica" y a las pocas expresiones del naciente "poder popular", truncando la construcción del llamado "Estado Comunal" y generando una presión cada vez más regresiva y de asimilación capitalista que truncaría el avance del proyecto en todos los sentidos. No fue posible llegar a cuajar orgánicamente esa llamada "corriente radical" o del "chavismo crítico" que intentábamos organizar y que se confrontaba con las posiciones y métodos de la dirigencia del PSUV, y de alguna manera con posiciones y actitudes del propio Chávez. Llegamos, sin embargo, a tener delegados en los congresos (dónde dábamos la batalla en pro de un programa para la revolución socialista y por la democracia interna del partido), tuvimos muchos dirigentes sindicales, activistas barriales, y algunos militantes de Marea llegaron a ser miembros electos de organismos regionales de dirección, encabezando también organismos amplios de articulación popular y de medios alternativos.

5. En la raíz de esa burocratización y militarización, estaba la corrupción y la acumulación mafiosa de capital por los altos funcionarios del Estado y los testaferros a su servicio. Esta degeneración de la revolución bolivariana se inició estando al frente del gobierno el propio Chávez, aunque bajo su liderazgo se mantenían las políticas progresistas y populares, que en algunos momentos mostraban cierta radicalización, pero terminaban distorsionándose y languideciendo. Pocos meses antes de morir por su enfermedad, en octubre de 2012, Chávez llamaba a un "Golpe de Timón" que parecía tensar, en cierta medida, en favor del proyecto antiimperialista y de "transición al socialismo", rumbo a lo que en el marco del "Estado Comunal" se entendía como un mayor peso de las comunidades organizadas en el ejercicio del poder, sin estar ello muy bien definido. No obstante, el desfalco burocrático combinado con el descenso de los precios de las materias primas ya mostraba su impacto negativo y causaba desgaste a la revolución bolivariana y en sus posibilidades futuras.

6. A partir de la muerte del presidente Chávez y su relevo por Nicolás Maduro, siguieron aumentando las presiones y saboteos de la burguesía y el imperialismo, lo que agudizó mucho más la crisis económica, además de que el desfalco y fuga delictiva de capitales no se detuvieron, llegando a ser estimado el robo a la nación en más de 500 mil millones de dólares; varias veces superior a la deuda externa y al volumen de toda la economía. La burocratización que se venía experimentado y la depredación de los recursos del Estado se fueron profundizando cada vez más, lo que más allá de esa burocratización, fue llevando a crear una lumpenburguesía, a partir de la gestión económica corrupta y el desfalco, así como de las economías ilícitas y también de la Deuda Externa corrupta. El peso de las economías ilícitas o delictivas en Venezuela se estima en al menos el 21 % del PIB y el país está considerado entre los más corruptos del mundo.

7. Al ir cambiando la condición de clase de la casta burocrática, fueron cambiando también, junto a su conversión en parte objetiva de la clase propietaria, el tipo de relaciones sociales entre esta dirección política de Estado, la clase trabajadora y los sectores populares. En función de sus nuevos intereses de clase, y también en contradicción con su ideología manifiesta y su base social histórica de apoyo, la dirigencia fue cambiando todas sus políticas; tanto la económica como el modo de ejercer el poder: cambio de un régimen nacionalista-democrático con rasgos bonapartistas-suigeneris (hiperliderazgo de Chávez) y de corte popular-progresista a un régimen cada vez más reaccionario, autoritario e inclinado a ciertas políticas similares a las calificadas como neoliberales con dolarización de hecho, precarización y flexibilización laboral extrema, tendencial reapertura a capitales extranjeros, medidas propias de los típicos paquetes de "ajuste" económico, más en los hechos que en el plano formal-legal.

8. La burocracia devenida en lumpenburguesía se convirtió así en francamente contrarrevolucionaria, con un marcado giro a la derecha cada vez más pronunciado, y perdió cualquier atisbo de "progresismo".

9. Continúa, no obstante, el antagonismo con los sectores de la burguesía tradicional o clásica opositora, a la cual desplazó del poder y que incluso fue objeto, en muchos casos, de despojo económico, pero con la tendencia a que sectores de ésta procuren en las negociaciones económicas y políticas, a partir del fracaso de los intentos de desalojar al gobierno por la vía conspirativa y con el avance de la asimilación capitalista del aparato burocrático gubernamental. Todo ello en el marco del juego del "garrote" y la "zanahoria" que rige el comportamiento del Imperialismo con la dirigencia bolivariana. Por eso, se ha venido conformando una especie de nueva oposición "moderada" que concilia con el gobierno de Maduro y que se enfrenta con los que siguen en la línea dura.

