“La inconstante multitud siempre
está dividida en opiniones contrarias”
Virgilio
“Gobiernan los hombres por la
opinión reinante, y la opinión
cambia cuando la luz se extiende”
Voltaire
I
Aunque siempre he notado que, los artículos de fondo, con criterios científicos, sociales o filosóficos, son leídos en menor proporción hecho comprobable, i especialmente los que, como en mi caso, acostumbro encabezar con pensamientos firmes, válidos o notables de eminentes pensadores i en base a los cuales desarrollo la exposición, parece que espantan a algunos lectores; i sumo también la consecuente observación de que la opinión, tanto para los diputados a la AN, como a los conductores de programas de opinión por televisión u otros medios de comunicación social, no les importa, no leen APORREA, o leen solamente a sus amigos, o le llevan informe o noticias al presidente, de lo que les interesa “promocionar”. Los otros, como me sucede casi siempre, somos excluidos, especialmente por los que uno pretende considerar sus amigos o sus compañeros en la Asamblea Nacional Constituyente. Observo, por ejemplo, que lo mismo le sucede al compañero Ildefonso Finol, de los pocos compañeros de entonces, si no el único, que escribe constantemente i no se le toma en cuenta a pesar de sus interesantes artículos o planteamientos revolucionarios.
Por eso repito con Virgilio, que la inconstante multitud, siempre esta dividida en opiniones contrarias, muchas veces sin fundamentos o adheridas casi irracionalmente a dogmas religiosos, a resabios tradicionales, a mentiras estúpidas, i opuestos a los adelantos de la ciencia, la filosofía, el arte i las realidades sociales de los nuevos tiempos. El dogmático, jamás avanza un paso en sus ideas fijas i de un pasado ya superado por décadas o siglos. I eso sucede con el problema social del aborto, otra vez sobre el tapete de las ideas de la ciencia del Derecho -que si no evoluciona i cambia, es letra muerta o dogma- i en Medicina es atraso científico i sin filosofía en absoluto. Esto salta a la vista, cuando para muchos ignorantes de lo que es un aborto o lo que conceptuamos filosóficamente como la vida, tal como lo observé en la ANC, en hombres como Jorge Olavarría, Hermann Escarrá, Manuel Vadell, Eliezer Otaiza i otros, quienes llegaron al colmo de llamar a los pocos que defendimos los Derechos de la Mujer i opinamos científicamente sobre el aborto, como los “cultores de la muerte”. ¡Semejante barbaridad para quienes propician la muerte de muchas mujeres jóvenes, hijos huérfanos i maridos viudos, por su irracional fanatismo religioso! ¡Los que jamás han visto ni leído sobre el aborto! ¡Los curas anticristianos que, como demuestra Pepe Rodríguez en su obra LA VIDA SEXUAL DEL CLERO, cuando embarazan a una “hija de María”, lo primero que proponen es un aborto! Pero en sus iglesia, sermones i hojitas parroquiales, aparentan ser moralistas de ocasión. Mis ideas entonces, inclusive las escribí i repartí (especialmente a los nombrados) en folletos hechos en computadora e impresora, i nadie me refutó nada, ni tampoco i por supuesto, se atendió a esas ideas que, según creo ni se guardaron en los archivos de la Asamblea. Por eso, ahora, cuando en la retrógrada España, las cosas han cambiado i hasta se ha autorizado a las jóvenes de 16 años para decidir sobre su cuerpo i su destino, aquí la despenalización del aborto, el progreso humano que supera la barbarie i el oscurantismo medieval de la iglesia i de su “fieles”, es motivo otra vez de controversias i estupideces. Sí, son ignorantes i poco cultos o leídos, cuando desde hace años, el maestro Luis Razetti decía “Cuando tengo que decidir entre la vida de una madre, i la de de un futuro hijo, no tengo la menor duda en ponerme de parte de la madre”. Por eso de mi parte cuando voi a cumplir en este mes 57 años como médico (i Doctor en Ciencias Médicas, además) i 46 años de graduado en Filosofía con la Distinción Summa Cum Laude, dedicada mi actividad profesional a la Ginecología i la Obstetricia, 33 años de profesor universitario i fundador en Medicina de la Cátedra de Ética Médica, me rebelo con profunda indignación contra los que de “oídas” i lo que leyeron en una revista o una “hojita parroquial”, o predicó un curita bruto en un sermón, vengan a oponer su “estupidísima” opinión, (así sean abogados, médicos, psicólogos, ingenieros, empresarios, “padres de familia”, etc.) a un programa humanístico de justicia social o establecimiento de leyes o decisiones legales, en bien de nuestro pueblo -especialmente la mujer- cuando el 10% de los embarazos son fallidos, abortan espontáneamente, de modo que, la Naturaleza (por selección natural) o Dios, por voluntad o capricho, son los primeros abortistas del mundo i de la historia. Los médicos honestos, lo que atendemos son esos abortos espontáneos, o los que la ciencia indique por malformaciones o graves problemas sociales; pero estamos abiertamente en contra del aborto clandestino o criminal -la más elemental división que hasta está en el diccionario de la lengua (DRAE) es conceptuarlos de causas naturales o causas provocadas- entre las que se encuentran muchas justificadas, o el ocasionado por gente inexperta por ser clandestino, a causa de la incomprensión de los legisladores de leyes absurdas, que las personas pudientes violan a escondidas i la gente pobre expone la vida en manos de un empírico; i este aborto criminal, es el que causa los grandes problema sociales i éticos, i a veces es comercio lucrativo i maldito. Por todo esto, i habiendo escrito tanto sobre el tema (que me voi a decidir por hacer un libro si la vida me alcanza), incluiré aquí textualmente muchos de los tópicos que he tratado por años i que dividiré en varios artículos, pues el tema lo amerita. Va en ello, la salvación de vidas humanas, naturalmente en primer término la mujer, centro de la Creación. La opinión cambiará, dice Voltaire, cuando la luz se extiende. La luz de la Ciencia i la luz de la Filosofía.
Sirvan estas líneas, como introducción a un problema tan serio, apremiante i vital, para el bien de todos, especialmente mujeres jóvenes, madres de otros hijos, que se sacrifican en aras de la estupidez humana que las impulsa a veces, hasta cometer delitos.
(Continuará)
robertojjm@hotmail.com