El reloj marcó las 4:49 de la tarde y de repente la patria se alborotó, como si de un golpe de arpa, cuatro y maracas se tratara. De gigantes cornetas se escuchó: "Convocamos a una elección presidencial el 14 de abril de 2013". Era la voz de la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, informándole al país, en cadena nacional de radio y televisión, acerca de la convocatoria a nuevos comicios electorales.
No se escuchó nada más. La fila india que se perdía de la vista, formada en la Academia Militar, en Caracas, se convirtió en una consigna ensordecedora: "¡Con Chávez y Maduro el pueblo está seguro!" que salía de las gargantas de miles de hombres, mujeres y niños
De a poco se calma la algarabía, pues la fila no aguarda y la meta de este sábado es llegar a él; verlo por esos segundos e inmortalizarlo detrás de la retina. Hugo Chávez está, relativamente, a pocos metros. Pero, antes del esperado encuentro, la excitación continúa, tras el anuncio del CNE.
"¿Vas a votar por Maduro, verdad?", pregunta una maracayera a su vecino en la cola. Éste le responde: "¿Y tú me vas a preguntar eso? (risas, luego carcajadas). Eso ni se duda, mi amor. Nicolás Maduro es el hombre para continuar la revolución del Comandante. Mira, la consigna es así: ¡Chávez, te lo juro, mi voto es por Maduro!" (de nuevo, la proclama se vuelve ensordecedora y se propaga, de boca en boca).
Lo sucesivo es la demostración de un pueblo sellando el compromiso férreo con el líder nacido en Sabaneta. "¡No volverán ni que vuelvan a nacer!", " '¡Los vamos a convertir en polvo cósmico!', así decía Chávez", "¡Vamos a ganar las elecciones galopando!"... y sigue.
La peregrinación continúa, con paso lento pero firme, y más cerca de la entrada a la Capilla Ardiente el joropo se impone y llega de todas direcciones, acompañado de un crepúsculo cálido con vientos alisios que hacen presumir que, seguramente, así son las tardes de esa Barinas llanera del Comandante.
"Linda Barinas. Tierra llanera camino de palma y sol. Donde se pone más bella siempre la tarde. Cuando matiza el paisaje. Pinceles de un arrebol", retumba a cielo abierto, mientras la cuasi recta fila de personas avanza y avanza, hasta toparse con una tarima cercana a una pancarta gigante reposada en una pared desde donde se lee: "Del pueblo, por el pueblo", y la ilustra el rostro militar de Chávez.
Allí, sobre el escenario, Argenis Martínez, cantor de la parroquia 23 de Enero, entona una canción de su autoría.
"¡Qué tristeza, Comandante, tu partida nos dejó! Con un nudo en la garganta y en el pecho un gran dolor. ¡Chávez se ha multiplicado, con millones en el mundo y un sentimiento profundo!".
Al término de su interpretación, el público, cambiante en cuestión de segundos, que lo oye desde la fila, le pide: "¡Cántala otra vez!". Y así lo hace, aunque, para ser sinceros, pocos aplausos recibe. Y es que ya se ve la entrada, un poco lejos aún, pero es inminente que allí está la Capilla Ardiente.
"¡Avanzar, avanzar, por favor!", repiten los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana. Así, Argenis, el artista caraqueño, va quedando atrás y, lo último que se escucha es la repetición de una estrofa, mientras que una representación de trabajadores de Petróleos de Venezuela reconoce, también con música, la lucha emancipadora que caracterizó al presidente Chávez.
"Todos los trabajadores lo quieren de corazón. En la patria de Bolívar Hugo Chávez libertó. Soberanía petrolera, del imperio nos libró. La Faja del Orinoco a su pueblo le entregó. ¡Chávez está vivo!", cantaron y no detuvieron su marcha.
Así fue cómo, con el crepúsculo sabatino, se encendió el patriotismo y fue cantado. Se cantó con alegría ante el compromiso que será ratificado el 14 de abril y también se lloró ante el momento que se aproxima cuando la fila culmine y delante esté el adorado barinés y sea allí, en esos segundos, cuando, con respetuoso juramento, cada uno ratifique: "Chávez, te lo juro, mi voto es por Maduro".
