Los trabajadores se manifiestan

Pronunciamiento sobre la actual situación del sector Automotriz

Congreso Fundacional FUTAAC

Congreso Fundacional FUTAAC

Credito: aporrea tvi

A raíz de los ultimas decisiones en materia automotriz llevadas adelante por el gobierno nacional, la Federación Unitaria de Trabajadores Automotrices, Autopartistas y Conexas, con el objetivo de informar al pueblo venezolano sobre su situación, elaboro el siguiente pronunciamiento:


El sector automotriz en crisis

Desde el último trimestre del año pasado los trabajadores del ramo automotriz vivimos en un ambiente laboral donde la incertidumbre es la regla y no la excepción, producto de la desinformación y la anulada comunicación con los órganos del Estado.

Nuestra situación se ha convertido en una turbulencia de contradicciones, de tal manera que la escasa información que obtenemos es suministrada por los patronos, zamuro cuidando carne. Las organizaciones de los trabajadores del sector in comento, no tenemos más alternativa ante la ausencia de dialogo con el gobierno, que escuchar a diario de los patronos, sus malas interpretaciones de cuanto decreto es dictado por el legislador habilitado, así como el constante recordatorio de opiniones adversas del gobierno, hacia los trabajadores y sus organizaciones en este sector, que en gran medida dinamiza la actividad económica de cualquier Nación del mundo, pues fue la industria automotriz la gran protagonista del siglo XX.

Los trabajadores automotrices revolucionarios hemos llegado a una encrucijada, que nos obliga a realizar un análisis profundo de la situación de urgencia económica que agobia a nuestro país, un análisis sin complejos ni prejuicios porque también somos pueblo y nos afecta cualquier medida que se adopte para equilibrar y corregir las distorsiones de nuestra golpeada economía.

En nombre de la crisis y de las medidas que pretenden curar nuestra economía rentística, los empresarios de la industria automotriz ya tienen su plan trazado, tal como ha sido la costumbre histórica, inmolar y hacer pagar la crisis a sus trabajadores. Empezaron su muy bien orquestado plan con la satanización, criminalización y desprestigio del obrero automotriz (usureo, vende cupo, ladrón, reposero, etc.); arremetieron con el incumplimiento de convenciones colectivas, utilizando como cuartada el desabastecimiento reinante en el país (Toyota y Chrysler); ahora sabotean inescrupulosamente discusiones de contratos colectivos (Ford, General Motors, Pirelli, Firestone, Good Year, Clover, Aerocav y Super Autos); reprimen a organizaciones sindicales y delegados de prevención (Civetchi) con la complacencia de la inspectoría del trabajo; y por último el postre, planifican el despido masivo de trabajadores, que promete convertirse en un efecto dominó de alcances insospechados dentro de este sector, escudándose en la sequía de dólares que según ellos sufren desde el año pasado.

Para los trabajadores automotrices es difícil precisar la veracidad de la no liquidación de divisas para este sector, ya que estamos en pleno desarrollo de la ofensiva contra la guerra económica, y en una guerra cuesta creer en el adversario, más aún si es históricamente nuestro rival de clase, sin embargo dejando de lado los dogmas e ideales debemos observar nuestra cruda realidad. Las líneas de producción de las ensambladoras del Estado Carabobo (Chrysler, Ford y General Motors) hasta el día de hoy están paralizadas, sin tener planificada aun fecha tentativa de reinicio de operaciones, como consecuencia de la falta de material CKD (Complete Knock Down-material importado para armar) para ensamblar vehículos.

La situación es preocupante en Chrysler de Venezuela LLC., en la cual se cuenta con un aproximado de 200 automóviles (Forza), que corresponden a la producción de dos semanas. Ensamblados estos vehículos se desconocen los programas de producción y actividades que realizaran 1200 trabajadores directos sin contabilizar los indirectos que sobrepasan los 400. En Cumaná se están produciendo entre 10 y 20 automóviles diarios, con la expectativa de paralizar operaciones los primeros días de febrero, sumando a la problemática el incumplimiento de la convención colectiva por parte de la patronal.

Falta de divisas, devaluación, baja productividad, escases de materiales, importación de vehículos a granel, amenazas de despido, violaciones contractuales y descalificaciones verbales (ladrones, corruptos, especuladores, etc.), son las expresiones reiterativas en nuestro ámbito laboral. Todas estas circunstancias abonan peligrosamente el terreno para una desmoralización del movimiento revolucionario obrero de este sector, acrecentando la decepción que cada día se hace más pública y notoria, al observar como las medidas económicas adoptadas flirtean con la burguesía parasitaria importadora, que han sido los más favorecidos económicamente en estos 15 años de revolución.

Decretos que priorizan la importación de automóviles armados, no contribuyen a consolidar una política automotriz que fomente el desarrollo de esta industria y en consecuencia la preservación y generación de más puestos de trabajo en el país. Necesitamos políticas que impulsen la industria y superemos la etapa de ensambladores para convertirnos en verdaderos fabricantes, única alternativa para dejar de ser hambrientos consumidores de divisas, estimular las carroceras y las autopartista que son generadoras de cantidades considerables de empleos.

Por último, no es bueno ni útil socialmente, ni electoralmente criminalizar y despotricar de un sector trabajador, que ha preservado relaciones contractuales por muchos años, producto de luchas propias del ejercicio de la actividad sindical, y en tal sentido haber logrado conquistas y beneficios que son respaldados por los principios generales del derecho laboral, y que no deberían ser mal interpretados para depauperar y desprestigiar a los trabajadores automotrices.

La clase obrera unida jamás será vencida!
Los verdaderos mafiosos son los empresarios



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