A partir de las doce de la noche de este domingo, 15 de agosto, 500 millones de latinoamericanos vivirán en una nueva realidad geopolítica. Esa realidad estará definida por la lucha sin cuartel entre los guardianes de la Doctrina Monroe y las fuerzas que combaten por la Segunda Independencia de la Patria Grande.
En esta batalla por el Bloque Regional de Poder (BRP), que es semejante a la que transcurre en Medio Oriente, el triunfo de Hugo Chávez significa lo siguiente:
1. La Revolución Bolivariana y su Presidente se convierten en indiscutible vanguardia del proceso de liberación antiimperialista en Tierra Firme.
2. América Latina se dota, finalmente, de un proyecto ofensivo estratégico, que supera las propuestas meramente defensivas, como el NO al ALCA, NO al Dólar, etc., que, aunque necesarias en cierta etapa, se habían convertido ya en camisas de fuerza teóricas y prácticas de la lucha de masas.
3. La convicción de Hugo Chávez, de que el poder decisivo está en el pueblo y su alianza cívico-militar, no en los inversionistas internacionales y el Fondo Monetario Internacional, se ha confirmado en la praxis.
4. El éxito de su proyecto político genera un problema de legitimidad no solo para los neoliberales, sino también para los presidentes tibios del Bloque Regional de Poder (BRP), particularmente para Ignacio “Lula” da Silva.
5. El proyecto histórico de Hugo Chávez ha ampliado el panorama revolucionario en América Latina: al lado ---y con la ayuda desinteresada--- de la Revolución Cubana, cuya inspiración han sido Vladimir Lenín y José Martí, nació una revolución orientada en Simón Bolívar.
6. A corto plazo, sólo el Bloque Regional de Poder (BRP) puede dar a ambas revoluciones la vital esfera ampliada de reproducción económica, poder político, identidad autónoma compartida y fuerzas armadas populares integradas, que les permitirá sobrevivir al embate del imperio.
7. A mediano plazo, y ante el doble peligro de absorción o destrucción por parte del capitalismo mundial, el único futuro posible de ambas revoluciones reside en su evolución hacia la democracia participativa poscapitalista, es decir, en su convergencia hacia la civilización postburguesa.
8. Al consolidarse dicha tendencia, el enfrentamiento con el imperio estadounidense y la doctrina Monroe se vuelven tan inevitables, como el conflicto de 1810-1825, con el imperio español.
9. El desenlace de ese proceso depende de la fuerza de ambos protagonistas, incluyendo la fuerza de sus armas. Por eso es tan ridículo, que los sensibles intelectuales latinoamericanos no quieren discutir la integración militar, porque su área de trabajo es “la cultura”.
10. Washington jamás permitirá por la vía democrática o pacífica la constitución de la Patria Grande. Su brutal ofensiva militar en Najaf, después de haber cerrado el canal televisivo Al Jazeera en Bagdad, muestra a la clara que no se ha alejado ni un ápice de su objetivo de conquista y expoliación de Medio Oriente.
Si el imperialismo gringo actualmente es más cauteloso con Venezuela, es por su situación de debilidad, no porque haya cambiado de naturaleza. El día que salga de Irak, volverá a caer con toda su fuerza y brutalidad sobre Venezuela y América Latina. Para ese día, las estructuras de la Unión del Sur-Bloque Regional de Poder tienen que estar tan consolidadas que puedan resistir todo tipo de agresión del Norte. Por eso, no hay tiempo que perder.
11. Como en 1810 y en 1959, la liberación antiimperialista es, hoy día, un sentir continental. El éxito de Chávez este domingo llenará de energía todo el cuerpo de la Patria Grande; energía que se expresará en movimientos de liberación nacional-regionales, no en forma guerrillera como después de la Revolución Cubana, ni tampoco como comités de apoyo como sucede actualmente, sino como movimientos de masas capaces de dividir a las fuerzas armadas y conquistar, de esta manera, el Estado; cumpliendo con la primera etapa de la Segunda Independencia: la unificación bolivariana.
12. Un buen ejemplo de este proceso de constitución de sujetos políticos de liberación nacional-regional, es el Movimiento por la República Bolivariana del Ecuador (MRBE) que se constituirá públicamente este jueves, 19 de agosto del 2004, en columna andina de liberación de la Patria Grande, en la tierra de Manuela Sáenz.
A las 11:00 horas de la mañana, el ex Comandante del Ejército Ecuatoriano y Fundador de Petroecuador, General (r) René Vargas Pazos, dará a conocer en el corazón histórico de la ciudad la alternativa bolivariana a la partidocracia ecuatoriana que enderezará el rumbo del país que la oligarquía desvirtuó en 1830 con su separación de la Gran Colombia y el destierro de Manuela Sáenz.
A su lado estará el Coronel (r) Jorge Brito, quién en el año 2001 dejó de ser Jefe de Operaciones del Ejército Ecuatoriano para servir a la causa del pueblo en el levantamiento indígena-popular-militar del 21 de enero, para, después de salir de la cárcel, convertirse en Fundador del Grupo de Monitoreo del Plan Colombia y baluarte de la lucha contra la política entreguista de Lucio Gutiérrez.
Edgar Ponce, dirigente del movimiento obrero de la Red Sindical Nacional de Trabajadores Eléctricos y uno de los tres secretarios de la Unión Internacional de Sindicatos de la Energía (UIS), participará en el evento como representante y enlace con los movimientos obreros nacionales e internacionales.
Víctor Hugo Jijón, exVicepresidente ejecutivo de Petroecuador, Asesor de Relaciones Internacionales de Pachakutic y Miembro de la Directiva del Congreso Bolivariano de los Pueblos, en Ecuador, compartirá la mesa bolivariana junto con Gilberto Talagua, Coordinador Nacional de Pachakutic y Humberto Cholango, dirigente de la Ecuarunari y de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).
El Dr. Luis Maldonado, representante de los pequeños empresarios progresistas; delegados de la juventud; Miriam de Brito, de las Mujeres del 21 de Enero y Alexis Ponce, Presidente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos del Ecuador, entre otros personajes de la sociedad civil del país, forman parte de este movimiento libertador.
Con la irrupción de este nuevo sujeto político bolivariano en la convulsiva escena andina y con la pronta integración del nuevo Presidente panameño Martín Torrijos al BRP, se rompe el avance imperial sobre el eje del mal del Pacífico: Uribe, Gutiérrez, Toledo, Lagos.
El eje progresista del Atlántico: Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, en cambio, se fortalece con Evo Morales y el MAS en Bolivia, el Movimiento por la República Bolivariana del Ecuador (MRBE), el triunfo electoral de Tabaré Vásquez en Uruguay (en noviembre), el inevitable acercamiento de Kirchner y las probables pérdidas electorales de Lula en noviembre.
Recuerdo, que en la primera visita del amigo y Presidente Hugo Chávez a México, le saludé diciendo: “Tu eres la esperanza de América Latina”. Con su gran sencillez y modestia, no quería aceptarlo. Sin embargo, desde entonces, mi afirmación ha sido reivindicada con creces por la realidad, a tal grado que hoy estamos ante la ruptura de la Doctrina Monroe.
Y al despedirnos en un hotel de la ciudad, medio en serio, medio en broma le decía: “La historia te absolverá, los gringos no.”
Él contestó: “Pero, lo primero es lo importante, ¿o no?”
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