“En América Latina
los medios están suplantando a los partidos políticos, al sistema
judicial y al debate social. Ya los políticos no debaten en los parlamentos,
sino en shows de medios de prensa” sostuvo el periodista y escritor
Pascual Serrano.
Serrano participó en
el Foro Social Europeo que se celebró en Malmö, ciudad al sur de Suecia,
entre los días 17 y 21 de septiembre, en el capítulo ”América Latina
en defensa de la Humanidad”.
En esta visita a Suecia
participó en un seminario junto a los periodistas Ignacio Ramonet,
director de Le Monde Diplomatique, y Grover Cardozo, entonces director
de la Agencia Boliviana de Información (ABI), que analizó la forma
en que los medios de comunicación reflejan la realidad de América
Latina. También presentó su nuevo libro ”Medios violentos” en
que denuncia como los medios de comunicación no sólo pierden el rigor
informativo en los conflictos, sino que son responsables en promover
guerras, conflictos étnicos y racismo.
En un diálogo con el periódico Liberación
repasó los cambios de los medios de comunicación en Latinoamérica,
el falso debate sobre la ”objetividad” de la prensa, y las alternativas
al poder de los medios privados.
”El poder de los medios
se está multiplicando de manera impresionante en América Latina y
otros países. Los medios están suplantando a los partidos políticos,
al sistema judicial y al debate social.”, subrayó.
”Las acusaciones de
los fiscales, los argumentos de los defensores no se debaten en un tribunal
o una corte, sino a través de los medios en declaraciones a la salida
de los juzgados. Son los medios los que condenan a un acusado, cuando
el juicio aún no ha concluido. Son los medios los que crean la opinión
pública con respecto a una opción política u otra, y no los discursos
de los políticos, que son en teoría quienes nos debían convencer
de sus tesis”.
“Los medios están
acabando, con todas las instituciones democráticas” acusó.
Un poder anti democrático
Serrano sostiene además
que ese poder de los medios es antidemocrático. ”Las instituciones
al menos tienen una contraparte. El gobierno tiene una oposición, el
empresario tiene un sindicato, las empresas tienen la defensa del consumidor,
pero frente a los medios, no hay ninguna contraparte que compense su
poder. Además, los medios son los menos democráticos porque
nadie los ha elegido”.
El periodista, uno de
los editores de la página web www.rebelion.org, sostiene que el caracter privado y netamente
empresarial de los medios los hace menos democrático y añade que la
información no es el primer objetivo, sino la promoción de emporios
económicos.
”Los grandes medios
de comunicación se han transformado en departamentos de imagen de grandes
emporios económicos. Detrás de los medios hay una gran banca, una
aseguradora, una gran empresa de telefonía, una empresa de armamento”
denuncia, y agrega que por eso ”ni siquiera tienen que ser rentables
porque la prioridad es dedicarse a ser un departamento de imagen, de
valores y de política de un emporio económico cuyos intereses están
muy por encima del ámbito de la comunicación”.
En América Latina hay
un debate entre los jóvenes periodistas que sostienen que deben ser
”neutrales, objetivos” y sin juzgar a nadie. Ante este nuevo papel
de los medios, cuál debe ser la postura de los periodistas?
”La neutralidad y la
objetividad no existen. Eso forma parte de la mentira, del mito mediático
por el cual se quiere seducir al ciudadano para que se crea todo lo
que dicen los medios. La prueba más evidente de que la neutralidad
no existe está en el primer elemento del periodismo, que es la decisión
de lo que es noticia. Cuando en un periódico se está eligiendo si
la noticia es un informe de Amnistía Internacional o el resultado de
la entrega de los Oscar, ya estás tomando una posición por muy neutral
que aparentemente sea esa decisión”.
”La mera selección
de la noticia ya demuestra que no existe la neutralidad. ¿Qué es lo
que debemos de buscar?. Creo que debemos de buscar la veracidad, que
sea verdad lo que estamos diciendo, y la honestidad, que lo que planteemos
en un medio sea con decencia, sin engañar ni manipular, y sin duda
con pluralidad, de que hablen todas las partes implicadas”.
”En cualquier caso,
en un medio alternativo lo que se tiene que reivindicar es la voz de
la ciudadanía, de los colectivos sociales, de los pueblos y de los
sectores que nunca son escuchados”.
¿Cuál es la alternativa
para enfrentar el poder monopólico de los grandes medios?
”Creo que en primer
lugar hay que exigirle al Estado un mayor compromiso para que los ciudadanos
puedan recibir una información veraz y derecho a la información. En
nuestras sociedades europeas y latinoamericanas, ya nadie discute que
el Estado debe jugar un papel importante en la sanidad, en la educación,
así pues, con el mismo criterio que exigimos esa responsabilidad social
al Estado para que atienda la salud y la educación, tenemos que exigirle
que se implique en dar garantías a los ciudadanos de que su voz será
escuchada y que recibirán una información veraz.”
¿Cómo debe hacer
esto el Estado?
”En primer lugar con
medios públicos democráticos, participativos, donde tengan acceso
los grupos sociales, que exista una pluralidad que refleje la pluralidad
de la sociedad”.
”Otro mecanismo es
que el Estado nutra de recursos a iniciativas ciudadanas colectivas,
de movimientos sociales, para tener sus propios medios de comunicación.
Es decir apoyar un modelo comunicacional participativo de la ciudadanía.
Si éstos no reciben apoyo del Estado estarán condenado a la marginalidad.
Todos sabemos, que en el marco del libre mercado no hay posibilidad
de que los medios alternativos puedan competir con las empresas”.
¿Cómo se puede coordinar
esta resistencia, de los medios alternativos a nivel internacional?
“A nivel internacional,
si hablásemos de periodismo escrito y de radio, no habría demasiadas
complicaciones. Las nuevas tecnologías permiten, con cierta facilidad
acceder a una información alternativa de cualquier país por lejos
que se encuentre. Existiendo los medios de comunicación, radiales o
escritos, para acceder a la información alternativa y diferente es
relativamente fácil”.
“Mi experiencia en
Telesur, me ha demostrado que en televisión es muy diferente. Los recursos
que se necesitan y el control abrumador de la disponibilidad de imagen
que tienen las grandes agencias torna el caso más difícil”.
“Eso lo puede comprobar
en Telesur, cuando se quería tener imagen del Foro Social Mundial de
Nairobi, fue imposible, porque conseguir una edición vía satélite
de Nairobi valía 5 mil dólares los 10 minutos, mientras que, por ejemplo,
tener las imágenes de la rueda de prensa de la Casa Blanca es gratis”.
“Aunque ya tengas el
medio televisivo alternativo, debes optar entre 5 mil dólares los 10
minutos de Nairobi, o cero dólar la rueda de prensa de la Casa Blanca.
Todo un desafío para la mentalidad de los nuevos periodistas. Si quieres
informar de la manifestación de indígenas mapuches en Chile en televisión,
no vas a encontrar ninguna agencia internacional de imagen grabando
a unos manifestantes mapuches denunciando la contaminación de un río
remoto de Chile. Y en televisión si no tienes imagen no tienes noticia”.