Páguenme a mí

Si lo que está en juego no fuera tan valioso me sentaría a ver -sólo a ver- como los medios de difusión masiva venezolanos vuelven trizas la sindéresis, la imparcialidad, la objetividad, la decencia, la democracia y la equidad. Me sentaría a ver cómo trabajan para acabar con la paciencia de quienes pensamos distinto a lo que nos pretende imponer la dictadura mediática.

Ver al señor Carter y al señor Gaviria rendirle una pleitesía inmerecida a Cisneros, Granier, Ravell, Croes y Zuloaga como si en Venezuela tuvieran alguna “representatividad” distinta a la que le confiere el tener biyuyo y poner al servicio de innobles intereses sus plantas televisoras, cuando menos, revuelve las vísceras.

Me hubiese gustado ver a estos dos ligaditos mover el 11 de abril sus humanidades para pronunciarse en contra del Golpe, tan rápido como vimos que movieron sus pailas al grito histérico y chillón del vicepresidente del CNE. Este señor al menor escollo o diferencia con sus colegas de directorio, sale corriendo a llamar a los observadores internacionales, que están a su vez sentaditos esperando que el teléfono les repique y para salir también corriendo a decir la estupidez más repetida en el último quinquenio: “En Venezuela hay una dictadura”.

Y es a esto último a lo que quiero referirme. La propaganda “referendaria” de la oposición ya está andando. Ir a un referéndum esgrimiendo consignas tan absurdas como “por nuestra libertad, por la democracia, contra la dictadura” es algo que ni el más enajenado compatriota de la oposición puede pronunciar sin que sienta un cortocircuito cerebral, porque sus neuronas inteligentes se niegan a procesar tal desatino.

Ahora los creativos de la Coordinadora de Oposición lo que quieren es paz. Y, nuevamente, sino fuera tan valioso lo que está en juego, me sentaría a ver lo que intentarán inocularnos en los próximos dos meses. Esto es lo que dirán: Chávez es el culpable de la violencia, el golpe, el sabotaje petrolero y la guarimba es culpa del gobierno: con Chávez no habrá paz. ¿Original no? Y oiremos gingles cursilísimos con espectaculares compatriotas “abanderadas” y veremos otra vez las horrendas imágenes sacadas de los 700 mensajes usados durante los dos meses de sabotaje (esto para ahorrar porque los creativos cobran burda). Señores de la oposición: yo me propongo ahorrarles dinero, les pongo a su disposición mi cerebro. Páguenme a mí que yo les hago tremenda campaña electoral con mentiras. Difícil es crear sobre la realidad.


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Mercedes Chacín


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