10. Entre las características que tiene la etapa post Chávez bajo la presidencia de Nicolás Maduro en Venezuela, podemos resaltar: a) una deriva autoritaria y represiva creciente, especialmente con el movimiento obrero y popular y con la izquierda crítica u opositora al madurismo, ya que cada vez más el gobierno negocia políticamente con sectores de la oposición burguesa (y económicamente); b) aplicación de políticas económicas y laborales muy antiobreras que han llevado a la práctica supresión del salario, con salarios mínimos por debajo de 5 dólares mensuales, lo que representa oferta de mano de obra gratuita al sector patronal y a las transnacionales, con un costo salarial "cero" (todo el trabajo es plusvalía); c) reducidísimo margen de libertad sindical, destrucción o cooptación de la gran mayoría de las instancias sindicales y gran merma de la capacidad de movilización de la clase trabajadora, mediante la burocracia sindical y las acciones represivas; d) medidas y nuevas leyes de apertura de la economía a las transnacionales (incluyendo a las norteamericanas y europeas, y a las de los imperialismos emergentes como China y Rusia), con tendencia a la privatización o a dar más peso al capital privado en empresas mixtas del sector público , así como en la búsqueda de inversiones bajo un esquema que pudiésemos llamar de "libre mercado controlado" (o descontrolado) por la burocracia del Estado, aunque usando a veces nombres engañosos como el de la Ley Antibloqueo, una ley de Zonas Económicas Especiales y la minería depredadora en el Arco Minero del Orinoco (inicialmente aprobado por Chávez). Por todo ésto vienen avanzando las negociaciones con el imperialismo, económicas (reducción de sanciones) y políticas (diálogo con la oposición burguesa).

11. Sobre el tratamiento que da el gobierno de Maduro a la izquierda crítica u opositora, debemos mencionar que a Marea Socialista se le impidió desde el Consejo Nacional Electoral y desde el Tribunal Supremo de Justicia iniciar su proceso de legalización para participar en elecciones. El gobierno tiene la práctica de intervenir las directivas de los partidos para inhabilitarlas y otorgarles la legalidad a dirigente o grupos que le apoyan o acuerdan con él, mientras le retira la representación política a quienes se le enfrentan o le incomodan, como ocurrió con la dirigencia histórica del PPT y del Partido Comunista de Venezuela (PCV).

12. Hay que señalar que, si bien el gobierno culpa a las medidas de bloqueo y de sanciones a actividades económicas del mercado externo por la crisis económica y la insuficiencia de recursos, muchos problemas económicos son previos y las sanciones lo que han hecho es agravarlos; pero el desfalco-corrupción, la fuga delictiva de capitales y el endeudamiento ilegítimo son los factores más determinantes, lo cual podemos ejemplificar diciendo que el volumen estimado del desfalco continuado a la nación hubiese dado para pagar salarios que cubriesen el costo de la canasta básica familiar (lo que indica el Art 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para el salario mínimo), calculada actualmente por encima de los 900 dólares mensuales, a una población laboral de 14 millones de personas, todos los meses durante al menos 3 años y medio, y durante 7 años al costo de la canasta alimentaria (entre 400 y 450 dólares al mes), mientras que el salario mínimo oficial se mantiene desde hace varios años entre 3 y 5 dólares mensuales, quizás el más bajo del mundo. La falta de salario, es entre otras, una de las principales razones que ha impulsado la migración forzosa de alrededor de 7 millones de venezolanos, sin ser un país en guerra.

13. Todo lo anterior marca una situación reaccionaria y de derrota de la clase trabajadora y del movimiento popular en Venezuela, que ha dado al traste con la Revolución Bolivariana que conocimos y frente a la cual esta siendo muy difícil responder, siendo necesario un período de acumulación de fuerzas y de recuperación en todos los sentidos, que requiere del mayor apoyo internacional a las luchas que pueda dar el pueblo venezolano por sus reivindicaciones y derechos.

14. Por consiguiente, la izquierda nacional e internacional, debe dar por terminada cualquier posibilidad de que con esta dirección contrarrevolucionaria pueda recuperarse el curso de la revolución bolivariana, porque la misma ha acaudillado una contrarrevolución que ha impuesto un régimen reaccionario y antiobrero. Ha de tener en cuenta que oponerse al bloqueo y sanciones económicas no justifica brindar ningún apoyo político al gobierno de Maduro, y ésta es una de las grandes discusiones que tenemos con el "campismo", que pretende justificar el apoyo a Maduro por el sólo hecho de que tiene roces con el imperialismo; no sabiendo distinguir entre el apoyo a un pueblo y el apoyo a un gobierno que lo maltrata.

