Lo golpistas fracasaron, pero...

¿Por qué no puede ni debe haber referéndum?


No hay referéndum!!! Esto, sin duda, es lo más importante para los trabajadores y el pueblo, así como para la profundización del proceso revolucionario en el país. Los golpistas fracasaron nuevamente. No lograron “reparar” las firmas necesarias para activar el referéndum revocatorio, a pesar de la gran cantidad de marramucias que hicieron, tanto en el llamado “reafirmazo” del pasado año, como ahora en los reparos del fin de semana.

Independientemente de la cantidad de firmas que los golpistas hayan “reparado”, y del total que tengan “validas”, lo cierto es que estas fueron logradas a través de toda clase de trampas, las mismas a las que siempre nos tuvieron acostumbrados adecos y copeyanos: “acta mata voto”; muertos y menores de edad firmando; cédulas clonadas y falsas; firmas “chimbas” y presiones de todo tipo.

¿Por qué llegamos hasta los reparos?

Nunca se debió llegar hasta los reparos. Ahora, a pesar que los golpistas no recogieron las firmas, nos encontramos en una especie de limbo, gracias a una concesión graciosa del CNE, el cual, en lugar de declarar que no podía haber referéndum ya que la Coordinadora Democrática no recolectó las firmas necesarias para activarlo, les concedió, con los reparos, una nueva posibilidad de fraude, como si el que habían ejecutado no era suficiente. Simplemente el organismo comicial debió dictaminar que no tenían las firmas válidas suficientes para solicitar el referéndum. No habiéndolo hecho, se inventó la extraña figura de los “reparos”, algo que no estaba contemplado en ninguna parte.

Sin embargo, es necesario explicar qué factores permiten que los fulanos reparos aparezcan en escena. En primer término, la flagrante impunidad existente en el país, la cual fue institucionalizada por el TSJ en su ya tristemente célebre decisión de no enjuiciar a los golpistas. Pero es justo decir que la impunidad no empezó ni terminó con esta decisión. El gobierno tampoco ha hecho mucho, más allá del discurso, para castigar a los golpistas. Es cierto que los tribunales, el TSJ, las inspectorías del Trabajo, la Fiscalía y demás instituciones no han hecho nada para acabar con la impunidad, no pueden hacerlo porque son organismos burgueses, penetrados hasta los tuétanos por funcionarios y representantes del golpismo y de la IV República. Pero también es cierto que Chávez refrendó, en cierto modo, este estado de indefensión de los trabajadores y el pueblo pidiéndole perdón a los golpistas, algo que nunca ha sido entendido por el pueblo que luchó para restituirlo en el gobierno y rescatar las libertades democráticas cercenadas por el golpe fascista de Carmona. Además, luego del golpe de abril de 2002 restituyó a los meritócratas que poco antes había despedido de PDVSA en medio de un show innecesario y de mal gusto. Igualmente, después del paro patronal y el sabotaje a nuestra empresa petrolera, volvió a convocar a los golpistas a una mesa de negociación que posibilitó los acuerdos de mayo del 2003, los cuales hoy avalan las exigencias de referéndum que los fascistas de la oposición enarbolan. Es cierto que las instituciones del Estado poco han hecho para meter en cintura a los golpistas, pero también es cierto que el gobierno ha podido aplicarle sanciones tributarias y administrativas a los empresarios y medios golpistas; seguirle juicio a los militares y civiles implicados en el golpe y en el sabotaje a PDVSA, sin embargo, no lo ha hecho. Para ello ha contado con el respaldo de la mayoría de la población. Ha podido apoyarse en la movilización de los trabajadores y el pueblo para presionar a los tribunales y a la Fiscalía, pero no lo ha hecho.

Los golpistas de la Coordinadora Democrática no deberían estar exigiendo la realización del referéndum, no se les debió conceder los reparos. En rigor, deberían estar presos e inhabilitados políticamente, pagando los delitos y asesinatos cometidos contra el pueblo en su afán de liquidar el proceso revolucionario.

Gracias a los acuerdos firmados por el gobierno con los golpistas el pasado año es que tenemos metidos en el país al Centro Carter y a la OEA, organismos que son la avanzada del imperialismo norteamericano en el CNE. Estos no pueden ser observadores imparciales porque están comprometidos con los golpistas de la Coordinadora Democrática. ¿De cuándo acá, los pueblos de América Latina podemos confiar en un expresidente de la mayor potencia imperialista de la historia y en lo que el Ché Guevara llamó “el Ministerio de Colonias de los Estados Unidos”?

