La crisis ambiental en Venezuela es terminal (II)

El 24 de febrero del año en curso, publicamos en APORREA, la Parte I de este trabajo sobre la delicada situación que se vive en Guayana, con respecto a la minería artesanal ilegal. En esa primera parte, hablamos acerca de la severa crisis del sistema eléctrico y como las actividades humanas de depredación del medio ambiente habían influido en desmejoramiento operativo de la Represa del Guri y también alertamos sobre la complicidad de la G.N. en los tiempos de la IV Cuarta República, había acelerado los daños y que ahora en el Gobierno revolucionario, la complicidad en los mecanismos destructivos, se habían transferido al Ejército Bolivariano, el cual había sido el encargado por el Presidente Chávez para los asuntos de protección y salvaguarda de los terrenos guayaneses, susceptibles a la explotación ilegal para la obtención de oro. Casi como una respuesta a nuestro escrito, aparecieron en la prensa regional bolivarense, unas declaraciones del General de División, (E) Gustavo González López, Comandante de la V División de Infantería de Selva, con sede en Ciudad Bolívar, en las que explicitaba los resultados obtenidos tras la ejecución de varias operaciones conjuntas en diversos puntos de la cuenca del Río Caroní, donde de manera conjunta han venido actuando efectivos de los distintos componentes de la Fuerza Armada Bolivariana, a través de dos actividades :1.- “Operación Cangrejo del Embalse” y 2.- Operación Angostura, implicando la detención de mineros ilegales y las destrucción de equipos, tales como motores fuera de borda, moto-bombas-plantas de generación eléctrica, mangueras de diferentes diámetros, etc. El mencionado alto oficial de la F.A.B., prometió incluso que dentro de varias semanas, se iban a producir otros “operativos” de vigilancia, a los cuales se iba a invitar a los medios de comunicación para constatar las acciones de saneamiento, lo que aún no se ha producido.

Ahora bien, en el día de hoy domingo 28 de marzo, en su programa dominical por televisión, el periodista José Vicente Rangel, en la sección de “Confidenciales” hizo una denuncia muy grave, acerca de la destrucción del ecosistema de la cuenca del río Caura, ocupada por toda la extensión del Municipio Sucre del Estado Bolívar, cuya capital es la población de Maripa . Explicó JVR, que se está produciendo una explotación ilegal, irracional, prohibida y masiva en dicha cuenca del metal oro, lo que implica el uso de mercurio para su precipitación , con la consabida contaminación del cauce fluvial y como quiera que, como toda minería de oro también se usan moto-bombas y mangueras de succión, se incluye la severa desaparición de la capa vegetal en múltiples extensiones de terrenos con un ecosistema muy frágil como los de nuestra Guayana. La explotación destructiva, se encuentra rio arriba desde Maripa, a varias horas por lancha y luego de utilizar otras horas más de caminatas, para llegar a las “bullas auríferas” y donde la explotación la realizan tribus enteras de compatriotas indígenas que son inducidos a ello por los traficantes de oro, generalmente de origen colombiano o brasileros, que se lo llevan límpiamente de contrabando con el uso descarado de avionetas desde el aeropuerto de Maripa; por supuesto con la absoluta complicidad y participación de todo tipo de autoridades, desde la Guardia Nacional, pasando por el Ejército Bolivariano, la recién creada SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) y la Gobernación del Estado Bolívar.

El modus-operandi que se adelanta en la dantesca tragedia minera, es el siguiente. En primer lugar los traficantes extranjeros llegan a la zona de Maripa con botes de fibra de vidrio con motores fuera de borda, moto/bombas, mangueras y mercurio y le son entregados a los indígenas que llevan los equipos sin ser tocados por las autoridades, río arriba y al llegar a las zonas de explotación, pasan una o dos semanas acopiando entre 8 y 10 kilos de oro, vuelen a Maripa y allí se produce la venta a los dos grandes compradores nacionales, nada menos que los esposos Figarella, él diputado al Consejo Legislativo del Estado Bolívar (y exalcalde) y ella, la actual Alcaldesa Bolivariana. La compra-venta se realiza en comercios encubiertos, como presuntas bodegas y restaurantes, tanto en el pueblo como en la carretera hacia Caicara o Ciudad bolívar y luego el oro revendidos a los traficantes extranjeros a precio de mercado. Los indígenas reciben pagos muy por debajo de los marcadores del mercado del oro, pero aún así reciben varios millones de Bs (f) y se les puede ver en una folklórica manía de nuevos-ricos, alquilando camionetas pick-up, con cavas llenas de cerveza, para darle vuelta a la Plaza Bolívar, durante horas, para luego ir a dormir la borrachera en sus lanchas y en la mañana siguiente apertrecharse de víveres y ron y volver a la “bulla” y continuar el periplo. ¿Quién le pone el cascabel a este gato? Quién le pone coto a esta terrible perversión con evidentes complicidades bolivarianas?


(multitemas@hotmail.com).



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