El dia de la justicia y la noche de los talibanes de la oposición

Seguramente los halcones del poder estadounidense jamás imaginaron que su ayuda monetaria y política a la oposición venezolana, y sus grandes afanes desde 1998 para desestabilizar, derrocar o desaparecer del mapa de Venezuela al presidente Hugo Chávez, democráticamentre electo y relegitimado, terminaría en el surgimiento de los 'talibanes caribeños'.

Esos grupos que crearon para golpear a Chávez, terminarán por enfrentarlos y
generar situaciones impredecibles, especialmente cuando Washington no puede ocultar el pantano iraquí. Pero Washington los necesita para los planes que siguen hacia el futuro contra Chávez.

No es otra cosa que 'talibán' -en la expresión que este término ha alcanzado- la facción opositora, dentro de casi medio centenar de
organismos( reales o ficticios), grupitos, partidos tradicionales, cámaras empresariales, comerciales, (hasta una Central de Trabajadores pro patronal), que en estos momentos contra viento y marea, contra el reconocimiento internacional del triunfo transparente en el referéndum venezolano, intenta continuar su guerra sucia a todas luces perdida.

Es posible que en los anales de la historia latinoamericana sea difícil encontrar tal nivel de exasperación colectiva como el que existe en ese sector opositor, y especialmente en los medios masivos de información, mayoritariamente en sus manos. Y por eso sorprende que algunos dirigentes de una centroizquierda de otros tiempos (la minoría) y otra radical extrema, caminan codo a codo con los grupos conservadores más fascistas e irracionales.

Este papel de los dirigentes de esas seudo-izquierdas, ahora convertidos en voceros 'necesarios' para la violenta oposición de ultraderecha, es un elemento para tener en cuenta en el futuro político de América Latina. Porque esa curiosa e incomprensible alianza se está reproduciendo, aunque a mínima escala, en otros países. Este conjunto de elementos ya está siendo analizado por cientistas políticos, sociólogos y sicólogos de masas.

Algunos analistas han mencionado algo que merece ser tenido en cuenta a la hora de hablar sobre Venezuela y es cómo los medios han logrado instalar una especie de 'esquizofrenia colectiva', un enajenamiento de la realidad que los lleva a un discurso tan violento como delirante.

Desde que en 1998 Hugo Chávez fue elegido presidente por casi el 60 por ciento de los votos, pero aún antes, cuando apareció en el escenario venezolano y fue reconocido por las mayorías populares como su dirigente natural, sus opositores- un gran poder económico parásito y los viejos partidos decadentes, dependientes del poder imperial - no se dieron tregua.

Chávez acabó en horas con ese bipartidismo tradicional y pateó el nidito petrolero de ambos partidos Acción Democrática (AD) y COPEI, (socialcristiano) que bien se repartían más del 80 por ciento de las multimillonarias ganancias del petróleo. Era la Venezuela saudí, la del whisky más refinado, la de las compras semanales en Miami, adonde se trasladaban los 'emires' criollos en cientos de vuelos y en jet privados.

En suma la 'democracia' petrolera era el gran negocio, la mercodemocracia el
gran idilio, una clase empresarial sin empresas, un país monoproductor , que
no producía ni una migaja del alimento a pesar de tener un territorio apto, entre
otras situaciones. Y también la democracia de los desaparecidos y asesinados
luchadores de los años 50-60, la democracia del 80 por ciento de pobres. Con
estos los ricos compartían y comparten las alturas.

Por el lado de aquellos las altísimas torres, de una opulencia barata que hasta lastima el paisaje, y por el otro los cerros, donde se acumulan las casitas construidas con una increíble ingeniería de la pobreza. Desde las ventanitas de 'los ranchos' los pobres tenían un derecho único: mirar la vida de los otros, o imaginarla a través de los ventanales blindados del inmenso poder.

Los pobres, los que hasta hace muy poco tiempo eran parte de un paisaje cotidiano y silencioso, los que no tenían voz, pero tenían voto, un voto no para la democracia, no para su salvación, sino para su condena, un voto para la petrocracia del poder que los aplastaba. Desde los balcones de la oligarquía, de los señores de los valles, aquellas casas multicolores, edificadas como parte de la propia montaña eran sin duda un paisaje amenazante, aunque de noche las mostraban a sus invitados porque sólo se veían luces como estrellas colgantes en los cerros. Pobreza colgante y silenciosa.

Me pregunto si algunos intelectuales latinoamericanos que trabaron amistad con sus pares de la petrocracia, subieron alguna vez a aquellos cerros, de los sin voz. ¿Era democrático lo que sucedía en la Venezuela que simulaba el poder monárquico saudí?.¿Era democrática la macropobreza, la realidad de los ranchos, que estaba tan cerca como las montañas, pero que nadie quería ver?. Pero sucedió que - como por arte de magia- en los cerros comenzaron a escucharse otras voces. Se hizo entonces urgente actuar antes de que aquel sonido imperceptible se hiciera rugido.

A Venezuela llegó, al poco tiempo del ascenso de Chávez, el diplomático estadounidense John Maísto, especialista en armar frentes opositores en todos aquellos países donde el gobierno de Estados Unidos necesita desestabilizar y derrocar a un presidente desobediente o desafiante de los mandatos de Washington. Había estado en Panamá, preparando el camino de la intervención militar que mató a más de cuatro mil panameños y destruyó barrios enteros, bajo la indiferencia de muchos demócratas latinoamericanos.

