12-09-2010 / Las exitosas medidas heterodoxas que las naciones emergentes siguieron para paliar la crisis mundial volvieron a poner en duda las recetas tradicionales de los organismos financieros. Reunidos en Buenos Aires por las Madres de Plaza de Mayo, economistas anti establishment opinaron sobre el futuro de la economía mundial y cargaron contra el FMI.
Alejandro Giuffrida
El comienzo del siglo XXI quedará en las páginas de historia mundial
como una "década bisagra" entre dos fuertes paradigmas de la economía.
La crisis mundial, que todavía arriesga ciertos coletazos, reavivó la
disputa entre el neoliberalismo y la intervención del Estado como
jugador económico pleno y estratégico.
Esta es, quizás, la traducción más ajustada que se puede realizar del "IV Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos", que se extendió durante tres días (finalizó ayer), y se desarrolló en la sede porteña de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Las ajetreadas jornadas, que en realidad fueron organizadas por el Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (CEMOP), hospedaron a pensadores económicos y cooperativistas de más de una docena de naciones.
Las políticas heterodoxas que las naciones emergentes aplicaron para hacer frente a la crisis fueron realzadas como contraposición a las viejas fórmulas del FMI que, a entender del grueso de los panelistas, están terminando por sepultar la hegemonía del neoliberalismo. Se advirtió además respecto de un giro del temblor financiero hacia el gigante asiático, a raíz de una creciente "burbuja inmobiliaria y crediticia china".
David Harvey, teórico británico reconocido dentro del pensamiento heterodoxo y profesor de la City University de New York; Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo de Bélgica; Atilio Borón, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard e investigador principal del CONICET; Emir Sader, secretario del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, fueron sólo algunos de los tantos pensadores internacionales que circularon por este IV Encuentro.
Además, en el plano local, la apertura del congreso que regularmente organiza el CEMOP (centro de estudios que dirige la ex ministra de Economía Felisa Miceli) quedó en manos de un panel en el que disertaron el actual titular de la cartera económica, Amado Boudou; el canciller Héctor Timerman; la titular de Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; y el secretario de Cultura, Jorge Coscia.
Las consecuencias concretas de la crisis global, más allá de las abstracciones y balances financieros, son de una magnitud sustancial: En 2009, según las estimaciones del Banco Mundial, más de 50 millones de personas se sumaron al universo de población que vive en "extrema pobreza". En 2010, lejos de mejorar el panorama, esa cifra ascendería a las 64 millones.
Mientras tanto, en paralelo con el deterioro del empleo, los panelistas denunciaron que también "se fueron cayendo en estos últimos meses los sistemas sanitarios públicos", mucho de ellos colapsados y otros tantos afectados por las reducciones fiscales, lo cual potenció la desigualdad interna de las naciones.
El nuevo paradigma que comienza a extenderse entre las economías emergentes persigue combinar la planificación estratégica de un estado interventor con una meta social fuerte, donde los Derechos Humanos jueguen un papel preponderante y la economía termine por ponerse al servicio de las necesidades de toda una sociedad.
Sucede que la fortaleza que fueron ganando los países emergentes vació
-sólo en parte- cierta legitimidad de las naciones centrales en los
foros internacionales, y de allí que ya se hayan propiciado algunos
avances dentro de organismos financieros mundiales. Por ejemplo, se
consensuó el incremento de recursos del Banco Mundial, así como también
de los bancos multilaterales de desarrollo, cuyo capital creció cerca de
350 mil millones de dólares.
Además, de acuerdo a lo detallado por el Canciller Timerman, los países
en desarrollo ampliaron su poder de voto dentro del Banco Mundial en un
4,6 por ciento desde 2008 a esta parte.
De cara a estos últimos datos, no suena entonces tan arriesgada la lectura que sobrevoló en este IV Encuentro de Economía Política y Derechos Humanos, según la cual "los países emergentes están ganando mayor peso en el mapa político mundial". Timerman, en ese sentido, dejó entrever una estrategia que la Argentina está impulsado entre las naciones vecinas, para establecer un "mecanismo de consulta previo a cada cumbre del G20" para llegar al foro internacional con una voz de la región unificada y más fuerte.
La inequidad del FMI
La disertación de Héctor Timerman, que fiel a su estilo no escatimó en adjetivos y marcados posicionamientos, tuvo un doble valor dado que el actual canciller además de representar la postura oficial del Gobierno de Cristina Fernández, hasta hace pocas semanas fue embajador en Estados Unidos -epicentro financiero- y también "Sherpa" (representante personal) de la Argentina en los encuentros del G20.
Por eso, tras una breve introducción protocolar, cuando arrancó su exposición señalando que "un caso emblemático de la inequidad representativa es el FMI", todos en el auditorio de la Universidad de la Madres se acomodaron en sus plásticas sillas a la espera de un extenso relato, de tonos fuertes y reproches acumulados. Y así fue.
