Esta es una anécdota de la vida real. Me acuerdo que cuando tenía unos seis o siete años de edad, viví en el pasaje Concordia o edificio Concordia; este edificio tenía (ya no existe un pasaje que daba una puerta a la calle Real de Sabana Grande y la otra a la calle Los Mangos hoy Francisco solano. Pues bien, a lo que voy: ésta estaba al lado de la quinta Punto Fijo, con un gran jardín delantero y siempre toda pintada de blanco, la misma tenía dos pisos.
La pandillita del barrio, entre ellos el que esto escribe: José Juan Requena, hoy de 67 años, estaba compuesta por nuestros amiguitos los japoneses Callaso, etc., eran muchos germanos, unos chamitos morenitos hijos de una vecindad de un pasaje donde habitaba gente humilde y había un taller mecánico.
Bueno y nosotros la pandillita del Edificio Concordia: Eduardo, Toñin, Fernandito, Carmen Iris Petrochelli, Enrique Ortega Tejedor, y el máss grande de la pandilla José Héctor Freites. Si alguno se me escapo me perdona, pero han pasado añitos como pillotes.
En ese patio de la calle los Mangos anexo a la quinta Punto Fijo, veíamos como los hijos de Caldera Rafael, los pasaban a buscar los flamantes autobuses del colegio San Ignacio de Loyola, de color rojo y crema, los únicos casi que para la época parecían unos pullman de lujo con frenos de aire y todo.
Pues bien sigo con la anécdota:
Resulta que cuando se nos ocurría entrar al patio de la quinta de Caldera, para jugar, nosotros la pandillita del lumpen proletario, no pasaba mucho tiempo, sin que el chofer o el jardinero nos echase a la calle como si fuésemos las peores de las sabandijas. Éramos niños todos, pero indignos de jugar con Juan José, que es el que yo recuerdo. A veces cuando él, Juan José se escabullía para jugar con nosotros en el patio del Concordia, enseguida el papá Caldera Rafael, lo mandaba a buscar con el chofer o el jardinero. Con aquella voz de mando ¡Tu papá que vengas inmediatamente!
Éramos niños, pero del puro perraje y lumpen proletario, indignos de jugar y compartir con los Caldera.
Recuerdo que al pasar el tiempo Héctor Freites, se inscribió en la JOC, del COPEY, a mí no se me ocurrió otra cosa como argumento que increparlo y decirle: "¿como pudiste hacer eso, no te acuerdas que Caldera no nos deja jugar con Juan José, y nos bota siempre del patio de Punto Fijo para que no juguemos?". El se calló, y no me respondió, en realidad no encontró palabras.
Esto demuestra el carácter fascista de Caldera, y su condición anti cristiana e hipócrita.
Creo que por lo único que recibirá alguna indulgencia será por haber indultado a nuestro presidente y líder Hugo Chávez.
Esta anécdota es cierta y digna de que entre en los libros de historia de Venezuela, cuando se refieran a Rafael Caldera.
¿NO TE ACUERDAS JUAN JOSÉ DE NOSOTROS?
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