CARACAS, Venezuela.- Los venezolanos terminaron de votar el domingo en un referendo para aprobar o rechazar una reforma constitucional que permitiría al presidente Hugo Chávez ser reelecto indefinidamente, en medio de una escasa concurrencia de electores comparado con comicios anteriores.
Con los sondeos preelectorales apuntando a un comicio reñido, en un país donde Chávez está acostumbrado a vencer por amplios márgenes, observadores dijeron que la asistencia a las urnas era menor a la de la elecciones presidenciales de fines del 2006 y a la del referendo revocatorio del 2004, cuando la abstención fue del 25,3% y 30%, respectivamente.
Las largas filas en los centros de votación llevaron a la autoridad electoral a decir que los mantendrá abiertos hasta que la gente termine de sufragar. La concurrencia al comicio no es obligatoria.
De ser aprobada la reforma, que fue propuesta por Chávez, el mandatario tendría carta blanca para la reelección indefinida, además de un período de mandato más largo y más poder, entre otros, para decidir sobre otras autoridades del país y sobre el uso de las reservas internacionales.
Ministros y funcionarios hicieron llamados a votar en una jornada a la que están convocados 16,1 millones de electores.
Hasta el propio presidente, que tras emitir su voto, habló a la prensa con su nieto menor en brazos y llamó a los ciudadanos a sufragar.
"A los que no han votado, les hago un llamado: agarren su cédula de identidad laminada, agarren su nieto, si está dormido no importa (...) vamos en familia, con alegría, a votar, a votar, y a expresar nuestra opinión en este camino que hemos tomado de construir una patria soberana", dijo rodeado de sus hijas y un pequeño grupo de seguidores.
Chávez aseguró que respetará los resultados del referendo "sea cuales fueren" y llamó a sus adversarios a hacer lo mismo, mientras que en sectores de la oposición se sigue cuestionando la credibilidad del organismo electoral.
El mandatario aseveró que el "Sí" a la reforma de 69 artículos de la Constitución -de un total de 350 artículos- triunfará al menos con 10 puntos y que sus opositores planean desconocer su victoria y activar un plan desestabilizador "financiado por el imperio estadounidense".
Al contrario que en otros comicios previos, sondeos no arrojaron una tendencia unívoca y a una semana del referendo muchos de los estudios mostraban un empate técnico entre el "Sí" y el "No", convirtiendo esta elección en la más reñida para el mandatario.
Chávez, que considera imprescindible la reforma para afianzar el socialismo en la nación petrolera, ganó la reelección en diciembre con una abrumadora mayoría de más del 60% de los votos.
La prensa dio cuenta de que la jornada transcurría en calma, aunque autoridades informaron que 16 personas habían sido detenidas por diversos delitos electorales.
Las principales modificaciones
En un país radicalmente polarizado en torno al presidente, algunos funcionarios o prominentes miembros del "chavismo" fueron abucheados y otros aclamados por los electores.
Chávez, que saltó a la fama con un intento de golpe de Estado en 1992, propuso extender el período presidencial de seis a siete años y eliminar los límites a la reelección, lo que para sus adversarios es una clara señal de que quiere eternizarse en el cargo y controlar todos los hilos del poder.
"Voté `No`, porque esta es la última oportunidad para defender a nuestro país y me parece triste que la gente aún no ha salido a votar", dijo María Emilia Orozco, una docente de 30 años, que sufragó en un acomodado barrio de Caracas.
Por su parte, Marlene Vanegas, que a sus 70 años se define como "revolucionaria a tiempo completo", esgrimió sus razones para darle su voto al "Sí".
"La reforma es algo importantísimo para el país. A nosotros nos interesa mucho dar este apoyo al presidente, al `Sí` y a Venezuela. Ese negrito nos lo mandó Dios, y cada cien años nace un líder, por eso lo apoyamos", sentenció la longeva electora que vestía el característico rojo de la revolución.
No pocas veces, en casi nueve años de Gobierno, Chávez ha dicho que quiere ser presidente más allá del 2020, hasta el 2031 e incluso hasta el 2050.
Pero afirma que la modificación legal no es para mantener el poder sino para dar "rumbo y ritmo" a su revolución, para transferirle poder al pueblo y reafirmar la soberanía nacional; así como conformar un nuevo modelo productivo y económico y finalmente la extendida pobreza.
La reforma también contempla reducir la jornada laboral, otorgar seguridad social para millones de empleados del sector informal, garantizar diferentes tipos de propiedad y darle al presidente el manejo de las reservas internacionales del Banco Central, al cual le será eliminada su autonomía.
Más de 100 observadores, entre ellos expertos latinoamericanos, se encuentran desplegados en cuatro estados de los 24 del país.