Cuando decidimos escribir sobre el Sistema Eléctrico Nacional en el medio más prestigioso y leído no solo en Venezuela sino en el mundo, como lo es Aporrea, lo hicimos con la exclusiva finalidad de informar al colectivo cual es la situación, porque como lo definiera el matemático Shanon: “La información es un dato reductor de incertidumbre”. No hay mejor manera de enfrentar una situación por difícil que sea que llevando la información veraz y oportuna al entorno o al colectivo, según sea el caso, porque quien maneja información puede analizar y sacar sus propias conclusiones.
En ningún momento lo hicimos con la finalidad de polemizar, ni en defensa de grupos o estamentos gerenciales, mucho menos como funcionarios de Corpoelec, porque no tenemos el honor de pertenecer a esa nómina, donde honorables profesionales comprometidos con el país laboran las 24 horas del día y sin mirar las condiciones del tiempo para que podamos tener, con los inconvenientes conocidos, un mínimo de comodidad en nuestros hogares.
Lo hacemos señor Freddy Martínez, efectivamente, como periodista, con responsabilidad frente a la comunidad y con el compromiso de responder a la guerra mediática en contra del proceso revolucionario que lidera nuestro comandante Hugo Chávez Frías, porque los ataques contra algunas instituciones tienen un solo fin, como en el ajedrez, cuando se ataca se busca es el jaque al Rey. En este caso Corpoelec, no es el objetivo, la diana es Chávez y junto con él, el proceso revolucionario que lidera.
Es muy fácil descontextualizar textos para manipular y tratar de confundir al lector, que gracias a este proceso ya no es nada fácil esta tarea, porque desde el golpe de estado fascista de abril de 2002, el pueblo se hizo periodista y aprendió a leer prensa, a oír y escuchar radio y a ver y observar a la TV, por eso nadie va a caer en el jueguito de la manipulación. Cuando hablamos del desarrollo acelerado del país y especialmente de Ciudad Bolívar, no es que estamos justificando las dificultades en el SEN, sino que estamos aclarando a nuestros compatriotas, que los esfuerzos que hace el Estado Venezolano, para potenciar el servicio eléctrico en el país están siendo seguidos muy de cerca por la demanda, producto para bien de nuestra patria del surgimiento de industrias, desarrollos de urbanismos, centros comerciales y otros signos inequívocos de que las políticas económicas del proceso bolivariano son acertadas y los frutos cada día son más visibles, en los avances de educación, salud, deportes, ciencia y tecnología y otras bondades que jamás hubiésemos alcanzado con los lineamientos del FMI y BM, que eran los asesores o consejeros de los gobiernos de la IV república.
Cuando usted hace alusión a José Ingenieros para intentar descalificar nuestra posición le respondemos con una sentencia popular, que es una verdad axiomática: “Cada ladrón juzga por su condición”. No somos advenedizos en estas lides de lucha revolucionaria, porque orgullosamente formamos parte de aquella generación de los 60, que con aciertos y desaciertos dimos la pelea en diferentes escenarios y de alguna manera modestamente sembramos algunas semillas que están dando frutos para beneficio de nuestros relevos, que al fin y al cabo son los más importantes.
Es muy fácil descalificar, decir que la gerencia oficial es un desastre, que los trabajadores de Corpoelec son conspiradores que están saboteando el servicio, sin conocer siquiera los portones de una empresa eléctrica. ¿Ha pensado alguna vez, que muchos ingenieros, técnicos y trabajadores en general, muchas veces a medianoche y bajo la lluvia se movilizan buscando ubicar en los tendidos el punto caliente o el fenómeno que sea que haya causado la falla en el sistema? ¿Se ha detenido a pensar que esos “saboteadores”, mientras muchos inconscientes maldicen, denigran del gobierno, de Corpoelec y particularmente de Chavez y de los trabajadores del sector, ellos están como se dice en buen criollo “moneando” o trepados en una torre, o en los equipos de una subestación, muchas veces hasta el amanecer, para lograr restablecer el servicio?
En nuestro caso particular somos de Elebol, con mucho orgullo, empresa que va a cumplir 99 años este venidero 22 de octubre y que nos llena de satisfacción estar poniendo nuestro granito de arena para el rescate de este patrimonio de Ciudad Bolívar, que durante muchos años fue explotada y expoliada por el sector privado, que solo dejó un carapacho cuando la intervino el Estado Venezolano y que gracias a la orientación socialista que se le ha dado hoy podemos decir que contamos con el apoyo de los consejos comunales en el esfuerzo por su recuperación y que en tres años de administración con responsabilidad compartida, se ha duplicado la capacidad de distribución con que contaba, cuando pasó a manos de la Junta Administradora y Liquidadora, con la construcción de las Subestaciones Sabanita y Angosturita. A partir de noviembre de este año 2009, entrará en servicio el complejo Cayaurima que va a suministrar 50 MVA, al sistema para mejorar el servicio. Pero esa no es la solución definitiva, como lo ha señalado de manera oficial y reiterada la empresa. La estabilización definitiva del servicio energético en la vieja Angostura será cuando se ejecute el proyecto macro que tiene el gobierno nacional y que consta de la Gran subestación Angostura de 400kV y 8 subestaciones secundarias de 115 kV que estarán distribuidas en diferentes zonas de la ciudad.
Si damos a conocer la posición que ocupamos en el continente como consumidores de energía y los numeritos de las inversiones realizadas y proyectadas a futuro en el sistema es porque precisamente nuestra misión es informar para reclamar responsabilidad, porque la consciencia se adquiere a través de la información y la formación. De manera que no existe ninguna contradicción en lo que escribimos, salvo la usted quiso crear al sacar de contexto una pregunta reflexiva que hicimos a quienes atacan sin elementos de juicio a Corpoelec. Estamos en un proceso cultural que necesariamente debemos fortalecer, porque sin cultura no hay compromiso y sin compromiso no hay revolución. Por ello los comunicadores comprometidos y resteados con este proceso estamos obligados a informar con veracidad, equidad, oportunidad,conocimiento y responsabilidad, aunque para ello tengamos que afrontar críticas severas, malentendidos, ataques gratuitos y descalificaciones. Se trata de la batalla de las ideas. Somos soldados de la revolución y estamos para defender este proceso de cambios en la trinchera que la revolución nos coloque, porque para eso escogimos ese acto de libertad ineludible, que nos obliga a mantener como principios “movilidad, vigilancia y desconfianza”. Sabemos que de cualquier rastrojo salta la liebre
Periodista
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