Maria Materan ahora es roja rojita, es la jefa de patrulla de la manzana donde vivo, ella viene desahuciada de su militancia en Copey. Una noche llegó con su planillita y me increpó: Douglas dejáte de vainas y tanta criticadera, yo necesito tu firma para mi postulación a delegada; o me vais a venir con el cuento de que en este partido me puede ir como en mi viejo partido, que nos trampearon tanto que hasta había un tipo que lo llamaban “el hombre del maletín”, que compraba delegados como arroz a punta de fajos de billetes. Maria Materan estuvo en mi casa ayer, botando rayos y centellas, porque en su nuevo partido no había uno sino muchos hombres del maletín, que no permitieron que ella fuera delegada, igual como cuando se mataba por Caldera y no se quitaba un trapo verde de encima.
Roberto López, no es el caso de Maria Materan. Roberto es un avezado dirigente revolucionario, combatiente guerrillero en el oriente del país a finales de la década del sesenta, forjado intelectual y ponente en el encuentro de aquellos intelectuales regañados por el Presidente del partido donde él milita. Roberto se atrevió a lanzar su candidatura a delegado y se desplegó en campaña como en los viejos tiempos, con fe y firmeza revolucionaria; pero hoy anda igual que Maria Materan, echando candela por la boca y denunciando mediante un escrito titulado: “El PSUV en manos de la burocracia y lejos del pueblo” (http://www.aporrea.org/actualidad/a90311.html), las mismas cosas que hoy mantienen de brazos caídos a los millones de Roberto López y Maria Materan, que se inscribieron en ese partido, pensando que en las primeras de cambio todo iba a cambiar.
El camarada Chávez es otro que anda “echando chispas” a propósito del Congreso del Psuv. En su instalación denunció que hay corrientes de derecha infiltradas en el partido y lo peor de todo, ha señalado que existen fuertes grupos que se han declarado apolíticos y sin ideología. Ahora bien; si lo afirmado por el camarada presidente de la organización emergente, es cierto y las quejaderas de Maria Materan y Roberto López tambien, entonces habrá que echar de nuevo los numeritos, porque ese cielo del Psuv está encapotao y quienes deben de temblar no son los nuevos oligarcas que dirigen y fueron escogidos a dedo por el comandante. ¡No!, quienes deben de temblar son los siete millones de inscritos en el partido que nacerá supuestamente de este congreso, porque lo que se cuece allí es un mezclote de los viejos valores de la socialdemocracia adeca, el demócrata cristianismo copeyano, junto a lo más rancio del socialismo cubano estalinista, que en estos tiempos aun las nuevas generaciones de revolucionarios cubanos, desean quitárselo de encima y sino que se lo pregunten al propio Silvio Rodríguez.
Habrá que echar los numeritos de nuevo; porque los otros, esos que no permitieron que los Roberto y Maria no pudiesen ser delegados, esos nunca se dirán, así el CNE los tenga y viole la recién estrenada Ley de Procedimientos Electorales. Habrá que echarlos de nuevos, porque hasta ahora los que si están claritos y bien contados, son los que echó el presidente del partido con su derecho sacado de no se que “socialismo”, al poder escoger de un sólo dedazo, el 20% de los que allí se rasgaran las vestiduras como buenos “demócratas y revolucionarios” del siglo XXI.
Tendremos que echar nuestros propios numeritos camaradas, y acompañar al poeta Silvio a la convocatoria del otro congreso: “Hoy me propongo fundar un partido de sueños, talleres donde reparar alas de colibríes. Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor, tullidos, enanos, vampiros y días sin sol. Hoy voy a patrocinar el candor desahuciado, esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna. Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar, desaparecidos deudores del banco mundial. Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas, de deshechos de fiesta infantil, de piñatas usadas, de sombras en pena -del reino de lo natural- que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar”.
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