22 de septiembre de 2010.- El próximo domingo se celebrarán las elecciones legislativas en Venezuela en medio de un contexto de agresión y violencia por parte de la oposición que ya ha amenazado con violencia si no está satisfecha con los resultados y que ha cantado fraude antes de que las máquinas de votación fueran instaladas.
A estas elecciones acudirán 150 Observadores Internacionales de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) entre otras organizaciones. El sistema de voto venezolano ha sido elogiado por la misma Unión Europea, en las últimas elecciones presidenciales, quién lo certificó como transparente y comrpobó la imposibilidad de que se produjese un fraude. La mayor demostración de ello es que la opción defendida por Chávez en el referéndum constitucional perdió frente a la opción de la oposición.
Ante unas encuestas favorables a los candidatos revolucionarios - el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) acude a las urnas en alianza con el Partido Comunista de Venezuela (PCV)- y con la profundización del proceso revolucionario en el horizonte, los medios de comunicación de masas, cuyos dueños esperan la caída de Chávez para volver a tener negocios más que rentables en una Venezuela privatizada y poblada por explotados, se han lanzado contra el presidente venezolano.
La última oleada se refiere a uno de esos actos de "populismo" de Chávez que han conseguido acabar con mucha de la pobreza que el neoliberalismo produjo en Venezuela. Uno de los acuerdos comerciales que Venezuela ha firmado con China ha logrado que electrodomésticos de calidad -al alcance de unos pocos en el país sudamericano- puedan ser comprados por todos los ciudadanos de Venezuela.
En las informaciones de los medios de comunicación se enlaza este hecho con las elecciones, es decir, que Chávez ha salido hablando de estos electrodomésticos para pescar algunos votos. Precisamente lo que hacen los partidos neoliberales en la campaña electoral.
Sin embargo esta acción del líder venezolano si podría haber sido para captar algunos votos sino fuera porque acciones como estas marcan el día a día del gobierno Chávez, ajeno a las elecciones.
Mantener el altísimo gasto público en tiempos de crisis, elevar el salario dos veces al año mientras se reduce la inflación, acabar con la pesca de arrastre, dar las fábricas a los pescadores para que procesen lo pescado, acabar con el latifundio produciendo el doble de toneladas de alimentos, hacer gratis la sanidad y la educacion, mejorar las infraestructuras de los hospitales, devolver la gratuidad a las viviendas públicas privatizadas por la oposición, formar técnicamente a millones de trabajadores dándoles trabajo mediante misiones como la llamada Che Guevara o Vuelvan Caras, ofrecer alimentos el 60% más baratos que los supermercados privados hasta lograr que todos los venezolanos consuman el mínimo nutricional según la ONU, rebajar en más del triple la pobreza, reducir la desigualdad entre otras acciones como reducir la delincuencia y luchar contra el narcotráfico.
Estas acciones llevadas a cabo desde hace más de 11 años de manera inisterrumpida son las responsables del apoyo a Chávez y la perfecta explicación de por qué las lavadoras y neveras chinas no son propaganda electoral: la Revolución Bolivariana no las necesita para ganar las elecciones.