Francamente no entendemos lo que hacen algunos compatriotas que dicen responder a los intereses del proceso revolucionario que vivimos, que estamos construyendo y por supuesto a los intereses del soberano, que es el dueño y señor de todo cuanto ocurre en función de fundar la república que dará origen a un mundo soñado desde nuestros antepasados encadenados por los perversos invasores imperialistas hasta los hoy sometidos psicológicamente y que día a día luchamos por romper el cerco de la alienación y condicionamiento que nos imponen ahora a través de la guerra de cuarta generación.
Decimos que no entendemos a esos compatriotas, porque de repente nos llega el pálpito de que están jugando para el otro equipo. Hay quienes desde sus posiciones de gobierno tratan mal a la ciudadanía, los que oyen, pero no escuchan los lineamientos que da el líder de la Revolución a través de sus dos cátedras de formación, como son: Aló Presidente teórico y Aló Presidente práctico, porque precisamente o hacen todo lo contrario o, hacen las cosas a medias.
Hay ejemplos que no vamos a puntualizar para no caer en señalamientos directos, pero que seguramente al hacer el comentario generalizado, los responsables o irresponsables van a sentir el dedo acusador de la Revolución que anda en la calle sin aspirar posiciones sino aportando humildemente para fortalecer este proceso inédito en el mundo. Uno se pregunta ¿Es posible que una instancia parlamentaria para hacer creer al Presidente y demás luchadores, que apuestan a la participación del pueblo en la discusión de leyes, monte un parapeto y en vez de abrir la discusión sobre la Ley de Educación, lo que hace es poner a la gente a firmar sin saber que está haciendo exactamente? Eso no es parlamentarismo de calle. Ese no es lineamiento nacional. Eso no es lo que espera el pueblo de quienes eligió no como meros representantes, sino para que abran espacios a la participación ciudadana.
Tampoco nos explicamos como es que honorables figuras del gobierno y del parlamento nacional estén en las pantallas de televisión avalando la supuesta imparcialidad, responsabilidad, equidad y veracidad de un canal golpista, que encabezó los sucesos de 11, 12 y 13 de abril. Miren camaradas, “Perro huevero ni que le quemen el hocico”. Esas inocentes tomas donde ustedes aparecen avalando la honestidad, la imparcialidad y talante democrático de ese canal, pueden ser cuchillos para sus propias gargantas, cuando llegue el momento de quitarle la máscara a ese icono de la guerra mediática.
Además hay que ser bien ingenuo para tragarse esa píldora de periodismo justo y balanceado. Basta con detenerse un poquito en la mañana cuando leen los titulares y ver como, cuando hay algo que les interesa dejarlo colar guillaito, se fajan a leerlo de manera inocente y balanceada, como los editoriales de Tal Cual y las sábanas de primera y última de El Nacional,El Universal y 2001, que solo falta que lean los avisos económicos, mientras que a Vea y Ultimas Noticias les dan un saludo a la bandera, salvo cuando a los ultimeños se les va la mano, y no hablemos de la prensa de provincia, donde escogen los más recalcitrantes disociadores. Ellos hacen el esfuerzo por ser ecuánimes y balanceados, pero algo en lo más recóndito de su corazoncito resiste y no se los permite.
Las misiones sociales no reciben el apoyo solidario que necesitan de parte de las instancias de gobierno en algunos estados y municipios, lo que hace que mucha gente murmure y denigre del presidente y del proceso, sin distinguir entre quienes son los responsables y eso pasa porque no estamos formando ideológicamente a la gente, para que aprenda a reclamar de oído y corazón y no solamente de oído, a quien compete y no echar toda la culpa al Comandante Chávez, que no puede multiplicarse para hacer todas las funciones en todas las instancias de gobierno.
Pero lo que colma nuestra capacidad de asombro, es lo que hacen algunos grupos anárquicos en nombre de la revolución. Acciones muy sospechosas, como las realizadas a favor de Globovisión, porque no se puede decir que son en contra. Cada vez que Globovisión está en el suelo, grave, deshidratada a punto de fallecer surge un colectivo de “Justicieros revolucionarios” a atacar sus instalaciones, tal y como ocurrió la mañana de este lunes 3 de agosto de 2009. Valga decir que no es la primera vez.
Los cuatro gatos y gatas que le quedan a Globovisión, cada día se reducen a menos, como se pudo apreciar con la manifestación convocada frente a Conatel,que había más gente en la parada del bus, que frente a la institución responsable del espectro radioeléctrico. Eso indica que Globovisión perdió poder.
Es decir, producto de la conciencia que ha adquirido el pueblo,los terroristas mediáticos se están quedando solos. Los deudos de este canal del terror y la subversión estaban en su velatorio, preparando el entierro, cuando como por arte de magia aparecieron los grupos violentos y como a Lázaro le dijeron: “levántate y anda”.
Al momento en vivo y en directo se activó nacional e internacionalmente la canalla mediática, que dirigida y pagada por la CIA y el sionismo, mantiene su artillería escrita y audiovisual apuntando a Venezuela y a los países que en el continente han abrazado el bolivarianismo como herramienta de lucha liberadora.
El terror resurgió de las cenizas, y de cadáver el día lunes, amaneció el martes revivido y repotenciado, como primera noticia en todos los centros de poder mediático en el mundo. Gracias a la acción delictiva de un grupito que le hace daño a la revolución. Se trata de una minoría,que por omisión, falta de compromiso o desviaciones perjudica al proceso, pero bien posicionada tanto en lo interno como en lo externo.
Hay que fortalecer la formación ideológica, la organización consciente, la claridad revolucionaria hasta internalizar que cuando ingresamos a una organización revolucionaria, no adquirimos privilegios, sino compromisos y obligaciones que cumplir con disciplina. De no entender esto y ponerlo en práctica; estaremos afilando cuchillos para la garganta de la revolución.
Periodista*
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