El día que el diablo fue desafiado en Venezuela

Caracas, 14 de agosto.

"Queremos informar al mundo que esta campaña, la más bonita que hayamos realizado; esta campaña la hicimos al son del clarinete revolucionario y con la participación activa del pueblo ¿y saben por qué? porque queremos derrotar al diablo... y el diablo es feo y fuerte". Diablo, en palabras de Chávez, puede adoptar formas diversas: Bush, medios opositores, Coordinadora Democrática, golpistas, etc.

Fue suficiente para que las casi 25 mil personas ahogaran el discurso en gritos y jolgorio. Al mismo son y al ritmo de salsa, la gente comenzó a cantar "¡Uh, Ah, Chávez no se va!".

Eran como las 9 de la noche del día 12 de agosto. Los chavistas cerraban su campaña por segunda vez en menos de una semana. 4 días atrás, el domingo 8, un poco más de 300 mil activistas, militantes y adherentes del chavismo, colmaron la avenida Bolívar de Caracas, en una de las manifestaciones más nutridas de los ùltimos meses. Hubo otras de esas dimensiones en noviembre de 2003, en febrero y junio de 2004.

La tarima desde donde habló Chávez estuvo al frente del mismísimo Palacio de Miraflores (sede del gobierno), emblemático edificio decimonónico, hoy convertido en lugareña institución de visita de la gente sencilla, pobre y trabajadora. De vez en cuando, también de algunos empresarios internacionales que tratan de aprovechar la demanda venezolana de inversiones y bienes de consumo.

El Palacio está ubicado en el centro administrativo de la Capital, en medio de edificios tan altos como vistosos, hoteles, bancos y otras instituciones básicas como el Banco Central, la Cancillería, el Ministerio de Educación la Plaza Bolívar, las dos Alcaldías de la ciudad, el Capitolio y los museos y la pintoresca Plaza de la Revolución, señal de los nuevos tiempos.

Junto con las populosas barriadas del oeste, sur y noroeste, son consideradas "zonas chavistas". Tanto por las clases sociales que las habitan, como por la masiva politización de ese paisaje humano, manifiestada en miles de patrullas de campaña por el NO, en las calles, barrios, fábricas y comercios callejeros.

Casi nadie puede escapar a esta ráfaga del Referendum. De allí que se estima una alta participación, especialmente de aquellos que desde las elecciones de diciembre de 1998, se negaron 7 veces a asistir a las mesas de votación.

La vereda de enfrente

Un poco antes de que terminara el acto chavista, había culminado el de los enemigos. Son conocidos como "los escuálidos", fueron convocados por la Coordinadora Democrática, donde se reùnen unos 23 partidos y agrupaciones opositoras. La mayoría de ellas está altamente enfrentada, más las une el espanto de la "revolución bolivariana". Y eso para ellos significa el desborde social despertado con Chávez y la pérdida de la renta petrolera.

Los opositores decidieron concentrarse al este de la ciudad, sobre la bajada de una autopista que distribuye hacia las "urbanizaciones" residenciales de clase media, de políticos de la IV Repùblica y de los ricos de la ex Repùblica del Petróleo. Nunca falta algùn que otro chavista convencido que la pasa muy mal por no haberse mudado del este de Caracas. En situaciones de tensión como la actual, deben soportar desde burlas hasta amenazas de agresión.

Una primera versión dijo que los enemigos del chavismo reunieron más de 70 mil personas, pero mediciones más atentas de fuentes independientes y de Miraflores, confirmaron que en realidad, en su mejor momento se concentraron unos 220 mil antichavistas. Es una diferencia importante. Sobre todo cuando lo que se disputa es el voto.

Entre esa multitud estuvo el jefe golpista Carlos Ortega, ex presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), que de la mano del gremio patronal, Fedecámaras, los medios comerciales y la Embajada yanqui, organizaron el golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Ortega podría ser apresado en los próximos días. Sobre él pesa una orden de captura nacional.

Claro, antes habrá que sortear las estrictas barreras de seguridad y protección que le brindan las Policías de la Alcaldía Mayor de Caracas (opositora) y la Gobernación de Miranda, un Estado fronterizo con la Capital. Sin embargo, fuentes confiables consultadas por ARGENPRESS indican que "esa posibilidad no está descartada". Aunque ocurra después del 15 de agosto, "para no darle al enemigo ese regalito para que hagan propaganda contra nosotros", comentaron bajo petición de anonimato.

Demasiados escuálidos juntos

Que haya asistido tanto anti chavista al acto opositor no es un dato que deba sorprender, en este momento. Si, preocupar. Es una señal clave de la realidad en curso. Ocultarla le impediría a los movimientos bolivarianos comprender qué deben enfrentar este domingo y después. Caracas vive un ambiente político parecido al de los primeros meses de 2002, pero volcado al terreno electoral.

Esa diferencia es fundamental. Por lo menos para el vocero más reconocido del Comando Maisanta, profesor Samuel Moncada, quien nos manifestó: "La gente sabe, presiente, que se está jugando el todo por el todo, como decimos aquí. Pero también sabe y siente que no están en juego sus libertades democráticas ni la paz de Venezuela, como quieren hacer creer por ahí"

-¿Por qué?

-Sencillamente, hermano, porque los opositores no tienen capacidad de ejercer la violencia como en 2002, aunque muchos de ellos quisieran; no tienen la confianza de su propia gente para llevar a cabo objetivos que destruyan este proceso electoral; su propia gente no quiere eso, quieren la paz y nosotros podemos garantizar esa paz, como lo han observado los visitantes del mundo que están acá", afirmó.

Esta opinión la sostienen igualmente dirigentes del movimiento chavista entre el movimiento obrero, como Jacobo Torres de León, quien comentó para Argenpress: "En algùn momento hubo ese temor, pero mientras nos acercamos al 15, más estamos convencidos que la paliza que le daremos es tan grande, que no les va a quedar aliento para hacer guarimbas". Este término podría ser traducido como "despelote" organizado por grupos pequeños, o focos de violencia.

Los actos pasaron. Hoy sábado, a apenas dos días, ya son recuerdos en la revolucionada vida política del venezolano comùn y corriente. Todo el mundo, frase genérica que en este caso significa todo adulto consciente del país, se prepara para su domingo decisivo. El más decisivo de los ùltimos tiempos.

Es que como nunca en todos los procesos electorales venezolanos, saben que deben tomar la decisión más complicada de su vida ciudadana. Continuar las transformaciones, "con Chávez a la cabeza", o permitir que todo se lo lleve el diablo.


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Modesto Emilio Guerrero - Argenpress.info

Periodista venezolano radicado en Argentina. Autor del libro ¿Quién inventó a Chávez?. Director de mercosuryvenezuela.com.

 guerreroemiliogutierrez@gmail.com

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