Marta Harnecker cree que aún es pronto para formarse opiniones acerca de la reciente propuesta del presidente Chávez de conformar una V Internacional Socialista, sin embargo, al consultársele sobre el tema, coincide en la necesidad de una nueva izquierda. "Se requiere una nueva forma de organizar a las fuerzas revolucionarias en el mundo, el problema es que si no se ha cambiado la cultura de la izquierda podemos ponerle otro nombre a lo mismo".
Sostiene creer en "una V Internacional que plantee una nueva forma de hacer política, de gente que entienda que hay que poner por encima lo que une, la radicalidad de las multitudes y no la de los discursos revolucionarios, que sea antiverticalista, que los políticos sean pedagogos populares y no carreristas de cargos. Si no construimos esto, la V Internacional será un nombre vacío".
De cara al caso venezolano, insiste en que dos de los grandes retos que afronta el presidente Chávez al frente del proceso revolucionario, es que la transferencia del poder popular a la gente sea una realidad y la formación de suficientes cuadros políticos para evitar que los cuadros del partido sean los mismos del Gobierno.
"Coincido con la preocupación de (Alberto) Müller de que es muy complicado el tener los mismos dirigentes en el partido y en el Estado, porque el partido debiera ser el contralor, el espíritu crítico que alerta sobre los errores y ¿cómo tú te vas a controlar a ti mismo? Pero siempre hay que entender la realidad, el ideal sería suficientes cuadros para tenerlos en todos lados, y no es fácil encontrarlos, el gran desafío del Presidente es ver como resuelve este asunto porque alguna solución hay que buscar, la experiencia histórica nos ha dicho que se requiere control popular", apunta.
Agrega que la desvinculación de la gente constituye "un gran problema", pero "si tienes muchas cosas que hacer, el tareísmo que es algo que impide tener ese contacto que Chávez quiere y todo el mundo quiere".
La también psicóloga indica que aunque el ser revolucionario defiende el debate interno, el lavar la ropa sucia en casa, "yo defiendo la crítica pública, creo que es una necesidad sobre todo cuando hay una duplicidad de funciones: los cuadros del Gobierno son los del partido".
Concibe el socialismo del siglo XXI como un modelo sustentado en el protagonismo popular. "Si se trabaja en esto se va creando la fuerza necesaria para avalar el proceso, pero si tratas desde el Estado de resolver los problemas de la gente, eso ya lo conocemos, eso fue el socialismo, hay que entender que el socialismo soviético logró resolver los problemas básicos de sus pueblos, el problema es que no fue construido por la gente, fue un Estado con buenas intenciones que intentó resolver los problemas de la gente, eso no es lo que queremos". No obstante, asegura confiar "en este convencimiento de Chávez de que lo que se requiere es fortalecer el protagonismo de la gente, que hay que tratar que eso se aplique más allá del discurso".
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40 años de trayectoria
Marta Harnecker se define así misma como "una pedagoga popular". Sostiene que su principal reto es llegar a la gente con el lenguaje más sencillo posible. "A veces creen que soy una experta en participación popular y la verdad es que soy una periodista que ha puesto el micrófono y que tengo una vocación pedagógica, y todo lo que registro, lo transformo en pedagogía", comenta. Mañana comienza una programación semanal para homenajear sus 40 años de obra editorial (ver programa de actividades http://aporrea.org/ideologia/n145960.html).
Actualmente tiene el libro De los consejos comunales a las comunas en la imprenta, y trabaja en una nueva publicación: América Latina y el socialismo del siglo XXI.