Mario Briceño Iragorry, 1952
En estos momentos en los cuales la confrontación se calienta y los medios asumen su papel para desestabilizar, conviene retomar todos y cada unos de los puntos de cada uno de los proyectos que se confrontan, porque ahí están los argumentos para nutrir y justificar la vigencia y necesidad del proyecto Bolivariano.
De entrada hay que decir, que el proyecto bolivariano está escrito y claramente visible en la opinión pública nacional. Su lectura y comprensión es fácil hacerla porque está “guindado” en muchos sitios de Internet y a cada momento, Chávez hace mención a los objetivos de la propuesta. No sucede igual con el proyecto de la oposición; ahí no hay nada escrito, pero esa circunstancia no es un obstáculo para comprender sus intenciones, porque aunque hacen grandes esfuerzos para no comunicarlo; su antichavismo, su falta de apego a los valores nacionales y su fuerte posición racista los viene delatando diariamente.
La generación de miedo y angustia es la estrategia que vienen utilizando para legitimar e imponer su proyecto. Esa estrategia se asocia regularmente con una “liga” para que ciertos fenómenos aparezcan y se produzca un caos en el país. Si una desgracia tiene posibilidades de alcanzarnos porque es una opción para debilitar a Chávez, se induce a “ligar” esa desgracia con la participación activa de algunos medios de comunicación y las palabras de los opinadores.
La comparación puede comenzar por cualquier punto (Pobreza, Educación, salud, participación, PDVESA, la propiedad y otros tantos), pero si somos efectivamente un país petrolero y de ese recurso todos los venezolanos vivimos, no es mala idea tomar este tema para la confrontación de propuestas. Opinadores, “especialistas” y “expertos” de la oposición vienen argumentando que la empresa está prácticamente quebrada, pero los que hacen esa advertencia y sueltan esa línea, fueron precisamente los que indujeron durante el paro petrolero a su total destrucción. PDVSA se convirtió en una especie de “tanque de guerra” y con ese tanque pretendían acabar con la empresa y generar una total desgracia en Venezuela.
Si el petróleo es de todos los venezolanos conviene entonces tomarlo como referencia y explicar el uso que le dieron los gobiernos de la IV a la renta petrolera y el uso que la revolución está dándole. Hay datos precisos, pero con fijarnos en la misiones (Barrio adentro, Robinson, Ribas, Sucre, Mercal, PDVAL) se tienen muchos argumentos para realizar con cualquiera de nuestros amigos y amigas una confrontación sana y sincera. Algún amigo(a) puede rebatir esta política asomando que esta política tiene muy baja calidad. Si ese el caso, comuníquele que prestigiosas instituciones (UNESCO por ejemplo) han realizado un reconocimiento a estos programas. Pedirle un escuálido y racista de la oligarquía o clase media alta que se regocija y se le llene el alma de alegría al ver un viejito decir orgullosamente que medio aprendió a escribir, no es procedente porque eso es exactamente como pedirle peras al horno, tal como lo dijo el filósofo. Sin embargo un ser humano que sienta que el mundo y el bien pueden compartirse, está en condiciones de comprender ese hecho y sentirse realizado.
Si el Petróleo es de todos los venezolanos, es posible entonces confrontar los dos proyectos precisando cómo y de que manera todos los venezolanos y venezolanas nos beneficiamos de la llamada apertura petrolera y cuáles opciones y beneficios no reportan haber quebrado con esa apertura. Para entrar en esta parte de la confrontación, utilicemos los términos y alcance de la regalías y en cómo participa el país en cada negocio con las operadoras. Con la apertura, las regalías no pasaron del 1% (menos dinero para los venezolanos y mas para las trasnacionales) y ahora con la revolución, pasan del 18% y los venezolanos no estamos vendiendo la faja; la preservamos porque ahí se encuentra los recursos para los venezolanos que vienen en camino.
Con la apertura petrolera nos hicieron ver que en la faja había como una especie de lodo con un pilen de petróleo. Casi nos convencieron que teníamos que pagar para sacarlo, pero llegó el quiebre de la apertura petrolera y tomamos conciencia de la importancia de la faja para todos los venezolanos y venezolanas. Esa inmensa riqueza estaba negociada a precios de gallina flaca y Chávez no hizo entender la importancia de esa zona.
La confrontación de los proyectos es viable hacerla a través de los proyectistas y si esa opción tiene sentido, es necesario abrir un paréntesis porque aunque cuesta creerlo, una parte de los venezolanos y venezolanas que hoy no comparten la propuesta bolivariana, tienen una especie de “vació de memoria” que no les permite recordar ni saber cómo era el país entre 1960 y 1998. Ese lapso en su memoria está totalmente oscuro y les impide recordar cómo los actuales líderes de la oposición y de los medios se hicieron los ciegos y sordos antes las torturas, los asesinatos políticos, las masacres, las persecuciones y los estudiantes que dejaron sus vidas por intentar salir a la plaza de las tres gracias.
NOTA:
Estas palabras las ofreció Mario Briceño en un mitin en Caracas cuando
optaba por un curul en el Congreso por URD. Es imposible oirle a un
partido de la oposición algo así. Absolutamente imposible.
[i] Palabras ofrecidas por Mario Briceño Iragorry en un mitin realizado en Caracas y cuando optaba por un curul en el Congreso por el Partito URD