¿ La criminalización de la protesta, o cese a la impunidad?

La democracia realmente como expresión idiomática, puede definirse de diferentes maneras. Depende de quien utilice este término tendrá un significado. Si el sector industrial, comercial, empresarial, comprometido con la derecha, con el libre mercado, recurre a la expresión “Democracia” para defender sus intereses y justificar sus conductas, obviamente que está proclamando la dictadura y la represión en contra de los intereses de las clases populares, porque lo que para ellos representa democracia para los de a píe significa represión. Este es otro término que también es frecuentemente utilizado, pero que se le pretende dar una sola connotación, es decir: la fuerza del Estado contra la protesta popular o la persecución ideológica, pero casi nunca se aplica a los hambreadores y explotadores del pueblo, que también son represores, porque cuando se sub - paga el trabajo del empleado, cuando se acaparan alimentos y se especula con los precios, también es represión contra el pueblo. Pero esa es la democracia que reclaman Fedecámaras, Consecomercio, Fedeagro, Fedenaga y la “Mesa democrática o mesa de la unidad”, porque fue el paradigma de la IV República, el libre mercado, donde todo es mercancía y de manera especial la consciencia, para dejar que la mano invisible del mercado solucione todo, incluidas las carencias de los más necesitados, los históricamente excluidos.

Si el malhechor, el delincuente invoca la “Democracia” evidentemente que está reclamando impunidad, porque para él la democracia, es poder hacer de las suyas sin riesgos de rendir cuentas a la sociedad y en eso se anotan muchos oposicionistas que simplemente pretenden actuar a su manera, imponiendo sus reglas ignorando al Estado y sus instituciones, porque su finalidad no es hacer oposición legítima, racional, con ideas, sino desestabilizar en busca del atajo, por donde pueda trochar el Potro del golpe blando, sobre el cual cabalgan desde el fracaso del 11, 12 y 13 de abril de 2002.

Ahora cuando el pueblo en revolución habla de DEMOCRACIA, la definición es otra bien diferente, porque el pueblo no es estafador ni corrupto aprovechador de la cosa pública, el pueblo no monta complot para el genocidio, el pueblo no quema bosques y mucho menos parques nacionales, el pueblo no arremete contra los bienes del Estado, porque sabe que son sus propios bienes, porque como venezolano tiene sentido de pertenencia y de pertinencia social y porque no tiene mentalidad criminal. El pueblo cuando protesta lo hace de manera decente, pacífica y organizada, con planteamientos serios ante los organismos a quienes compete la solución del problema que confronta determinada comunidad.

Por eso si nos pidieran que definiéramos democracia en términos de pueblo, diríamos simplemente, que Democracia es la concordancia entre los sueños de los pueblos y la realidad tangible que con amor, esfuerzo unitario, tolerancia y conciencia revolucionaria, estamos construyendo como futuro ideal en Venezuela y el continente suramericano.

Hacemos esta digresión, para rebatir lo que desde nuestro punto de vista es una vulgar y pestilente manipulación, cuando se habla de presos políticos en Venezuela. Presos políticos tuvimos aquí en la IV República, cuando Rómulo Betancourt inauguró la era de la democracia representativa gobernando con las garantía suspendidas prácticamente durante su periodo, cayendo en actos arbitrarios violatorios de la constitución del 91 a las 24 horas de haberla promulgado. El propio Betancourt en una concentración en Caracas, se dio el lujo de anunciar que había en las cárceles más de mil activistas del PCV y el MIR, cuando sin fórmula de juicio enviaron a prisión a todos los parlamentarios de izquierda y mediante las nóminas de militantes sustraídas a los partidos de izquierda, buscaban en sus casas a quienes figuraban inscritos en el PCV o el MIR. Cuando Raúl Leoni, que inauguró la modalidad de las desapariciones forzosas que luego fue aplicada, como obra maestra por las dictaduras militares del Cono Sur y Centro América para el exterminio de sus adversarios políticos.

Los centros de detención y exterminio, como, los sótanos del Edificio Las Brisas, Cogoyar, Cachipo, La Marqueseña y otros TO (Teatro de Operaciones), de donde era difícil salir con vida y el Campo de Concentración “Rafael Caldera”, como denominó el pueblo a la Isla del Burro en el Lago de Valencia, son testigos de las prácticas democráticas de los capitostes representantes de la Socialdemocracia: Rómulo Betancourt, RaúlLeoni, Rafael Caldera I y II, Carlos Andrés Pérez I y II y Jaime Lusinchi, donde no hubo contemplaciones ni clemencia para ningún opositor, hombre o mujer, de la tercera edad o adolescente.

Esos ejercicios democráticos fueron tan, pero tan democráticos, que hasta a sus propios aliados les cayeron a palos, recordemos la prisión de Chivita Capriles, Director de Crítica de Maracaibo, por haber osado publicado algo inconsulto y el exilio de Miguel Ángel Capriles, por la misma causa, porque en esos tiempos de “Democracia representativa”, la línea editorial de periódicos, televisoras, radio y TV la dictaba Miraflores, donde moraba el Vitelio Reyes de la democracia, o sea el lápiz rojo, en lo cual era especialista Pedro Pablo Alcántara, diputado adeco y asesor en la represión contra medios y periodistas.

Decimos que es risible el ridículo que hacen cuatro ignorantes en la sede de la ONU, reeditando la payasada del “Abuelo Monster”, con la mal llamada huelga de hambre, cuando en realidad lo que montan es la huelga del menú, porque allí guillaito, lo que se meten es pollo a la broaster y arepas, durante las noches, cuando ya no hay cámaras indiscretas, por eso los kilos demás cuando concluye la mofa.

Estos fulanos están protestando por la imputación de un delincuente, que durante una “marcha pacífica” fue filmado destrozando bienes del Estado y atacando a funcionarios de la GN y de la Metropolitana, escudándose detrás de una máscara, que se le cayó, saltó en falso y lo esperó la estaca.

Igualmente hablan de presos políticos, de militares en retiro sometidos a juicio por delitos comunes, tres policías asesinos sentenciados a 30 años de presidio por la masacre durante el golpe de Estado del año 2002. De un periodista sometido a juicio en el Táchira por estafa y mediante una acusación privada. Por la imputación a Rafael Poleo, todo el mundo ha visto lo que el sujeto de marras dijo en Globovisión. En Cualquier país del mundo ya estaría preso y en EE.UU, su patria predilecta sabe Dios, que suerte hubiese corrido, por incitar a colgar al Presidente de la Unión.

Hay también imputados otros periodistas, pero que no es precisamente el Estado, quien los acusa, sino personas naturales, por injuria y difamación. Entonces, pareciera que más que persecución política , lo que hay es persecución a la impunidad y eso es realmente plausible desde todo punto de vista. En fin aqui podemos decir que existen delincuentes políticos sometidos a la justicia, pero jamás presos políticos. Por eso preguntamos, que está pasando: ¿Criminalización de la protesta o cese a la impunidad?

Periodista*
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Cástor Díaz*

Periodista CNP 2414

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