Venezuela en la OMC: hay que revisar por qué fracasan las negociaciones de Doha

Hasta ahora, la Ronda de Doha se ha preocupado por abrirle los mercados a los países desarrollados en beneficio de las grandes transnacionales

Hasta ahora, la Ronda de Doha se ha preocupado por abrirle los mercados a los países desarrollados en beneficio de las grandes transnacionales

Credito: POG

Ginebra, 18 de Diciembre de 2008-- En reunión del Consejo General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) con motivo de la presentación de un informe sobre los resultados de la Ronda de Doha, se evidenció que no se alcanzaron acuerdos en las modalidades de Agricultura y Productos no Agrícolas (NAMA, por sus siglas en inglés). Tal explicación le correspondió al Director General de ese organismo, Sr. Pascal Lamy. Por tal razón, no se realizó la llamada mini ministerial que aspiraba sellar los acuerdos de las dos modalidades (Agricultura y NAMA) de la llamada Ronda de Doha.

Abierto el derecho de palabra, el Embajador Germán Mundaraín, Representante Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU y organismos internacionales con sede en Ginebra, fijó la posición venezolana, señalando en primer lugar que "ésta era una oportunidad para examinar por qué ha fracasado en múltiples oportunidades la Ronda de Doha y que seria oportuno revisar algunas situaciones".

Comenzó por señalar que los métodos aplicados en la OMC de los llamados círculos concéntricos, donde un grupo de países desarrollados acuerda en función de sus intereses y desde allí le imponen al resto de los países; no resulta ni transparente ni inclusivo ni democrático y que es necesario buscar métodos de abajo hacia arriba que permitan que los países en desarrollo puedan expresar sus opiniones y defender sus intereses.

Dijo Mundaraín que "hasta ahora, la Ronda de Doha se ha preocupado por abrirle los mercados a los países desarrollados en beneficio de las grandes transnacionales, y que los países en desarrollo defensivamente han procurado proteger sus agriculturas y sus pequeños aparatos industriales". Igualmente se quejó que "siendo una ronda denominada del desarrollo, no aborda los principales problemas del desarrollo y solamente se limita a garantizar mercados para la mercancía excedentaria de los países industrializados". Relató que "en la mini-ministerial del pasado mes de Julio, se buscó un acuerdo desde Ginebra para el mundo, y ese mecanismo fracasó".

Ahora, se pretendía fabricar un consenso desde afuera, desde espacios internacionales para crear un clima favorable al acuerdo en Ginebra. Este nuevo mecanismo también fracasó. Se hicieron los intentos, y se lograron pronunciamientos del G-20, del APEC y de organizaciones multilaterales de Asia. Sin embargo, lo que se denominó como un fuerte apoyo político del G-20, no pasó de una tímida declaración contra el proteccionismo, cargada de insinceridad, ya que los países desarrollados, frente a la crisis han venido desarrollando prácticas proteccionistas al entregarle miles de millones de dólares en subsidios a sus servicios financieros y a su industria automotriz.

Criticó Mundaraín, que "para los países desarrollados, existe un proteccionismo bueno y un proteccionismo malo. Es bueno, cuando ellos le dan miles de millones de dólares en subsidios a sus industrias, y es malo cuando los países en desarrollo y las pequeñas economías del mundo, mediante el mecanismo de aranceles, protegen su agricultura y su industria".

Agregó el Embajador que la OMC entender que en el mundo ha ocurrido un terremoto económico, que las realidades de principios de año han variado sustancialmente, que en estos tiempos se profundizan las asimetrías. Hay más contradicciones económicas y se evidencian fenómenos como la caída de las reservas internacionales, las fugas de divisas, la devaluación y el desempleo; que tienen un alto impacto en el comercio internacional, y que por si fuera poco, se ha hecho evidente la escasez de financiamiento para la agricultura y la industria, como lo confirma el índice báltico, que demuestra la caída de la actividad comercial en el mundo. Por tal razón, es necesario que los países desarrollados reconsideren sus ambiciones en una circunstancia donde ellos son los causantes de toda esta tragedia económica y no pueden seguir exigiéndole sacrificios a los países en desarrollo.

Dijo para concluir, que Venezuela participaría de un acuerdo que tenga como norte el desarrollo, y que busque normas para acordar un comercio justo que dé un trato preferente a los países con pequeñas economías y los países en vías de desarrollo.


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