Dic. 24, 2012.- El Gobierno de Brasil decidió subir en un 8,8% el salario mínimo del 2013 que desde el 1 de enero pasará a ser de 678 reales (326 dólares).
La jefa de gabinete, Gleisi Hoffmann, informó que la presidenta Dilma Rousseff quiso que el alza fuera comunicada a la población en la víspera de Navidad.
El aumento fue calculado en relación al crecimiento de Brasil en 2012, estimado en 2,7 por ciento, y la inflación que se espera para el año que viene, que sería del 6,1 por ciento.
Brasil finalizó el año de 2011 con una inflación del 6,50%, confirmando la tendencia de estabilidad de los años anteriores. Hasta la conquista de esta actual estabilidad económica, el País pasó por una larga lucha en contra de la alta inflación, según fuentes gubernamentales. El Índice de Precios al Consumo (IPC BR) en Brasil se colocó en noviembre 2012 en 5,533 %.
El aumento impactaría en uno de cada tres brasileños económicamente activos, ya que es el número que recibe un salario mínimo, según el censo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) realizado en 2010.
A pesar del crecimiento económico en los últimos años, y el descenso del desempleo, estimado en 5 por ciento, Brasil sigue siendo uno de los países más desiguales del continente con un Coeficiente Gini de 0,508 (más cerca de cero mayor igualdad) y está posicionado en el puesto 84 a nivel mundial en cuanto a Índice de Desarrollo Humano, según la ONU.
La Central Única de Trabajadores (CUT) de Brasil amenazó al menos un par de veces durante el año que concluye, con la convocatoria de una huelga general de empleados estatales ante lo que calificaban como una posición “inflexible” de la presidenta Dilma Rousseff, frente a sus demandas de aumento salarial.
El gobierno enfrentó en julio de 2012 una ola de paros simultáneos de los empleados vinculados con los ministerios de Educación, Justicia,Trabajo y Agricultura, que exigían aumento salarial antes de que fuese aprobada la Ley de Directrices Presupuestarias que fija los recursos para 2013.
La cifra del aumento está por encima de los 670.95 reales que la propia Rousseff había propuesto en su proyecto de presupuesto para el año próximo año. El mes pasado, el Congreso nacional del país aprobó un proyecto de ley sobre el presupuesto que no incluía ningún aumento de sueldo para el 2013. Dirigiéndose al periódico, Correio Braziliense, uno de los asesores de Rousseff defendió la medida, declarando que los trabajadores públicos “ya habían recibido aumentos durante los últimos diez años y tenían estabilidad en sus empleos. Aún con la situación peor en Europa y Estados Unidos, continuarán con sus empleos. Tienen, por lo tanto, que contribuir su cuota de sacrificio”.
El Gobierno también decretó una serie de exenciones tributarias para el año próximo que implican que el fisco dejará de recibir unos 1,700 millones de reales.