Es necesario organizar un frente de países endeudados, que unidos estén en capacidad de anular la deuda, porque durante veinte años ya se ha pagado varias veces. Es necesario diseñar alternativas políticas y económicas para que no generen un nuevo endeudamiento. Los depósitos de los capitalistas en bancos norteamericanos alcanzan la cifra de 310 mil millones de dólares, capitales provenientes de corrupción, robo, comercio ilícito. Debería exigirse que ese dinero sea reembolsado, por el robo de bienes patrimoniales y culturales que están en museos de París, Londres, Bruselas, Viena, New York, tesoros que tienen un valor cultural de identidad para los países expoliados.
Hay que abandonar los planes de ajuste estructural y apuntar a políticas plenas para la satisfacción de los derechos humanos, dando prioridad al mercado interno, en el marco de acuerdos regionales Sur-Sur, formando mercados comunes a nivel monetario, aduanero, económico, haciendo grandes redes en América Latina con el Mercosur y el mercado andino y el Caribe. Sin fronteras aduaneras al interior, construyendo un paraguas aduanero para proteger a los productores locales, nacionales y regionales, aplicando políticas comerciales comunes entre los países del Sur, tipo cartel de productores de materias primas, para definir los volúmenes exportables y aumentar las exportaciones, recuperando tierras arables para agriculturas de subsistencia que permitan asegurar la soberanía alimentaria de la región.
En el tema de políticas tributarias se debe hace pagar impuestos a los más ricos, no solo sobre la renta, debe haber un impuesto sobre la fortuna, sobre el patrimonio, para llevar a cabo políticas redistributivas e imponer tazas globales internacionales.
En realidad no hace falta pedir préstamos, es perfectamente posible para los países del tercer mundo reducir de manera radical el uso de los créditos internacionales porque hay fuentes internas y hay posibilidades internacionales con la devolución de los bienes mal adquiridos y financiar políticas de un desarrollo humano, sostenible y socialmente justo.
Solo la organización, la toma de conciencia y las movilizaciones populares harán viable la derrota a la política neoliberal, y se necesita una reforma más radical y la creación de nuevas instituciones financieras y de crédito a nivel internacional.