12/03/13.- Esther Mendoza, de Catia, estaba ayer contenta porque por fin pudo ver en capilla ardiente al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez.
“Yo había venido ya tres veces y había sido imposible, hoy sí lo hice, esto es un compromiso patrio, el Presidente es un hombre que se ganó nuestro amor y nuestro respeto, por eso estamos aquí, para continuar apoyándolo, es un orgullo que haya sido nuestro presidente”, afirmó.
Ayer las colas para ver el féretro del líder de la Revolución Bolivariana avanzaron con mayor fluidez que días anteriores aunque no dejaban de ser kilométricas.
Hombres y mujeres sin distinción de edad se fueron a la Academia Militar preparados con un solo fin: ver aunque fuese por segundos el féretro del hombre más importante de la historia política del siglo XXI. Es así como entre botellas de agua y frutas continuaba la jornada de cientos de personas que se confiesan ahora más que nunca “chavistas resteados”.
A la salida de la Academia Militar en Los Próceres las personas que habían visto al Comandante tenían opiniones distintas.
“Esperé tanto, pero cuando estaba cerca no lo quise ver mucho”, dijo María Meléndez.
Maribel Soto comentó que “quedó igualito. Parecía que estaba dormido mi Presidente”.
“Uno pasa muy rápido y no da tiempo de verlo bien. Si me preguntas qué ropa tenía, en verdad no me di cuenta”, dijo Maritza.
“Llevaba su boina y el traje era el verde. Todavía no lo puedo creer”, aseguró Pablo.
El ambiente del Paseo Los Próceres se vestía de la bandera tricolor, música llanera y la alegría de los asistentes, quienes a pesar de la nostalgia mostraban su fortaleza con la firme convicción de que ahora depende de ellos que la Revolución siga su curso.
Mireya Orozco llegó a las 7 am a Los Próceres para expresar su apoyo incondicional al hombre que le despertó su conciencia política.
“Hay que seguir trabajando. Ese fue el legado que nos dejó el Comandante, quien nos regaló cosas hermosas para el país. Ahora tenemos Misión Ribas, Misión Milagro y Misión Negra Hipólita al servicio del pueblo”.
Para muchos “El Arañero” no ha muerto. Sigue vivo en cada una de sus ideas y en los logros sociales, políticos, económicos y culturales que construyó en los 14 años de Revolución donde por primera vez se reivindicó a la clase popular en Venezuela.
“El Presidente nos cambió la forma de pensar. Venezuela ahora es un territorio lleno de amor” expresó Dionora Carrillo, de 31 años de edad, quien viajó desde San Félix, estado Bolívar.
Taisú Calzadilla tiene mucho que agradecerle al Comandante, ya que gracias a él fue posible la atención médica para su hijo Carlos, quien es un paciente especial.
“Mi hijo tiene retardo mental y gracias a Chávez tiene su beca y recibe atención de calidad. Esta Revolución ha sido y será lo mejor, y yo invito a los que todavía no están claros que se unan a trabajar por un proyecto de país que nos incluye a todos por igual”, dijo.