En el decidido intento por sortear el cerco de seguridad, un grupo de setenta mujeres y hombres, todos jóvenes y en su mayoría italianos, arribaron como turistas, en pequeños grupos, al estupendo balneario de Cancún: Playa Langosta. “Era el 8 de septiembre del 2003, en vísperas de la Quinta Reunión Ministerial de la Organización Mundial de Comercia, la OMC”.
Entre un sol brillante, hoteles lujosos y abundante arena de mar, una señal dio paso para que todos comenzaran a desnudarse. Sus cuerpos, hermosos y desprovistos de cualquier ropa, sobre la arena, formarían la misma frase, tanto en inglés como en castellano: “NO OMC...NO WTO”.
La policía sorprendida no dejaba de calificarlos de desvergonzados. Una bola de chiflados, reportaría el oficial al mando. “No somos nudistas. Pertenecemos a la Red de Acción Directa. Estamos protestando”. Únicamente setenta cuerpos desnudos, sin armas y sin violencia, se oponían a las prácticas del comercio vil; al chantaje a los países pobres. Jóvenes encuerados reclamaban la ruina a la que son sometidos los agricultores pobres.
La otrora historia religiosa italiana se haría presente. En la poblado de Asís, Francisco, un joven de familia rica, había tomado la más caras y mejores telas del almacén del comerciante Pietro Bernardone, su padre, quien, también, lo calificaría de loco y chiflado. El joven Francisco vendería las finas telas y con lo recogido ayudaría a los más pobres. El vecindario no salía de asombro. “Francisco de Asís, completamente desnudo, atravesó el pueblo”. Le había devuelto todo a Pietro, hasta la ropa que cargaba encima.
A los inicios del siglo XXI, unos cuerpos desnudos se apostaron contra las alambradas, protestaron contra la Organización Mundial de Comercio. La hoy moderna ciudad de Asís volvería a ver, esta vez, a muchos Francisco, ahora por la televisión. Todos los países del mundo observarían una clara conducta contestaria. Tres minutos de desnudo, sin armas y en perfecto silencio, contra la avaricia, las multinacionales y la grosera opulencia. “El campesino coreano Lee también ofrendó su cuerpo y se suicidó en medio de la multitud”.
Fuente: www. radialistas.org.
Radioclip 82.
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