El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó hoy en Copenhague que "Obama es peor que Bush", su antecesor en la Casa Blanca, y que "sólo ha cambiado el color del presidente" de Estados Unidos.
Morales justificó su afirmación sobre el presidente norteamericano, Barack Obama, citando el anuncio "a bombo y platillo" del cierre del centro de detención en la base estadounidense de Guantánamo en Cuba, para luego cambiar de opinión.
También criticó su postura con respecto al golpe de Estado en Honduras, que según él ha sido instigado en realidad por Washington.
Lo ocurrido en Honduras es una "advertencia y una amenaza" para países que se quieran sumar a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) -que integran Cuba, Venezuela, Bolivia y la propia Honduras, entre otros-, según Morales, que ha viajado a Copenhague para participar en la Cumbre mundial del Clima.
Rechazó además las acusaciones de la administración estadounidense sobre la supuesta eliminación de sindicatos por el Gobierno boliviano y sus "observaciones" sobre algunos artículos de la nueva Constitución de este país andino, "decisión soberana del pueblo", recordó Morales.
El líder boliviano también criticó a Obama por vetar unilateralmente las preferencias arancelarias con Bolivia, dudó de que EEUU esté comprometido de verdad con avanzar hacia una economía "verde" e ironizó con la "vergüenza" de la concesión del Nobel de la Paz este año al presidente estadounidense.
"Nunca vamos a ganar el Nobel de la Paz, porque nunca vamos a mandar tropas", dijo Morales, que figura en la lista de candidatos a este premio desde hace años.
Pasado un día desde su llegada a la cumbre climática, el presidente Morales hizo un balance pesimista del transcurso de la conferencia y de las posibilidades de alcanzar un acuerdo.
"Tengo muchas dudas de que aquí vayamos a llegar a unos acuerdos para defender la vida, la humanidad, el planeta Tierra. Hay profundas diferencias, por ejemplo, en la aplicación del Protocolo de Kioto, que los países ricos quieren anular", declaró.
Morales no cree que entre hoy y mañana, cuando se clausura la cumbre, sea posible lograr un avance significativo en las negociaciones y criticó a los responsables de la conferencia por enredarse en discutir sobre los procedimientos para seguir el debate, lo que constituye una "perdida de tiempo".
La renuncia a consensuar un tratado jurídico y las dificultades para lograr al menos un acuerdo de compromiso hacen que Morales califique la cumbre de Copenhague de "fracaso".
Morales criticó a los países occidentales por hablar únicamente de los efectos del cambio climático, pero no de sus causas, que él centra en el sistema capitalista.
"Mientras no digamos la verdad sobre las causas es imposible resolver el tema de la vida, porque el responsable principal de este desastre natural es el capitalismo. La lucha todavía será larga, pero estoy convencido de que el movimiento popular, y especialmente el movimiento indígena, va a derrotar tarde o temprano al capitalismo", afirmó.
A pesar de las dificultades, cree que "tarde o temprano, los países capitalistas tendrán que subordinarse o someterse a las propuestas de los movimientos sociales, si queremos salvar la vida".
El presidente de Bolivia no cree que el mundo desarrollado tenga voluntad política e interés real en comprometerse a reducir sus emisiones y financiar medidas de los países pobres para mitigar las emisiones y que se adapten al cambio climático.
"Todavía hay mucha soberbia, piensan que compensando con plata a los países en desarrollo o comprando acciones en el mercado de carbono se va a hacer algo, pero ésa no es la solución", sostuvo Morales, que señala el cambio de sistema económico como única vía.
Morales también se refirió al opositor boliviano Manfred Reyes Villa, que fue su principal rival en las últimas elecciones, e insistió en que ha huido del país, aunque él haya afirmado lo contrario.
"Da vergüenza apoyar a un candidato como él, que huye del país. Estoy casi seguro de que ya está en Perú o en Brasil", dijo Morales, que hoy tiene previsto participar con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en un acto popular de la ALBA en Copenhague, fuera del espacio de la cumbre climática, antes de abandonar Dinamarca.