"Los ricos no necesitan del estado"

En unos de los micros que han estado pasando por VTV, puede oír a Luiz Inacio Lula da Silva decir que “los ricos no necesitan del Estado”. Al oír la frase, casi automáticamente la acepté, pero muy rápidamente me dije: ¿Cómo? ¿Qué es eso? ¿En que manual se hace tal afirmación?

Más reposadamente estuve pensando en la frase y en la condición de la persona que la emitió y la reflexión de alguna manera fue ocupando un poco mi atención y dieron lugar a ciertas consideraciones que ahora las sistematizo en esta nota con el propósito de compartirles con las personas que regularmente revisan lo que publico en Aporrea. Por supuesto, la frase carece de sentido, pero ello no niega que desde una perspectiva social y política (posición de clase) sea una frase desaliñada (sin significado); todo lo contrario, en su afán por asegurar los mayores márgenes de ganancia, apropiación de los excedentes y sortear los momentos críticos de una crisis; los capitalistas tienen y usan efectivamente al Estado como una especie de “comodín”, que le sirve en todo momento, pero la propaganda que ponen en la calle: Menos Estado, es posible que algún desprevenido la comparta, pero muy al interior de sus intereses; la acción lo lleva a sostener: Todo el Estado que sea Posible para nosotros.

El intento de organizar una respuesta para poner en claro la aparente diferencia entre su propaganda (lema clásico) y la realidad, se me ocurre tomar prestado una expresión que creo haberla leído en uno de los últimos libros escritos por Poulantzas, en la cual ofrecía una visón sobre el Estado y lo concebía como voluntad o una relación de fuerza. El Estado entonces no es una institución vacía socialmente ni es una especie de jarrón chino, que simplemente cumple una función decorativa.

“Mas mercado y menos Estado”, es también una forma de intervención que en este caso, toma sentido a través de una especie de participación o intervención que no es tan visible. Esta opción de “más mercado” para hacer funcionar la ley de oferta y la demanda, implica tener un Estado viendo hacia otro lado y de esa manera, se activan los mecanismos especulativos y otras prácticas, por medio de las cuales una economía altamente monopolizada, hace visible en el entendimiento de algunos expertos, el funcionamiento de la ley de la oferta y la demanda. En este y otros casos, los capitalistas requieren del Estado y de ahí, su interés por financiar campañas políticas, candidaturas, golpes de estado.

El 11y 12 de abril, los dueños de los medios de comunicación estaban peleándose con Carmona para nombrar el Ministro de Información y Comunicación; todos ellos, como dueños de los medios (una parte del Estado) intentaban tomar una posición en esa relación de fuerza para aprovecharse de los recursos que el gobierno utilizaría para publicidad.

Estados Unidos se concibe como una economía fundada en la industria de la guerra, esto no afirma, que el gobierno de los Estados Unidos tiene y maneja la industria de armamentos. Supone que a través de los representantes que la industria de la guerra coloca como funcionarios en el gobierno y el Congreso, preservan sus interese y hay poder para animar con el presupuesto y las intervenciones militares en diferentes parte del mundo, la industria de la guerra.

Cuando Zuloaga compra con una empresa suya, unos carros e inmediatamente los vende muy seguidos a otras empresas de su propiedad para “engordarlos”, simplemente está haciendo uso del poder que tiene para ver si las instituciones del gobierno, se sienten impotente (menor poder) y dejan que a través de esta práctica de comprar carros y venderlos varías veces a si mismo por intermedio de varias empresas, cobra sentido (falsamente) la ley de la oferta y la demanda.

Cuando Caldera con la asesoría efectiva de Teodoro Petkoff decidió “resolver” la crisis bancaria, optó por entregarles a los banqueros los auxilios y éstos decidieron utilizarlos para incrementar sus fortunas personales. Esa decisión no fue producto de un “tín marin dos piriguez”. Fue una decisión previamente calculada, haciendo uso del poder que los banqueros tenían. Está claro o parece estar claro entonces, que no es una frase muy acertada decir “los ricos no necesitan del Estado”; lo necesitan y la necesidad de ese uso e intervención, supone un riesgo para los que no somos ricos, porque cuando el Estado es usado para favorecer los intereses de los capitalistas, la propaganda “menos Estado”, simplemente coloca esa voluntad e intervención al servicio de los intereses de los capitalistas.

Los ricos necesitan y usan mucho al Estado. Ese uso implica a veces, dar la instrucción de no intervenga y esta “no intervención”. es una manera de usar su poder para preservar sus intereses.

marcano.evaristo@gmail.com


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Evaristo Marcano Marín


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