Con los mismos dineros, de la misma National Endowment for Democracy (NED) nacida durante el reaganismo para estas tareas de formar oposiciones, como lo hicieron en Nicaragua, en Panamá , llegaron a Venezuela. Oposiciones que si no logran su cometido por vía más o menos legal, lo harán por intervenciones militares, golpes como el de abril de 2002, o por lockout patronal, haciendo 'gritar la economía' como lo probaron en Chile contra Salvador Allende o con paros petroleros, sabotajes y terrorismo de Baja Intensidad. Este es el trabajo de la NED y sus varios integrantes, y otros organismos como el Instituto Republicano Internacional (IRI), y la CIA y la USIA y todo el entramado que juega detrás de la llamada Coordinadora Democrática.

Curiosamente estas agrupaciones que hablan en forma permanente de la democracia la usan como un camouflaje que oculta la trama de mayor violencia que uno pueda imaginarse. Nadie podía ignorar la similitud del modelo trazado por Washington con lo actuado en Chile contra Salvador Allende en 1973. El esquema es tan parecido que hasta es posible hacer un paralelismo sincronizado, tal como se ve en una investigación realizada por 'Venezuela Information Office' con documentación suficiente y comprobable.

El asunto era actuar antes de que creciera, como un aluvión sin retorno, esa toma de conciencia popular que hoy asombra al mundo y que se consolidara un proceso bajo el enunciado del pensamiento contrahegemónico de estos momentos, que es el bolivarismo. Mientras todos los documentos estadounidenses de política para nuestra región se elaboran bajo un eje: la Doctrina Monroe de 1823 (América para los americanos: léase para los norteamericanos) en sus encabezados , la irrupción de Chávez y su apego a las tesis bolivarianas, significan el desafío a esos planteos.

Toda vez que de un intento de recolonización de América Latina se trata, mientras el bolivarismo es la unidad latinoamericana como defensa y reafirmación soberana. Esto es lo está detrás del escenario. Que Venezuela ya no podía seguir en el pasado lo demostraron los desesperados y soterrados, que salieron a las calles en febrero de 1989 y que fueron masacrados, sin que ninguno de los intelectuales amigos del poder Adeco de entonces se sintiera tocado por aquellas muertes.

Después de todo era la gente de los ranchos, los no ciudadanos, los que no tenían derecho a corporizarse, a ser, a levantar la voz, a demandar.
Después de todo era la Venezuela invisible, la oscura, la que durante años se
ocultó bajo la alfombra, la que los dirigentes sindicales, que brindaban con
sus patrones, no se sentían en la obligación de defender. Hay otro ingrediente:
ese poder de destrucción tiene una vanguardia que se fue preparando también golpe a golpe, intervención sobre intervención.

Es la prensa, los medios masivos de información secuestrados por ese poder, capaces de lanzar la primera y la última bomba, con la misma capacidad de destrucción que cualquier arma letal. Información secuestrada, información convertida en des-información, capturada de su objetivo principal. El derecho a la verdad, a una información veraz fue arrancada como otros derechos de los pueblos. Los medios de la oposición venezolana, que son más de medio millar, frente a unos siete (contando TV, radio, y prensa escrita) del estado, son hoy objeto de estudio en muchos países, como modelos de un nuevo terrorismo informativo.

Su accionar hizo nacer, también contradictoriamente, cientos de observatorios para monitorear la desinformación mundial. Vale decir, en esta especie de reflexión después de un 15 de agosto de 2004, donde por primera vez se puso en práctica en el mundo un modelo de democracia participativa, que todo ese enorme poder detrás del cuál circula el dinero sucio y regularmente sucio del planeta, resultó derrotado. Como en abril de 2002 fue derrotado el golpe de Estado mediático, a pesar de que tenían bajo su control a más del 85 por ciento de los medios del mundo, y luego los paros patronales y el petrolero que perduró hasta principios del 2003, los planes de terrorismo callejero de 2004 (la guarimba), y las sucesivas derrotas en siete elecciones, y ahora por octava vez en el proceso electoral más limpio, vigilado y abierto, en décadas.

Derrotados por los invisibles, por los desheredados de los ranchos, por los medios
'alternativos', es decir por los miles de hormiguitas de los hormigueros latinoamericanos, que usando una metodología humilde, el boca a boca más limpiamente mediático, le han mostrado al mundo que es posible, que la resistencia se hace resistiendo.

Venezuela 15 de agosto 2004, será un hito difícil de olvidar, y ha tenido otra
consecuencia : ha dejado en el ridículo a los miles de escribientes que el sistema
creó e instaló en los medios masivos, como creó e instaló presidentes, muchos
de ellos ahora prófugos por el mundo.

Ha sido derrotados por una multitud real y no virtual en Venezuela, la tierra donde nació el libertador de América Simón Bolívar. Y porque todo vuelve y porque tenemos la capacidad de la magia como una energía de vida y de resistencia alguien escribió en la pared derruida de un barrio populoso y popular de Caracas, desde donde se ve uno de los edificios más altos y lujosos de esa capital:'los que van a vivir te saludan'.

"En la cabeza de un fanático no hay un sólo resquicio en el cual pueda penetrar
la razón."
Napoleón Bonaparte


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Stella Calloni


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