Ninguna / 01-11-2002
La democracia participativa y protagónica establecida en la Constitución de la República Bolivariana avanza y se hace efectiva en Venezuela.
Hoy se inaugura el primer Consejo Local de Planificación Pública, figura que da una verdadera participación a las mayorías organizadas en la toma de decisiones políticas prioritarias -como son la planificación y ejecución de obras locales-, que se empezará a implementar el último trimestre del año en todo el país. De esta forma, aunque los medios de información comerciales no den la debida difusión a esta noticia de gran alcance e interés colectivo, así como de consolidación democrática, la Ley garantiza a los ciudadanos el derecho de elegir en asambleas representantes a estos Consejos Locales de Planificación Pública, para que éstos, en acuerdo con sus autoridades locales, decidan cuáles serán las obras prioritarias a realizar en su comunidad.
En otros ámbitos parecen darse también otras decisiones. Hoy circula en algunos medios en forma extraoficial, que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se pronunciará sobre el amparo interpuesto por un grupo de vecinos afectados por los sucesos de Altamira, ordenando el desalojo inmediato de la Plaza de los militares; así como otra decisión que declararía la invalidez del referendo consultivo para adelantar elecciones porque esa es materia del referendo revocatorio, tal como lo establece la Constitución Nacional. En caso de hacerse efectivo el anuncio esta última decisión, quedarían sin efecto las firmas recogidas a favor de un referéndum consultivo para preguntar a la población si está de acuerdo con solicitar al presidente constitucional su “renuncia inmediata y voluntaria” al cargo que le concedió una mayoría de venezolanos en un procesos electorales hace un poco más de dos años, así como la marcha convocada para apoyar la entrega de tales firmas al CNE. Otra decisión que está pendiente en el TSJ versa sobre el verdadero alcance del artículo 350 de la Constitución.
La fuerte posición del representante de la OEA a favor del diálogo y de la consulta electoral, así como de la comunidad internacional en defensa de la democracia y de la constitucionalidad en Venezuela, dejan cada vez más aislados a los sectores que insisten en llamar a militares -que no creen ni respetan la Constitución vigente- para “poner orden” por la fuerza, pasando por encima de las leyes, la Constitución y de la mayoría del pueblo que las votó, para dar un nuevo golpe de Estado que se publicita “pacífico y sin armas”. Si se escuchan bien las propuestas de estos militares golpistas, encontramos una reedición del golpe de Estado del 11 de abril: primero la renuncia del presidente y luego la instalación de una “junta de transición” sin ningún soporte constitucional.
La ausencia de resultados “esperados” por los generales de Plaza Altamira y los civiles que los apoyaron ( como la renuncia del presidente constitucional), así como la voluntad expresa y constante del gobierno de sentarse en la mesa de diálogo, el apego de algunos sectores de la oposición a los mecanismos democráticos para desligarse de otros sectores golpistas, el rechazo internacional, y la incapacidad de presentar soluciones precisas o un candidato que pueda enfrentar la supuesta “crisis” que dicen “no aguantar más” -sino sólo con consignas, insultos y chistes “contra Chávez”-, debilitan las intenciones de este grupo minoritario de dar un golpe, no contra Chávez, sino contra la Constitución.
Sin embargo, los venezolanos tendrán “por ahora” que seguir enfrentando, con cada vez mayor fortaleza, la campaña de constante apoyo mediático a las acciones para desconocer la Constitución. Ayer algunos dueños de medios de difusión, agrupados en el Bloque de Prensa, acudieron a una reunión invitados por los militares golpistas de Altamira –quienes agradecieron el total apoyo mediático que dieron a su llamado a la desobediencia del gobierno constitucional- y sentaron posición. El vocero del Bloque de prensa, Miguel Enrique Otero, editor del diario El Nacional, consideró “lógico” que los militares no abandonen la plaza, sosteniendo que la negociación con el gobierno “pasa por que los militares permanezcan en ella”.
Las principales noticias y titulares en los medios de difusión venezolanos continúan girando exclusivamente en torno a los militares que desde la Plaza Francia de Altamira pretenden desconocer el gobierno legítimo y constitucional, resaltando el rechazo de éstos a la amnistía propuesta por el presidente Hugo Chávez (El Universal) , o reseñando sesgadamente el apoyo del Secretario General de la OEA a una consulta electoral (y no a una salida golpista) interpretándolo como un llamado a “Elecciones libres en meses” (El Nuevo País), ó tratando de publicitar “otro” paro nacional para tratar de presionar al gobierno (2001), entre otros argumentos similares. Por otra parte, a través de algunos periodistas, siguen preguntando tendenciosamente al subsecretario de Estado del gobierno estadounidense para América Latina, Otto Reich, cuál es su opinión sobre la situación en Venezuela.
Frente a esta campaña mediática, el gobierno continúa respetando la libertad de expresión e insistiendo en su voluntad de tratar el tema electoral, pero eso sí, apegado a lo contemplado en la Constitución vigente, mientras se crea una Comisión de Negociación y Acuerdo (CNA) , donde el actual secretario general de la OEA, César Gaviria, será el único facilitador internacional.
El masivo apoyo que tiene actualmente el gobierno constitucional, y el continuo fortalecimiento del espíritu de lucha del pueblo, expresados recientemente en la respuesta favorable de las guarniciones militares y el rechazo de muchos líderes sindicales y sociales a las amenazas de paro nacional, enfrentan el continúo afán de ocultarlos por parte de los medios de difusión comerciales, pues encontramos otros signos en la realidad:
Los medios pregonan una supuesta “mayoría” o de que “todos” los venezolanos quieren la renuncia del Presidente. Sin embargo, ¿Cuánto tiempo llevan amenazando con entregar “millones” de firmas, sin que hasta ahora lo hayan hecho?. Desde el año 98, cuando Chávez era todavía candidato presidencial, los mismos grupos opositores han tratado de “tumbarlo”: van más de 4 años y ¿ cuánto tiempo le tomó al pueblo junto a la fuerza armada reponerlo en el poder? : A lo sumo, dos días.