Llegamos a los reparos gracias a la impunidad y a las concesiones otorgadas por el gobierno a los golpistas, así como por la incapacidad manifiesta de esa caterva de ineptos del Comando Ayacucho, que dejan mal parado al Gran Mariscal Sucre. No entramos en el proceso de reparos como consecuencia de derrotas del movimiento popular o de una imposición del imperialismo y sus lacayos nacionales En realidad, a los golpistas no les quedó más opción que “aceptar” las fórmulas legalistas y constitucionales. No obstante, a esta canalla apátrida poco le importa la Constitución, y esto se puso de manifiesto en el golpe de abril de 2002, ellos acomodan las formas democrático-burguesas a sus intereses. El referéndum es un mecanismo más para sacar a Chávez y confiscar las libertades democráticas conquistadas por el pueblo. Su objetivo real es liquidar el proceso revolucionario por los medios que sea. Antes apelaron al golpe, al sabotaje petrolero, a la violencia “guarimbera” y al paramilitarismo, ahora privilegian los resquicios democráticos, los cuales les permiten llevar a cabo sus chapucerías y fraudes, pero sin perder de vista la posibilidad de utilizar la violencia como forma de presión.

La trampa democrático-burguesa

Después de haber derrotado en repetidas ocasiones al golpismo mediante la lucha, los trabajadores y el pueblo hemos tenido que aceptar meternos en este terreno leguleyo, alejado de la movilización, en el que prevalecen la trampa, las mentiras de los medios de comunicación y las presiones internacionales a través de la OEA y el Centro Carter. Entramos así en el ámbito del conciliábulo y del acuerdo a trastienda, propio de la democracia burguesa, la misma que la corrupta burguesía y sus partidos utilizaron durante los últimos 40 años para hacer toda clase de tracalerías con el apoyo del imperialismo. Un terreno alejado del pueblo sencillo y trabajador que no sabe de leyes, en el cual no cuentan las cifras y el número de firmas que tengan los golpistas sino la habilidad para presionar, comprar funcionarios, acomodar las leyes burguesas al interés que más convenga, en última instancia para negociar. En este terreno poco importa la movilización y la lucha del pueblo, aquí no cuenta la participación de las masas. Precisamente, lo que buscaban los golpistas era sacar al pueblo de la calle, encauzarlo por el camino de los prejuicios democrático-burgueses, por los derroteros de las elecciones, el referéndum y los reparos; ámbito en el que son expertos para engatusar y hacer trampas. Ya que le tienen terror a las masas movilizadas, y esto lo comprobaron en abril de 2002 y en el paro-sabotaje petrolero.



¿Por qué no puede ni debe haber referéndum?

Sin duda, las distintas modalidades de referéndum contempladas en la Constitución son una conquista democrática del pueblo venezolano, la cual, entre otras, se mantiene hoy vigente gracias a la movilización y a la lucha decidida de los venezolanos durante el paro-sabotaje petrolero y contra el golpe de abril de 2002. Sin embargo, el referéndum no puede ser entendido como una conquista abstracta, al margen de la lucha de los trabajadores y el pueblo ni de las acciones de violencia y agresión cometidas por los golpistas de la Coordinadora Democrática.

Y nótese que no hablamos a lo largo de estas líneas de “oposición”, sino de golpistas o fascistas. Porque el término “oposición” es un concepto asociado a la lucha pacífica, es decir, una categoría que responde a un momento no revolucionario. En Venezuela hay un proceso revolucionario en el cual el pueblo y los trabajadores se han tenido que enfrentar a un enemigo poderoso e implacable, con muchos recursos y apoyado por el imperialismo norteamericano, que no ha tenido miramientos para asesinar; dar un golpe de Estado; manipular y mentir descaradamente a través de los medios de comunicación; afectar la economía y el nivel de vida de la población con un criminal sabotaje a nuestra principal industria; generar violencia y caos a través de la “guarimba”y organizar bandas fascistas paramilitares con el apoyo de gobiernos extranjeros. En nuestro país estamos muy lejos, lamentablemente, de una lucha pacífica, por el contrario, la violencia física y psicológica desatada por la burguesía y el imperialismo han sido “el pan nuestro de cada día”. De tal forma que las instancias democráticas, como el referéndum, deben ser ponderadas en el contexto del exacerbado proceso de lucha de clases que se desarrolla en el país. Este no puede ser un derecho que se tiene porque sí, o simplemente porque está establecido en la Constitución.

