Nosotros, los y las panas del pueblo, con este proceso, que para muchos de nosotros será el último. Estamos lelos, con los ojos claros, nos quedamos ciegos y sordos al oír la noticia de impacto del viernes pasado, por voz propia de nuestro presidente.
Carajo –devaluamos el bolívar fuerte-
¡Que hazaña tan arrechamente revolucionaria carajo!
No lo puedo creer aún, pero es un hecho real y concreto, además una realidad por ahora irreversible. Pero paisanos y compas, nos preguntamos en que beneficia realmente al bolsillo y al diario vivir del venezolano común está medida que recién ha comenzado.
No creo que seamos tan cortos de seso para no entender que: -cuando el gobierno devalúa, significa una sola cosa. La economía no marcha bien, o nos ha pegado de retruque el torpedo de la reciente crisis económica del capitalismo burgués y nuestro barco socialista y bolivariano se está llenando de agua por el boquete. Para parcharlo y que no se hunda nuestro barco, devaluamos la moneda, para tener más bolívares y así, poder pagar nuestras acreencias o gastos internos,
Debo decirles, que no soy economista graduado en la Universidad de Los Ángeles, en Oxford, Cambridge, ni tampoco de la Universidad de Los Pueblos de Moscú. Soy únicamente un aficionado en estos temas, que únicamente sabe, que desde que desapareció el bolívar de plata, - se acuerdan viejas panas de aquel fuerte con la cara de Bolívar de plata. Luego se llevaron los lingotes de oro del Banco Central, nuestro oro a bancos extranjeros y que para garantizar las deuda externa de la nación, eso pasó cuando el punto fijismo gobernó Venezuela. Luego comenzaron a devaluar nuestra moneda, que lleva el nombre glorioso del libertador de cinco naciones latino americanas, con promesas al pueblo, explicaciones técnicas, y bellos cuentos de hadas.
Pero la realidad es que el pueblo ha tenido que trabajar más duramente, para reunir sus churupos si quería comprar cualquier cosa necesaria, de capricho o de las que llaman los oligarcas lujo, o estas Hommer 4x4 que les vemos a algunos boliburgueses de nuevo cuño. Sencillamente todo aumenta y sube por las nubes, eso es un efecto directo y voy a inventar una palabra copiándome del presidente Chávez, un efecto bumeránico que se le regresará directamente al bolsillo del pueblo generado por la devaluación del bolívar fuerte.
A más devaluación todo cuesta más, y hacen falta más churupos para comprarnos cualquier chunche o cachivache.
Que lástima que el blindaje, que teníamos contra la crisis económica del capitalismo, no nos sirvió a la corta de nada, o de muy poco, bueno allí se fueron al carajo más de cien Bancos, nosotros apenas llevamos ocho –por ahora- y hojalatas no sean más, cosa posible aún.
Aplicando una filosofía económica callejera, quiero decir popular, pienso que al devaluar, necesitamos más bolívares para comprar y cambalachear productos por lo tanto todo todito lo que importemos, desde una semilla a un tornillo micrométrico nos costará más caro el comprarlo, el adquirirlo será proporcionalmente más caro directamente proporcional al porcentaje de la devaluación de la moneda. Aunque el diferencial se lo queda el estado gobierno para usarlo en fábricas, industrias, hospitales, misiones o universidades, escuelas o liceos.
La lengua es castigo del cuerpo Santiago 6,3.
La estrategia y táctica genial: debería ser revaluar el Bolívar, comprar con menos bolívares más dólares, pero ¿Cuál es la razón de que nuestro gobierno socialista no lo haga?
Sencillamente la razón es que consumimos más de lo que producimos y exportamos menos.
Seguimos comiendo y viviendo de las exportaciones petroleras, consumimos más y exportamos menos repito y nos administramos peor eso es todo, no hay más secreto.
En países como el nuestro que tienen un mercado de cambio controlado, la devaluación es una decisión que es tomada por el gobierno como consecuencia de, o para enfrentar una situación económica determinada.
Esta medida de devaluación del viernes llamado ahora rojo por los escuálidos, traerá sin duda más inflación para el pueblo, los precios subirán por lógica a una proporción especulativa, más aún, siendo este un año decisivo para este proceso bolivariano por las elecciones próximas, esa decisión impopular sin duda tendrá un alto costo político a la hora de las votaciones a futuro próximo, esto es lo más lógico esperar. La inflación ya alta, y la especulación en los precios de todos los productos importados serán inevitables a futuro.
Al parecer, el gobierno piensa importar carros y productos de la línea blanca para venderlos casi a precios de costo, para de ese modo tratar de frenar la ola especulativa que se avecina. Carros de Argentina, o del Brasil, Rusia Chima e Irán.
Terminamos este comentario de novato economista latero, preguntándonos lo siguiente: ¿Vale la pena haber decretado estas medidas en un año electoral a sabiendas del riesgo que se corre? ¿No existía otra forma de manejar el problema que generó esta situación?
Y Cerramos preguntándonos lo siguiente:
¿Por qué nunca nos hemos atrevido a revaluar el Bolívar?
¿Qué pasaría de hacerlo?
¿Por qué el imperio no devaluó su lechuga verde a pesar de la grave crisis económica reciente, donde caen cientos de bancos?
¿Es mejor comprar más con menos bolívares revaluados? O ¿comprar menos con más bolívares devaluados?
¿Qué gana con esta medida, el pueblo socialista y bolivariano?
¿No se puede poner arrecho el pueblo si la medida no cuaja y pasar factura al gobierno de no conseguir esta devaluación sus utópicos propósitos?
¿A quién o quienes favorece esta medida?
El que copió esto, del antiguo control cambiario punto fijista, se le debe haber fundido el cerebro de tanto pensar.
¡Hasta la victoria siempre!
requenave1@gmail.com
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