"Debe haber una gran reestructuración (de los organismos financieros)", lanzó Timerman con cierto aplomo y subrayó: "Sobre todo para los sectores que se han beneficiado del status quo del sistema de relaciones económicas internacionales".
El Canciller ejemplificó que, actualmente en el FMI, Bélgica tenga una cuota mayor que la India -2,08 por ciento de poder de voto contra 1,88- y agregó que hay que "adecuar" estos organismos, "especialmente de aquéllos financieros, que se apoyan aún en una representatividad diseñada para la post-guerra".
"No obstante, esta reforma no debe incrementar la participación de los
países de bajos ingresos a costa de diluir la participación de los
países de ingresos medios como Argentina, como pretenden los países de
ingresos altos", advirtió.
Por otro lado, en cuanto a factores más próximos de la economía real, el
representante argentino en el G20 señaló que a nivel mundial "el
desempleo permanece en niveles inaceptables" y aseguró que "muchas
naciones han llegado a la conclusión de que el bienestar de su población
depende no sólo de generación de riqueza sino también de la equidad en
la distribución".
"Resulta cada vez más evidente que la riqueza de algunos países es insostenible si en otros el hambre sigue siendo una constante", afirmó. Además, pidió "continuar" con las reformas que se han ido aplicando en el Banco Mundial, "de forma tal que lleguemos a la paridad en el poder de voto entre países avanzados y en desarrollo".
"Nuestra infeliz experiencia en la década pasada nos llevó a advertir fuertemente contra las propuestas de ajuste fiscal de algunos países desarrollados que dan la impresión de constituir un retroceso, particularmente teniendo en cuenta que la recuperación mundial todavía sigue dependiendo de impulsos fiscales y monetarios", dijo finalmente Timerman.
El lobby contra la Argentina
A partir del último canje de deuda que encaró el Ministerio de Economía, la adhesión total de los tenedores de bonos defaulteados en 2001 llegó al 92 por ciento y, como correlato, dejó al descubierto que aquellos que continúan oponiéndose ciegamente a la propuesta argentina son principalmente "fondos buitres", que tienen entre sus peculiaridades el perseguir títulos de países en dificultades para luego multiplicar su inversión cuando se reestructure esa deuda.
Pero, claro, no se trata simplemente de buscar países próximos a la quiebra, sino que el arte del oficio es poseer la influencia suficiente en los principales centros de decisiones internacionales, para lograr así medidas a su favor; sean leyes, embargos o artilugios similares.
En el caso del canje argentino, si alguien conoció (y padeció) con detalle esa estrategia de los fondos buitres fue el actual Canciller Timerman, que durante los últimos años se desempeño como embajador en Estados Unidos. Durante su exposición en la Asociación Madres de Plaza de Mayo, el funcionario denunció: "Por caminar los pasillos del Congreso (de Estados Unidos) hablando mal de la Argentina un conocido lobbysta cobra medio millón de dólares por año".
"Apenas asumido como Embajador en Washington, experimenté en primera persona que en varias de las actividades que incluían en su temática a la Argentina solían pedir la palabra personas mezcladas en el público que se presentaban como `maestros´ estadounidenses estafados por la Argentina, que se negaba a pagar los bonos por ellos adquiridos previo al default de diciembre de 2001", comenzó Timerman con su relato.
Y detalló que, además de la ponencia en esas actividades, también empezó a recolectar "artículos, solicitadas u otras formas de expresión" que perseguían idéntico objetivo. "No tardaron en llegar a mi despacho las cartas de legisladores estadounidenses instando al pago a los mencionados maestros, estafados por un país que ahora crecía a tasas chinas y contaba con superávits gemelos", recordó el Canciller.
"Pero los protagonistas de la historia no eran los maestros, sino los fondos buitres, que compraron por centavos bonos argentinos defaulteados, para obtener luego sentencias favorables en Nueva York y avanzaron sobre el congreso de los Estados Unidos, donde desde 2007 intentan sacar un proyecto de ley que sanciona a la Argentina hasta que se les pague", afirmó y agregó: "quieren hacer de nosotros una especie de Cuba financiera, propiciando un embargo que destrozaría las relaciones bilaterales".
Según Timerman, "la estrategia se sostiene únicamente con una intensa propaganda y la contratación de influencia: Por caminar los pasillos del Congreso hablando mal de la Argentina un conocido lobbysta cobra medio millón de dólares por año".
Además, aseguró que aquellos fondos buitres, si bien presentan el tema como un daño a los contribuyentes estadounidenses, "tienen domicilios en paraísos fiscales".
"Logramos que un conflicto que se presentaba como Argentina vs Maestros, sea ahora percibido en su real dimensión: Argentina vs Fondos Buitres", concluyó el ex embajador.