Muy al contrario de lo que muchos observadores, periodistas y visitantes internacionales pudiesen pensar, el panorama que muestra buena parte de la administración publica venezolana el día de hoy martes 17 de agosto es claramente lúgubre y desolador, no cabe duda de que nos encontramos –salvo honrosas excepciones- ante una especie de situación de duelo donde las lagrimas y las caras largas dan la pauta.
Esto es fácilmente entendible cuando reconocemos que buena parte del funcionariado de la administración publica venezolana ha sido contratado en épocas previas a la Revolución Bolivariana (léase: cuarta republica), pero es aun más dramático cuando existen contadas evidencias de que no solo el funcionariado sino ejecutivos y gerentes en posiciones estratégicas dentro de los Ministerios y Organismos Públicos muestran señales incuestionables –al menos- de "no-alegría".
Ahora que hemos salido victoriosos de la coyuntura “Referéndum”, es imprescindible que quienes sentimos verdaderamente la Revolución mas allá del cuidado de un puesto o más allá de la cercanía o no a los círculos de poder, emprendamos la tarea titánica de lograr la Refundación de la Administración Publica Nacional a través de la proposición de una nueva estructura que lleve de si los elementos de participación, protagonismos, contraloría social y transparencia que requiere la Revolución para que efectivamente se consolide y para que pueda “traerse” a aquellos que militan en la oposición mas por los malos ejemplos que dan los "pseudo revolucionarios" que por un rechazo a las políticas de inclusión y de equidad que avala el gobierno bolivariano.
Es necesario entender que el verdadero revolucionario hace la revolución por convicción, no por dinero, no por poder, no por prebendas y en esa construcción también se hace imperativo el diseño de un programa de formación ideológica que empiece a romper el circulo vicioso del egoísmo y del "poli-camburismo" que tanto daño ha hecho a nuestro país. En este sentido es necesario rescatar e impulsar las propuestas del Comandante William Izarra que ha demostrado una profunda convicción revolucionaria y bolivariana.
Solo asi lograremos hacer la Revolución dentro de la Revolución: Formando ideológicamente cuadros bolivarianos, “trayéndonos” con el ejemplo a quienes están en la cuadra de al frente, que ven indignados como pseudo gerentes revolucionarios repiten las practicas cuarto republicanas.
Ahora es el momento, no se pueden aceptar mas excusas y coyunturas que retrasen los cambios. Ante el respetable numero de 3,5 millones de oposicionistas se hace imperativo hacer la Revolución dentro de la Revolución para que la administración publica no ande nuevamente de luto en la próxima victoria.