Les lleva “una morena”...


Lo que llaman el mundo de la publicidad, del marketing, no ha tenido mucha predilección que se diga por los pobres. Dentro de este “segmento” conseguimos muchos negritos y negritas, morenos y morenas, “cafés con leche”, trigueños y trigueñas, marrones (¿y marronas?), catires y catiras, blancos y blancas, etcétera. ¿Y por qué los publicistas “no publicitan” para la “pobrecía” ? Pues, obvio, porque tienen poco “poder adquisitivo”.

Pero, en época electoral esto cambia drásticamente. Y en la V República la cosa se ha ido notando más. Ahora vemos cómo la campaña electoral de la Coordinadora Llamada Democrática (CLD), ya no halla de donde sacar tanto ciudadano negro para grabar “su mensaje electoral”. Sus copartidarios se deben sentir deprimidos porque no se entiende cómo es que después que tienen cinco años inoculándoles el desprecio por la “pobrecía”, en estos tiempos por obra y gracia de la “campaña” son el “principal segmento a captar”. ¿Cómo les explican, sin que se les agüe el ojo, que al aire lo que hay es “cuñas” donde los protagonistas son negros cantando y bailando?
A veces pienso que estoy viendo la campaña electoral de cualquier país de África, así de absurdo es su mensaje propagandístico.

Y es que aquella mujer con la voz chillona que conminaba sin misericordia a la clase media “linda” a llevar a las marchas “pitos, banderas y nacionalismo”, se quedó desempleada.

Ahora necesitan vozarrones (y cuerpos) a lo Celia Cruz, gente bailando al son del Grupo Madera. ¡Surprise!No hay catires ni catiras en Venezuela.

Esto ocurre cuando los mensajes son falsos y manipuladores, pues la mentira queda guindando, sin piso. Se quedarán sin los negros y sin las catiras. Sin el chivo y sin el mecate.

Sin los morenos y sin los blancos. Los primeros ya saben lo que se traen y los segundos serán los nuevos excluidos. Porque resulta que la CLD tiene unos tres años diciendo que son mayoría. Entonces uno se pregunta:
¿la cosa no era que la clase media, esa que marchaba, (porque ya ni marcha) y que era el país? ¿La cosa no era que estaban sobradísimos?
¿La cosa no era eso de que “yo todo me lo merezco” y “¿para qué preocuparme tanto de los pobres?” Los líderes de la CLD dizque están en las zonas populares haciendo trabajo de hormiga, calladitos. ¿En los barrios? ¿No será que no se llevan las cámaras para no ponerse en evidencia? ¿No será más bien que saben que no pueden subir a pedirle a ese 82% despreciado y humillado que los apoye? ¿Qué les da más: pena o miedo?
La pregunta es qué influencia tendrán las clases populares en el resultado del referendo presidencial. Afilen el lápiz. La cuenta es que se les acaba el tiempo a los líderes de la CLD, pues el barinés les lleva 197 programas de radio adelante, les lleva un quinquenio de atenciones, les lleva las misiones, les lleva las escuelas bolivarianas, les lleva la Universidad Bolivariana de Venezuela, les lleva los programas alimentarios, les lleva la democracia participativa y protagónica, les lleva barrio adentro... les lleva “una morena”.

Volvieron caras, pero muy tarde.



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Mercedes Chacín


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