15. Una cuestón fundamental que queda por responder es por qué hasta ahora todas las revoluciones han terminado burocratizadas, degeneradas y convertidas en su opuesto, unas antes y otras después, imponiéndose sectores dominantes de su dirección que van asimilándose cada vez más al capital. Aquí hay que resaltar la simbiosis entre la burocracia política y la militar. En el caso de Venezuela, ha contribuido con esto el estalinismo cubano.

16. La lucha antiburocrática es clave en los procesos revolucionarios, la educación de los cuadros y la educación de masas sobre la importancia de la participación protagónica y democrática para no dejar en otras manos los asuntos de un país (o de cualquier organización, sindicato, partido, comunidad, ciudad…), la planificación democrática sobre bases científicas y el ejercicio de la contraloría social, para detectar, detener y castigar la corrupción, la construcción de organismos de poder obrero popular y de partidos revolucionarios con una sólida moral, la dinámica de "revolución permanente" con el programa revolucionario de transición al socialismo concatenado a la lucha internacional y al internacionalismo (construir la Internacional)… Pero este es un tema que tiene que ser mucho más estudiado y discutido, para darle mejores respuestas políticas-programáticas, organizativas, de planificación, de construcción de poder obrero-popular, de capacitación y práctica autogestionaria, de formación militante y ciudadana, educativas y socio-culturales.

17. Cobra entonces una importancia clave la formulación de políticas y de un programa a la vez anticapitalista y antiburocrático, contra la gestación de burocracias y contra las nuevas y viejas burguesías (en el caso de Venezuela la neo-burguesía salida de la degeneración del chavismo y la burguesía clásica o tradicional).

18. En Venezuela nos encontramos en una situación muy difícil donde tenemos que defender la satisfacción de las necesidades más elementales del pueblo, impulsar luchas para la recuperación del salario y muchas reivindicaciones históricas de la clase trabajadora sobre las que se avanzó en el período de Chávez y que ahora se han perdido por completo. Debemos recuperar libertades y formas de organización básicas como las sindicales, y defendernos de la represión por un lado y del chantaje clientelar del Estado, articular y unificar luchas, potenciar la capacidad de movilización e ir realimentando la conciencia de clase. Tenemos que esforzarnos para que el repudio a la burocracia-lumpenburguesía gobernante no siga siendo capitalizado por los partidos de la oposición patronal con odio por "socialismo" (a causa de la versión distorsionada de falso socialismo con la que se encubre la burocracia). Tenemos que batallar frente a la pérdida de independencia política de la clase trabajadora y el pueblo entre dos derechas (la gubernamental y la clásica). Es muy importante manejar consignas anticorrupción, expropiación y recuperación de recursos sustraídos por los corruptos, su denuncia y destitución de los cargos públicos, la exigencia de auditorías públicas y ciudadanas en las empresas e instituciones del Estado y el desconocimiento de la deuda ilegítima y corrupta. También es clave reclamar la anulación de las leyes que favorecen la corrupción y el saqueo del país: Ley Antibloqueo, Ley de Inversiones Extranjeras, de Zonas Económicas Especiales, Arco Minero del Orinoco… La defensa de los derechos democráticos y políticos y de la posibilidad de elecciones limpias con todas las garantías es igualmente un reclamo central.

19. Para eso es necesario estimular un reagrupamiento revolucionario que ayude conducir esta batalla al calor de los nuevos episodios de la lucha de clases que se han de presentar y con esa perspectiva construimos nuestro partido, Marea Socialista, en vinculación con la LIS, y con el objetivo puesto en que una nueva revolución venezolana nos lleve a conquistar un gobierno de los trabajadores y el pueblo, basado en el poder obrero y popular, anticapitalista y antiburocrático, verdaderamente democrático y con el rumbo de avanzar en la transición al socialismo, evitando la degeneración burocrática de ese proceso.

 

Nota: Este documento fue tomado por el autor como base para su exposición en el Seminario Internacional de la Liga Internacional Socialista (LIS) realizado el 28 de octubre de 2023 sobre: Nicaragua, Venezuela y Cuba. Balance, actualidad y perspectivas. Ver en: https://youtu.be/s2x7xDFveco (Segunda ponencia)

 



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Gonzalo Gómez Freire

Psicólogo y comunicador popular, cofundador de Aporrea. Miembro de la Coordinación Nacional de Marea Socialista. Militante internacional de la Liga Internacional Socialista (LIS).

 gonzalo@aporrea.org      @GonzaloAporrea

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