Pocos son los seres humanos que pueden confirmar la máxima bretchciana “de los imprescindibles”, por que han dedicado toda su vida a las luchas del pueblo y la Humanidad en contra de la opresión, pudiendo mirar el limpio horizonte de la vida sin ninguna macula; convirtiéndose, no solo en referencia de los suyos, sino de quienes aún sin conocerlo personalmente, sienten respeto por su vida y obra.
Tales personajes no nacen ni germinan con facilidad en medio de una sociedad burguesa egoísta y materialista, por lo que la fragua de su fibra moral y su fortaleza ideológica se macera en la espartana formación familiar y la militancia revolucionaria, que los conduce a la profunda convicción política y a desprenderse de toda pretensión personal, entregándose, sin descanso, a las mejores causas del pueblo, teniendo siempre presente el norte luminoso de la revolución y el odio irreconciliable a la burguesía y el imperialismo.
En estos personaje sin igual, no solo esta presente la recia disposición de lucha y el desprecio a la muerte cuando se trata de defender las ideas y proteger la libertad y la vida de sus compañeros y compañeras, sino la humildad de quien prefiere la sencillez de la vida, el silencio de la épica guerrera y la custodia de tantos secretos, cuya reserva es parte importante de la historia de los pueblos a quienes ha entregado su pensamiento, ideas y luchas.
El comandante Ernesto “Che” Guevara afirmó que todos “… los revolucionarios estamos animados de grandes sentimientos de amor…”, y es ese valor supremo de la vida que, en la conducción de la organización revolucionaria, en el trabajo clandestino al lado de los trabajadores y y las trabajadoras, en el enfrentamiento armado contra el aparato represivo del Estado burgués, se fusiona con la valentía personal y la disposición al sacrificio de la vida, construyendo los elementos fundamentales de un militante revolucionario y, por cuyas razones, tienen el derecho, e incluso, se les impone el honor y el deber – de comandar a las revolucionarias y a los revolucionarios, convencidos que ese jefe, siempre estará a la altura de su compromiso.
La sencillez y sincera modestia, es otra condición esencial para quien es imprescindible en todo momento de la lucha revolucionaria; porque la épica revolucionaria ha dado muchos valientes y muchas valientes, algunos y algunas elevados a la heroicidad, y otros y otras, a la condición de mártires de las luchas del pueblo, pero el valor principal de la conducta de un revolucionario no solo está en su desprendimiento frente al peligro de la libertad o la vida, sino en considerar que tales actos “… son parte del desprendimiento que debe animar a todo revolucionario…”, los cuales no convierten en seres superiores a quienes han tenido el honor de vivirlos.
Esa es y será, hasta sus últimos días, la vida del comandante guerrillero Raul Fernando Soto Rojas, incorporado a la lucha clandestina antiperejimenista, formado como revolucionario marxista en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, combatiente y jefe militar en los frentes guerrillero ”José Félix Ribas” y "Antonio José de Sucre" y, en la Columna "Dante" del MIR Marxista-Leninista, fundador de la Organización de Revolucionarios, OR, combatiente internacionalista y, conductor, en sus últimos dieciocho años, de la inolvidable Liga Socialista, para luego incorporarse, como un simple militante, a nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV.
Para quienes hemos tenido el honor y el beneficio de estar bajo su comando y dirección política, es motivo de profunda alegría y satisfacción que el comandante guerrillero Soto Rojas, por fin!, haya aceptado las exigencias de la militancia bolivariana revolucionaria, de que se postulara como VOCERO DEL PUEBLO BOLIVARIANO a la Asamblea Nacional, convencidos que sus ideas de comunista bolivariano se oirán como el “ tableteo de su metralleta guerrillera”, en ese reciento parlamentario, en defensa de la Clase Obrera y demás sectores populares, en el marco de este largo proceso de transición del Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia, hasta enterrar todo vestigio del Estado Burgués y alcanzar el objetivo histórico del pueblo venezolano y de toda la Humanidad: la Sociedad de los Justos: el Socialismo
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