27 de febrero de 2012.-
-Hagamos una alegoría histórica. Ya que estamos en la Batalla de Carabobo, ¿el jefe del comando de campaña equivale a cuál de los tres generales de división que actuaron allí: José Antonio Páez, Manuel Cedeño o Ambrosio Plaza?
—Ja ja, el jefe se llama Hugo Chávez. Los demás tenemos funciones tácticas. La alegoría que cabe es más amplia: en Carabobo las tropas patrióticas concentraron todas sus fuerzas para aniquilar de manera definitiva al imperialismo español. En la escena actual, el enemigo ha tratado por todas las vías de truncar este proyecto histórico, y esta batalla del 7 de octubre será decisiva. Nos estamos jugando si esta patria sigue teniendo futuro o será aniquilada. Si quisiéramos comparar habría que estudiar la batalla para saber cuál de aquellos generales tuvo mayores responsabilidades tácticas.
—El candidato no necesita mucha promoción, pero la obra de Gobierno sí la requiere pues parece que mucha gente se empeña en no verla. ¿Será así?
—En términos boxísticos, gramo a gramo el gobierno de Chávez en todas sus etapas, pero especialmente en este último período, ha sido el mejor de la historia de Venezuela. Estoy dispuesto a confrontar cifras, hechos y eventos subjetivos. Por ejemplo, la recuperación de la independencia, la autonomía y el orgullo patrio. En los años 80 y 90 hubo una operación universal de desmontaje de las patrias para hacer más sencilla la injerencia y la subyugación imperial. Hoy en día, las investigaciones demuestran que el venezolano es más feliz, tiene más esperanza y está orgulloso de su patria. En lo objetivo, los números son harto elocuentes en materia de educación, salud, alimentación, desarrollo, urbanismo y vivienda. Pero ningún Gobierno había sido tan brutalmente atacado por los factores tradicionales de poder que fueron desplazados, las oligarquías, los grandes medios de comunicación, los partidos de la derecha. Si no hubiese sido víctima de ese ataque despiadado, la obra de Gobierno sería mucho más reconocida.
—En las colas de las primarias del 12 de febrero se vio a mucha gente de sectores favorecidos por el Gobierno. ¿Víctimas de la campaña mediática?
—Sobre todo la clase media. No conozco un gobierno en el mundo que haya hecho tanto por la clase media, por ejemplo en facilidades para la adquisición de viviendas, vehículos y otros bienes. Puedo exponer mi propia experiencia: ya tenía un tiempo ejerciendo como psiquiatra cuando, a finales de los 90, compré mi primer apartamento, y llegué a pagar 98% de interés en el crédito hipotecario. Un mes pagué 900 mil bolívares, de los cuales sólo 0,25, un mediecito de aquel tiempo, fue el aporte a capital. Lo demás era plata para los banqueros. La clase media debería recordar esos tiempos y compararlos con los actuales, cuando pagas 7. 8 o 9% de interés.
—Reinaldo Iturriza dice que el enemigo a vencer el 7 de octubre es la abstención de la masa chavista. ¿Está de acuerdo?
—Estamos diseñando las estrategias específicas sobre las líneas maestras fijadas por el Presidente. Una de ellas es atender el Registro Electoral. Todavía estamos revirtiendo un modelo que favorecía la inscripción de los sectores adeptos a la derecha y obstaculizaba la inscripción y el voto en los barrios y los campos. Eso ha cambiado, pero aún es un obstáculo a vencer. Por otro lado, trabajaremos en un nivel de organización celular que evite la abstención porque ésta siempre perjudica a las mayorías. Un elemento peligroso es el triunfalismo. Es tan grande el favor del pueblo hacia su candidato-Presidente que algunos pueden estar pensando que las elecciones ya están ganadas. Esa idea es muy mala consejera, las elecciones se ganarán el 7 de octubre.
—¿En esta confrontación hay indecisos o la polarización es tan fuerte que no queda margen?
—Yo nunca he creído que hay tres sectores. Nuestro panorama político necesariamente debe estar polarizado, es conveniente que así sea porque hay una confrontación de dos modelos: el que encarna Hugo Chávez, que postula que el pueblo debe encarnar el poder; y el otro, el entreguista de las riquezas nacionales, el de las élites financieras, económicas y políticas.
—¿La salud del Presidente es un factor que podría modificar las etapas en que se ha dividido la campaña electoral de este año?
—Las etapas que hemos planteado son de organización. La enfermedad del Presidente es una condición que él habló con su pueblo y que va a ser superada. Incluso en un escenario de mucha dificultad, él está capacitado para enfrentar este proyecto.
Esa condición ha sido brutalmente utilizada por estos vampiros que no respetan la condición humana. Chávez ha manejado el tema con honestidad, responsabilidad y claridad.
—Colette Capriles, una analista opositora, dice que al chavismo le convendría designar ya un candidato suplente. ¿Están buscando que Capriles se faje con uno de su tamaño?
—Claro, le tienen mucho miedo. Ellos saben qué clase de ser humano y qué clase de candidato es Hugo Chávez. Y saben cuál es la calaña de su candidato.
La mejor demostración es que la estrategia es esconderlo y que cuando aparezca por ahí, hable como Chávez. Imagínate tú la dificultad que tienen.
Nosotros vamos con nuestro candidato Hugo Chávez y por eso, tanto a esta señora Capriles como a quien quiera escucharlo, que oiga ahora: el 7 de octubre les vamos a dar una paliza inmensa a los retrógrados de la derecha que intentan destruir esta patria y se la vamos a dar con el mismo que se las ha dado todo este tiempo: con Hugo Chávez Frías.
Candidato imitador
Quedar a verse con el alcalde en la plaza parece cosa de un pueblito. Pero en estos tiempos ocurre lo que hasta hace poco eran impensable. Así que a las dos de la tarde del sábado, Jorge Rodríguez, alcalde de este pueblo llamado Caracas, llega caminando a la plaza Diego Ibarra, sin guardaespaldas, salvo que queramos llamar así a su hermana Delcy (quien, vamos a ser francos, no tiene tamaño para ese oficio).
Y allí, junto a la fuente de este espacio recuperado de la ignominia, se desarrolla la entrevista, interrumpida varias veces por personas que quieren saludarlo o tomarse fotos con el hombre que, desde el jueves, lleva sobre sus hombros la responsabilidad de guiar la campaña del presidente Hugo Chávez.
“Va a ser una campaña bonita, en la que los elementos psicológicos y emotivos serán importantes –dice este médico de 45 años de edad–. Los 10 millones de votos son una posibilidad cierta y vamos a luchar para lograrla”.
Apelando a los recursos de su especialidad, la psiquiatría, Rodríguez analiza el raro fenómeno que se está presentando en el bando opuesto.
“No es nuevo que la derecha disfrace sus propuestas para engañar al pueblo. Lo peculiar es que consideran tan buen candidato a Chávez que hasta decidieron imitarlo, mimetizarse con él. Es una manera de demostrar admiración por el rival. Yo digo que si el candidato opositor admira tanto al nuestro como para copiarlo, la solución es que vote por Chávez”, expresa sonriendo.