Este sábado 7/11/2009, El Correo del Orinoco y Últimas Noticias destacaron la información sobre las gestiones que realizaba Luiz Ignacio Lula da Silva para concretar una reunión entre el narcotraficante número 82 y Chávez. Este encuentro estaba gestionándose para realizarse en el marco de la cumbre amazónica de este 26 de noviembre en la ciudad de Manaos. Lula aseguró, de acuerdo con la información contenida en la nota de prensa, que “los sentaría juntos el mismo día en Manaos”
Todo lo que se haga para evitar la confrontación entre países y asegurar la paz, son iniciativas que deben ser recibidas y apoyadas con fuerza, porque la paz siempre será un escenario para enaltecer la vida y la humanidad. En política no parece ser muy recomendable cerrar ninguna puerta y en los casos más complicados en los cuales las tensiones se agudizan, la lógica de la paz sugiere dejar un espacio abierto para la negociación.
A pesar de todas estas sanas y oportunas recomendaciones, el caso colombiano a partir del texto del acuerdo entre los Estados Unidos y Colombia para instalar siete bases militares en “territorio colombiano”, toma otro sentido, porque la instalación de esas sietes bases es un hecho extremadamente crítico que agrega calor a una tensa situación de hostilidad que el narco número 82 produce para colocarle mayor nivel de conflicto a las relaciones entre Venezuela y Colombia. Existen ya un largo inventario de hechos belicosos y poco amigable que el narco 82 ha desarrollado contra Venezuela y particularmente contra este gobierno, que no debería dejarse a un lado para que Chávez vuelva colocarle al narco Uribe la otra mejilla.
En toda esta historia, el narco 82 no ha desplegado nunca un acto de solidaridad con este gobierno y en cambio Chávez, en diversas oportunidades ha dado demostraciones de buenos oficios y solidaridad que son seguidos de actos mezquinos, cobardes y belicosos por parte del narcotraficante Uribe. Las declaraciones de un alto funcionario del DAS y toda las informaciones que se han generado después de las informaciones ofrecidas por ese alto funcionario del DAS, son precisas al confirmar que por lo menos el narco número 82 ha estado interesado en salir de Chávez. Sentarse cerca de ese narco, es un tremendo riesgo, porque ya ese señor ni siquiera parece tener las agallas de un narcotraficante metido a la política. La actuación es la de un servil agente de la política norteamericana.
El texto del acuerdo entre los Estados Unidos y Colombia está claro y en estas circunstancias, la recomendación parece sugerir colocarle una gran tranca a la puerta y condenarla por algún tiempo. Si ese encuentro entre el narco 82 y Chávez tienen lugar con la gestión que adelanta Lula, habrá razones para suponer que los calificativos que se ha ganado Uribe como narcotraficante y creador del paramililtarismo en Colombia deberíamos quitárselo y pensar que el comandante tiene un corazón muy ingenuo y en ese corazón no hay espacio para el ejercicio de la actividad política, que desafortunadamente tiene su lado oscuro.
En la edición de Últimas Noticias de hoy (09/11/09), Julio Borges ofrece una opinión y de su lectura se desprende que este señor no está enterado de nada de lo que ha estado pasando o para ser más preciso, juega a favor de la política colombiana. Al colocar el conflicto, como el desarrollo de una “agenda personal”, está por lo menos reconociendo su ignorancia o jugando a ser un alto funcionario del DAS. Es en verdad vergonzoso el desempeño de esta oposición. Nada han dicho sobre los planes contenidos con la instalación de estas bases, pero encuentran argumentos para darle el calificativo de “personal” a un plan que tiene la clara intención de intervención y de agresión.
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