Atrapados sin salida

La situación política venezolana continua en crisis producto de las acciones
depredadoras de los sectores de oposición, quiénes no han descansado en sus
intentos por desestabilizar el país y conseguir la salida del Presidente
Chávez del Gobierno. Se han valido de todos los mecanismos a su alcance para
lograr sus propósitos: Alianza Extranjera; Conspiración; Golpismo;
Violencia; Tecnicismos legales e ilegales; Guerra Mediática; Descalificación
de Revolucionarios, Acuerdos, Pactos y Negociaciones para salidas
Democráticas, Constitucionales, Pacíficas y Electorales, entre otros. Si
hasta ahora no lo han conseguido, no ha sido por falta de lucha sino por los
errores de sus dirigentes. Lamentablemente debo decirlo, el gobierno también
ha cometido un gran error, se defiende utilizando para ello el recurso de
una legalidad sustentada sobre un Estado de Derecho de la IV República, en
una constante actitud defensiva que puede ser fácilmente confundida con
debilidad. Está actitud permite la vigencia del juego del caos. Juego que
esta minando las bases revolucionarias del pueblo. Por una parte, los
revolucionarios somos atacados en forma despiadada por la oposición y, por
la otra, somos defendidos por instituciones que responden a los intereses de
los grupos de poder económico-faScistas, lo que se convierte en otra forma
de ataque.

La revolución en estos cinco años ha tenido tropiezos obstruccionistas para
promulgar las leyes que respondan a los postulados constitucionales. El
Estado de Derecho ha sido aberrante para favorecer tesis opositoras tan
absurdas e inmorales como “El Vacío de Poder” o la “Validez de las Firmas
del Referéndum Revocatorio”, en sentencias altamente cuestionadas pero
igualmente legitimadas o, para dejar pasar por alto el Desacato incurrido
por la Gente del Petróleo ante la Decisión del Tribunal de Diciembre 2002 de
Reanudación de Faena; Decisión convalidada moralmente por el pueblo, pero
ilegitimada por la Directiva de esa organización, quién desconoció la Orden,
no se presentó al Tribunal y ninguna sanción fue impuesta ni nadie fue preso
por esa situación, producto de un inmoral impunidad.

Por otra parte, se han deslegitimado acciones contundentes como el hecho de
miles y miles de compatriotas en la calle el 13A restituyendo el Estado de
Derecho, la Constitución y al Presidente Legítimo. Movilizarse por todo el
país para firmar apoyando el Amparo Constitucional introducido por Feliz
Rodríguez, aun cuando quince meses después no se conozca la situación legal
del referido Amparo. Organizar una gigantesca pared humana donde rebotó el
sabotaje petrolero y económico, además de permitir recuperar la Industria
Petrolera para el pueblo. Como dice Mario Silva (en: la Hojilla Nro. 34.
Aporrea.org. 16/02/2004), jamás, en Venezuela, se había visto tantas
violaciones a las leyes sin delincuentes ni culpables.

Ahora, en este momento, estamos ante un acto de deslegitimación de la
voluntad popular, somos mayoría y ellos no recogieron las firmas, pero a
quién le importa, igualmente irá el referéndum. Existen miles y miles de
firmas desaparecidas de Bolivarianos en contra de Diputados de la Oposición
y no hay una explicación razonable ni a donde acudir para decir, Yo Firme
¿Dónde está mi Firma?. Nos tratan como pendejos, cuando nos conminan a
aceptar los resultados electorales que emitirá el CNE, nos jodieron, esta
bien, para eso es el árbitro. Se impuso la lógica conspirativa: los
bolivarianos que firmaron están anulados, los muertos que firmaron están
validados. Resultados 29 diputados opositores afianzados en la Asamblea
Nacional y, el líder Bolivariano a referéndum. Na Guará!!!, definitivamente
ante la elemental lógica electoral de los políticos venezolanos, la
indignación y la impotencia no me permite llorar, ni hablar, ni cantar. Me
doy perfecta cuenta que a pesar de los cánticos -¡No pasarán¡- avanzan y
avanzan ante la debilidad de una táctica basada en un estado de derecho
incapaz de contener la conspiración, o tal vez tenga razón Vega (en: La
Caída de Salvador Allende II. Rebelión. Org. 2004) cuando señala al analizar
los sucesos acontecidos en Chile 1973, “Los hechos que están ocurriendo van
más allá de las palabras. Las palabras han perdido hace mucho tiempo su
magia para mí. Ahora se trata ­ como siempre ha sido- de hechos. Y los
porfiados hechos están en contra de las palabras”.

Sin palabras, atrapados sin salida estamos los revolucionarios venezolanos,
como otrora estuvieron los chilenos y los sandinistas, la infernal táctica
legalista nos está silenciando. La ilegitimidad como acto legítimo,
convertida en impunidad, avalada por la OEA, el Centro Carter, los
Organismos Internacionales, las instituciones democráticas, la Coordinadora
Antidemocrática, el Comando Ayacucho y, pareciera que ahora se van a sumar
Altos Funcionarios del Gobierno Nacional, indica que los vientos soplan a
favor de los conspiradores. Ayer, ante el Golpismo…, hoy, ante los reparos…,
mañana, ante el Referéndum Presidencial…, después, ante la Elecciones. Paso
a paso la legalidad transita por el sendero del caos que irremisiblemente
nos conducirá a la salida del poder de Hugo Rafael Chávez Frías. Pero no,
ningún Chavismo sin Chávez, la salida es la lucha revolucionaria del pueblo,
silenciosa pero continua, constante, sin tregua, sin miramientos.

Una lucha solidaria, con acciones impecables. La avalancha bolivariana los ha demorado en alcanzar su objetivo, pero ojo, no los ha detenido, siguen traicionando, violando, forjando, burlando la voluntad del Soberano, utilizan todos los recursos legales e ilegales disponibles, no hay moral que frene la lógica
conspirativa, solo la lucha combativa de un pueblo decidido a hacerse
respetar, a demostrar su herencia libertaria. Que nadie nos silencie. Que
nadie nos imponga artificios legales, ni acciones legales, ni arbitrios, ni
acuerdos solapados, ni fraudes electorales, para arrebatarnos nuestros
sueños, nuestro líder, nuestro proceso. Nadie, Carajo.


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Rusalki C. Alvarado P


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