Las crisis no son inseparables del modo de producción capitalista

El motor del modo de producción capitalista es el beneficio. Ello supone una diferencia con los demás modos de producción: esclavismo y feudalismo. Sabemos que Marx señaló su carácter anárquico: la producción capitalista no está fundamentada en ningún plan económico, sino en la dinámica del mercado, esta creencia hace precisamente que la acumulación capitalista tenga límites.  

En los últimos veinte años, el crecimiento económico y el desarrollo de nuevas tecnologías de la información, en los países avanzados, empujaron a los teóricos de la burguesía a crear nuevos modelos de economía. Las empresas de Internet crecían sin restricciones. Las industrias tecnológicas especialmente las telecomunicaciones y los celulares conseguían ganancias históricas. Pero llegó la crisis de la sobreproducción y como efecto la recesión.  

Entiéndase por crisis ese período que implica una transformación de la manera como funciona el sistema, es decir, cambios en el tipo de tecnología usada, redefinición de los sectores dinámicos de la economía, establecimiento de nuevas relaciones de competencia, readecuación de las relaciones internacionales y consecuentemente nuevas formas de hegemonía política. Esto quiere decir que una crisis está señalando que las posibilidades de continuar con un ritmo rápido de expansión, con altas tasas de ganancias, ya no es posible con la organización de la producción existente en ese momento.  

La actual crisis indica que la producción basada en industrias como la automotriz o la electrónica, utilizando costosas fuentes de energía y organización de la producción en grandes industrias, ya no deja espacio para que nuevas inversiones obtengan las mismas tasas de ganancias que obtuvieron en los últimos veinte años. Esto implica además que la relación entre los países del centro y los de la periferia no puede continuar con las características que ha tenido desde la finalización de la Segunda guerra mundial (1945).

La última crisis afectó el corazón del imperio, Estados Unidos. Actualmente la crisis de sobreproducción y sus efectos recesivos afectan a Estados Unidos, América Latina, Japón, África y a Europa.  

El marxismo sitúa las causas de las crisis capitalistas en el carácter de este sistema de producción, en la contradicción que surge de la naturaleza social de la producción capitalista y la naturaleza individual de la apropiación. En otras palabras, en el capitalismo, la riqueza la produce millones de trabajadores, en cambio, la apropiación de esa riqueza la hace una minoría, la burguesía.  

Pero la lucha por la obtención de la mayor tasa de ganancia por parte del capitalista no queda allí. Entre los dueños de capital se da una feroz competencia por conseguir una tasa de beneficios mayor, situación que tendrá implicaciones muy graves en el funcionamiento del sistema de producción capitalista.  

Sabemos que tradicionalmente los capitales afluirán a aquellas ramas de la producción que ofrecen más margen de ganancia, a pesar de que ello implique un elevado desembolso en capital fijo. El capital fijo son los medios de producción: los edificios de trabajo, las maquinas, etc. A lo largo del tiempo en que estos medios están en funcionamiento, una parte de su valor queda siempre fijada en ellos. Por esta peculiaridad, esta parte del capital constante recibe la forma de capital fijo.  

Expliquemos el asunto de las inversiones en capital fijo. En la segunda mitad de los años 90 en Estados Unidos, las inversiones fluyeron hacia la tecnología de la información –computadoras, chips, redes, celulares. En este período citado, la inversión en esa rama de la producción alcanzó el 80 por ciento del capital total de ese país. ¿Qué sucedió entonces si las ganancias estaban aseguradas?  

Se produjo una sobreinversión de capital, esto es las inversiones no se amortizan tan rápidamente, e incluso no compensan porque el mercado esta saturado de mercancías. Existe demasiada abundancia de todo, abundancia que el mercado no puede absorber. 

Marx afirmó que las crisis periódicas de sobreproducción son el reflejo de los límites del proceso de acumulación, y que las razones de estos límites hay que buscarlas en la dinámica interna de la producción capitalista y en la materialización de la plusvalía.  

A manera de conclusión, los marxistas decimos que las causas de las crisis capitalistas residen en el propio corazón del sistema, esto es, en la contradicción derivada del carácter social de la producción en el capitalismo y del carácter individual de la apropiación. 


m.linares.benitez9@gmail.com





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