¿Cuántos de los militantes del PSUV están conformes con el partido que tenemos? ¿Cuántos están inconformes? ¿Cuántos piensan que el PSUV, como expresión de un colectivo debe ser efectivamente el frente de la organización? ¿Cuántos piensan que el PSUV conjuntamente con su líder debe de estar regularmente evaluando el devenir de la política nacional para tomar decisiones analizadas? ¿Cuántos piensan que debe de existir una constante y permanente evolución de las políticas públicas? ¿Cuántos piensan que debe de existir una evaluación regular, minuciosa y rigurosa de los diferentes niveles de gobierno? ¿Cuántos creen que es indispensable y necesario mantener una evaluación del desempeño de los altos funcionarios a nivel de los gobiernos locales, estadales y nacionales? ¿Cuántos creen ahora que el PSUV le está dando forma y contenido al Poder Popular?
El I Congreso Extraordinario del PSUV tendrá como temática central el abordaje y definición de su perfil. La discusión de los principios, el programa y el código de ética ofrecerá suficientes argumentos para el diseño de ese perfil y en consecuencia, el tratamiento de estos temas o asuntos no debe centrarse en una “mirada” hacia delante, formulando una propuesta sobre lo que queremos, sin mirar lo que tenemos y lo que vamos siendo. Si el Congreso toma esa temática a futuro, pudiera estarse construyendo o dándole forma a situación muy bonita, pero poco útil para los retos que se tienen ahora. Es decir, el I Congreso puede estar tentado en quedarse en esa celebre frase sin mucho contenido y sentido que sonaría así: El partido debería ser, el militante debería ser y el socialismo debería ser.
Se siente a veces una constante preocupación por lo ideológico y es muy razonable esa preocupación. Es un aspecto esencial en la vida de un partido, porque eso le transfiere vitalidad. Esa importancia y trascendencia del factor ideológico cobra sentido, si esos valores se corresponden con el hacer. En esto, vale la pena precisar lo contrario del famoso refrán o dicho: No sólo de pan vive el hombre y sostener, que no es suficiente acordarnos en torno a una idea (debería ser) sino que también es muy importante, que esa idea o principios que nos identifica y define, se concrete en el modo de gobernar. El gobierno y la manera de ejercer ese gobierno (RESULTADOS) también es una importante contribución para darle sentido y fortalecer esa idea de socialismo, pues un gobierno en sus diferentes niveles (local, estadal y nacional) con unos RESULTADOS que responda a las necesidades de las personas son sin lugar a dudas, una importante fuente de información e inspiración que trasmite y fortalece una idea o valor.
A veces vemos una publicidad de un alcalde o ministros repartiendo alguna cosa y dando un crédito y esa actividad (según el funcionario) es socialismo del siglo XXI. El socialismo del siglo XXI se hace como incompresible o se entiende sobre un argumento muy endeble yfrágil, que navega en la superficialidad.
No es el futuro o el “debería ser” el eje o tema central del I Congreso Extraordinario. Es muy importante mirar el futuro y diseñar ese “deber ser”, pero ese futuro es posible por lo que va haciendo ahora. Esto obliga también a tomar un tiempo para pensar y discutir sobre el “ser” y eso parece sugerir que el I Congreso extraordinario tiene que pensar en el Estado que hemos propuesto y el Estado que tenemos, en el discurso del Poder Popular que se ofrece y el Poder Popular que se tiene, en las empresas socialistas que se decretan y las que efectivamente se tienen. Atender a estas situaciones en el I Congreso Extraordinario, es ver el programa y los principios del partido ahora con respectiva referencia a un “después”.
evaristomarcano@cantv.net