Tenía la esperanza puesta en el Referéndum Presidencial. Imaginaba a quien perdiera aceptando, y a quien ganara, “disfrutando” de la decisión soberana. Imaginaba a los medios de comunicación buscando la sindéresis, con mucha dificultad, pero buscándola. Imaginaba a los venezolanos respetando al otro, intentando ver televisión menos tiempo, dedicándose a la lectura, a viajar, a estudiar, a trabajar para y por el “país nacional” (algo que no sé muy bien qué es, pero suena chévere). Nos imaginaba pues, haciendo un país gracias a la decisión del árbitro. Nos imaginaba adultos. Responsables. Honestos.
Nada de eso pasó y henos aquí, igualito que antes del 15 de agosto. Los periodistas de oposición siguen insultando, arengando a desconocer las leyes, incluso a las que aun no se han aprobado, como la Ley de Responsabilidad Social. Los dirigentes de la Coordinadora Llamada Democrática (CLD) insisten en demostrar un fraude que no existió. Los señores y señoras de Súmate, ayudados por las “políticas editoriales”, siguen buscando la mejor forma de deslegitimar al CNE y convencernos de que ellos “son” los legítimos árbitros electorales. La misma música y los mismos músicos. Cero imaginación.
Y es que la oposición está tan aburrida que por primera vez en demasiados meses me encuentro escudriñando la prensa (25 y 26 /09/04) para ver en qué andan, para reflexionar sobre “su” realidad. Para ver sin han conseguido el eslabón perdido, y entender en qué se ha convertido el “fraude” del 15 de agosto. Y miren, ¡decepción!, otra vez un Tulio nos manda para dentro de tres semanas, que es cuando presentará las “pruebas” del supuesto desaguisado y pide la renuncia inmediata de sus “representantes” en el CNE. Lo mismo del 15 en la madrugada.
Sólo las medallas obtenidas en las Olimpiadas de Atenas lograron apartarme de la política por un rato. Y ahora aparece Johan Santana, con unos impresionantes números: 20 victorias, 13 al hilo, 260 ponches. Máximos galardones en la historia del béisbol venezolano y en la de los Mellizos de Minnesota. Eso sí es emoción total.
Más allá de nuestras alegrías, Gaviria anda en “cuestiones” importantes y Pecly niega presiones de Venezuela para modificar su informe sobre el referéndum que dice, entre otras cosas, que uno de los aspectos más controversiales del proceso electoral en nuestro país fue “la participación abierta de los medios de comunicación social en la contienda política”. Pero ya esto también se sabe. Así que cero tubazo.
Es decir, no tienen nada en la bola. Porque encima quieren convencernos de que tampoco tienen el guión claro y pretenden hacernos bailar vallenato y que “disfrutemos” un rato azuzando a los perros de la guerra. Y es que aunque suene desquiciado esta es la “normalidad” que buscan, pues eso les permitirá que la denuncia de fraude muera de mengua, como murió de mengua el sabotaje petrolero, que se suspendió sin que nadie lo anunciara.
Lo cierto es que la oposición se repite tanto, se traiciona tanto, anda tan desorientada, tan angustiada, que da “fasti” ocuparse de ella. Mejor me ocupo del gran Santana. Y si la cosa se pone muy fea, migro hacia las páginas deportivas.
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