En el día de ayer el presidente Chávez planteó que se sentiría muy feliz de ir al referéndum, cuestión que ya ha planteado en otras ocasiones. Agregó que: “si me ganan me voy”. Por otra parte, en el día de hoy Juan Barreto afirmó que “a quien más le conviene un referéndum es a nosotros”. Luego insinuó que si los golpistas no recogieron ni el 20% del universo electoral, reflejaba que un referéndum lo ganaríamos, y siguió con una cháchara electorera y de supuestas encuestas favorables a Chávez. No queremos pensar que esta sea una tendencia o una matriz política que esté ganando fuerza en el seno del gobierno y del Comando Hablamucho, como sabiamente lo ha bautizado el pueblo. Esto significaría estar dispuesto a negociar con los golpistas un referéndum al cual no tienen derecho, no sólo por tramposos y porque no lograron recoger las firmas, sino porque además, este acto estaría viciado por la impunidad, por los crímenes cometidos contra el pueblo, por el cercenamiento de las libertades democráticas y el sabotaje a PDVSA. De tal forma que el referéndum realizado en estas condiciones tendría un efecto desmoralizador en importantes sectores del pueblo que se movilizó para restituir a Chávez en el gobierno y para defender a nuestra empresa petrolera. Por otra parte, se estaría convalidando la impunidad, ya que los que hoy invocan el revocatorio deberían estar presos, pagando sus delitos e inhabilitados para ejercer el derecho político del referéndum.

No se trata de que “si pierdo me voy”. Porque se estarían olvidando todas las trampas y fraudes cometidas por los golpistas en el “reafirmazo” y en los reparos, y que el mismo Presidente ha denunciado y del cual hay sobradas pruebas; se estaría botando al cesto de la basura la lucha consecuente de los trabajadores petroleros que contra viento y marea echaron a andar nuestra principal industria; se estaría menospreciando la abnegación de las madres que lucharon para mantener abiertas las escuelas y defender el derecho al estudio durante el sabotaje petrolero; se pasaría por alto la movilización del pueblo para restituirlo en Miraflores.

Por otra parte, un referéndum con medios de comunicación sirviendo de aparato ideológico y propagandístico de la contrarrevolución; con el Centro Carter y la OEA husmeando en todos los rincones del CNE; con las anteriores experiencias de fraude cometido por los golpistas, y contando probablemente con un apoyo financiero y tecnológico masivo del imperialismo, no estaría garantizado. Como dijimos previamente, no estamos frente a un proceso pacífico que transcurriría tranquilamente dentro del marco democrático; donde los actores cumplirían con sus responsabilidades, sino una lucha encarnizada de la burguesía y el imperialismo por liquidar el proceso revolucionario, apelando a todos los medios y recursos necesarios. Aquí poco importarían los formulismos democráticos, ni las encuestas ni los “universos electorales”. Un fraude de proporciones gigantescas sería lo que nos esperaría. Por todas estas razones no puede ni debe haber referéndum.



¿Qué hacer? Prepararnos para la lucha y la movilización

No podemos cantar victoria. Aunque no “repararon”las firmas que necesitaban, lo peor que podemos hacer es dormirnos en los laureles. Debemos estar alertas ya que los golpistas, con el apoyo del imperialismo y de los medios de comunicación nacionales e internacionales van a intentar desconocer los resultados y apelar a todos los métodos que se les ocurra para imponernos el referéndum. Ya están presionando al CNE –aprovechando la debilidad que este organismo ha manifestado en otras ocasiones- y generando en los medios una matriz de opinión que los favorezca.

Debemos seguir el ejemplo de muchos trabajadores y de las organizaciones populares que en muchos estados y ciudades, ayer salieron a manifestar celebrando los resultados de los reparos. Ese fue el caso de los compañeros organizados en la Asamblea Popular Revolucionaria que en Caracas se volcaron a las calles y a las puertas del CNE, o los camaradas de la Radio Comunitaria Alí Primera en El Valle, encabezados por Alí Verenzuela, que hicieron otro tanto. Así como los sindicatos de la UNT en Carabobo y Aragua, dirigidos por los camaradas Stalin Pérez, Orlando Chirino, Richard Gallardo y otros, y los activistas del Movimiento Clasista La Jornada de la refinería de Puerto La Cruz, con el compañero José Bodas a la cabeza.

Hay que continuar la movilización y la presión sobre el CNE para exigir un pronto anuncio que confirme que el referéndum no va. En tal sentido, es urgente deslastrarnos de ese Comando Ayacucho, que de comando no tiene nada, y mucho menos de la gesta libertadora de Ayacucho. Para ello proponemos que sea el mismo movimiento obrero y popular que se articule, a través de la UNT, los Círculos Bolivarianos, la Asamblea Popular Revolucionaria, los comités de tierra, los medios alternativos y las organizaciones políticas verdaderamente revolucionarias, para conformar un Frente Revolucionario, a escala nacional con expresiones regionales y locales, que organice la lucha y la movilización.



Miguel Angel Hernández Arvelo
Profesor de la Escuela de Sociología de la UCV y dirigente nacional de Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR)
miguelaha2003@yahoo.com















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Miguel Angel Hernández Arvelo

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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