Lo que nos faltaba



Desde que se dijo por allá en la campaña electoral de 1998 que el entonces candidato a la presidencia de la República Hugo Chávez, había dicho que iba a “freír la cabeza de los adecos en aceite” han pasado muchas lunas. Los dirigentes políticos de oposición y sus secuaces, los medios de comunicación masivos (¿o es al revés “los medios de comunicación masivos y sus secuaces los dirigentes políticos de oposición”) han tenido una imaginación prolífica para destruir la reputación de personas e instituciones.

En el último capítulo de nuestra particular historia novelada hemos oído cualquier disparate para explicar la derrota del Sí, en el referéndum presidencial. Recordemos algunas:

1)Un satélite ruso en conexión con espías cubanos penetro la transmisión de datos, que alteraron el resultado a favor del No.

2) Las máquinas tienen unos “topes” que cambiaron los Sí por No a partir del voto 3.750.285.

3) El número 1 que acompañaba a la opción No fue cambiado por un dos, que acompañaba a la opción Sí y de esta forma se consumó el fraude.

4) Los electores marcaban Sí y se les imprimía No (esta fue la primera y la más insólita).

5) Bush está interesado en que gane Chávez para que Estados Unidos tenga suministro de petróleo seguro (tan altruista él).

6) Carter recibió un pago de 6 millones de dólares para avalar el fraude.

7) Gaviria recibió un poquito menos, porque es ex presidente de un país subdesarrollado, no vaya a “igualarse con Carter”.

8) Los observadores internacionales son todos chavistas.

9) La OEA y el Centro Carter avalaron el fraude de Fujimori y ahora está haciendo lo mismo con Chávez, pero pronto se darán cuenta de la verdad.

10) Los resultados de las mesas se repiten con mucha frecuencia y eso demuestra, sin lugar a dudas, el fraude. Pregúntele a cualquier estadístico y se lo comprobará.

Y no sé cuántas más que no he tenido la “suerte” de conocer.

Como vemos hay argumentos para todos los gustos. Usted escoja la que se parezca más según su lectura preferida. Si es un@ tip@ con predilección por los libros de álgebra de Baldor, sin duda las opciones 2, 8 y 10 son excelentes para satisfacerles. Si sus gustos se acercan más al espionaje usted estará feliz con las opciones 1, 2 y 3. Si prefiere la literatura negra invoque a Mrs. Marple y aférrese a la deshonestidad de los dos ex Presidentes y elija las opciones 7, 8 y 9. Si no le interesa la lectura y lee este artículo por puro accidente, para usted no hay mejor opción que la hipótesis petrolera, porque le da un caché que envidiaría el mismísimo Michael Moore y puede lucirse ante sus amigos, haciendo una o dos referencias al mercado del oro negro. Y si es un fanático sin esperanza de sanación quédese con la opción 4, que siempre le demostrará que 10 millones de venezolanos somos unos tontos y usted es el único preclaro de esta Tierra de Gracia.

Todo esto pudo pasar, excepto que el negro zambo haya aumentado su popularidad. Esto no merece una investigación de nuestros connotados periodistas, porque, como dijo el inefable Antonio Ledezma, “eso no se lo cree ni el mismo Chávez”.

Ante tanta imaginación nuestros compatriotas de oposición nos recuerdan a “Carlos V, el loco que se dormía contándose cuentos” en Altagracia de Orituco, según dejó plasmado en un libro mi tío Pedro Chacín Espinoza. Y como hay para todos los gustos recomiendo que el resto se dedique (nos dediquemos) a la literatura erótica que seguro puede dar más felicidad y poner en práctica infinitas probabilidades, por ejemplo, de que un sólo óvulo sea fecundado por un sólo espermatozoide, entre millones. Porque lo que nos faltaba era una medalla olímpica que fue producto del esfuerzo del atleta maracucho Israel Rubio y de una “auditoria de fluidos” realizada por la Comisión Antidoping en Atenas.

*Periodista y profesora universitaria



Esta nota ha sido leída aproximadamente 4128 veces.



Mercedes Chacín*


Visite el perfil de Mercedes Chacín para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Mercedes Chacín

Mercedes Chacín

Más artículos de este autor


Notas relacionadas