Segundo recorrido por esta nueva realidad

(VIDEO) Un grupo de venezolanos relata cómo les afecta la cuarentena por COVID-19

Soledad y silencio en un urbanismo de Montalban III, Caracas

Soledad y silencio en un urbanismo de Montalban III, Caracas

Credito: aporrea tvi

La aparición del covid-19, acuñado así por el (acrónimo en inglés coronavirus disease 2019) es una enfermedad infecciosa ocasionada por el virus SARS-CoV-2, detectada por primera vez en Wuhan, capital de la provincia de Hubei de la República Popular China en el mes de diciembre de 2019, luego de esparcirse por el mundo, fue declarada como pandemia por la OMS el 11 de marzo de 2020.

Según la OMS, al 20 de abril, se han registrado más de 2,48 millones de casos de la enfermedad en más de 210 países y territorios en el mundo, con más de 170.000 muertes y 652.000 casos de personas recuperadas. Siendo EEUU el epicentro actual de la enfermedad con 810.276 personas contagiadas, 44.234 fallecidos y 73.923 recuperados, le sigue España con 204.178 afectados, 21.282 decesos y 82.514 recuperados e Italia con 183.957, fallecidos 24.268 y recuperados 51.600. En Venezuela se han detectado hasta ahora 285 casos con 10 fallecidos y 117 recuperados, según los reportes oficiales del país.

De acuerdo a registros históricos la palabra "cuarentena" proviene de Quaranta giorni del italiano que a su vez se origina en el latín Quadraginta, cuya traducción es cuatro veces 10, y que este período de aislamiento social se comenzó a usar a raíz de la aparición de la peste bubónica en Venecia, durante el siglo XIV, aunque más allá del término, en la biblia se mencionan casos de lepra hace 3400 años, en los cuales hubo casos de personas aisladas en cuevas y tapiadas para evadir los contagios. Así mismo Hipócrates y Galeno en el siglo V a.C. aconsejaban 'Cito, Longe, Tarde', queriendo decir 'vete rápido, vete lejos y tarda en regresar'.​

En los anales de la historia médica venezolana, el registro que se tiene de aislamiento social mas cercano fue el impuesto durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, en el año 1918, por la llegada de la gripe española, que a pesar de llevar ese nombre, surgió dentro de los EEUU, en el que Gómez mandó a suspender las clases, a cerrar las iglesias, prohibió todo tipo de evento, además de la resticción del tránsito, uso de los ferrocarriles y decretó la cuarentena sanitaria para evitar los contagios. Sin embargo a pesar de esas medidas, pereció por la epidemia el 1% de la población del país, unas 25.000 personas de los 2.500.000 habitantes que vivían en Venezuela para ese entonces. Se cuenta que una de las víctimas fue Alí Gómez, hijo del "Benemerito".

En el caso que nos amerita, la cuarentena actual que vivimos en conjunción con todo el planeta Tierra, se puede considerar que ha desencadenado en una especie de hermandad no buscada, una unión lograda por un virus desconocido que no discrimina, que nos lleva a las mismas preocupaciones, a las mismas angustias y cuitas, desde un rancho a una mansión. Donde hubo un freno al disfrute y consumismo exagerado, a la ida de restaurantes costosos, a los viajes, y al despliegue de lujo y boato que suelen mostrar los ricos y poderosos a través de las redes sociales. Este coronavirus se deslizó por nuestras vidas y nos colocó en una escena interminable, como si de repente estuviéramos sumergidos dentro de una película distópica de ciencia ficción, confinados a nuestros espacios en pleno siglo XXI, sometidos a la inamovilidad, al encierro, a la convivencia obligada por 7 días y 24 horas que nos plantea una nueva forma de vida llevada a niveles de incertidumbre, a un nuevo orden existencial que nos imposibilita escapar de las peleas cotidianas, de la oportunidad de dar una bocanada de un cigarrillo, de las conversaciones en grupo de la esquina, de las visitas a los amantes, del chisme y de las fiestas, de las protestas.

En el medio de colmenas urbanas, dentro de la soledad que les toca a algunos o al hacinamiento de familias numerosas en reducidos espacios, donde los balcones se convierten en escenarios de la presencia humana y sus necesidades gregarias de asomarse a través de estos para contemplar la vida mas allá de nosotros, y más allá de las paredes, del ruido, donde el ladrido de un perro o la repetición de las palabras de los loros, cantos de pájaros, el ruido de los niños, las algarabías, los cruces musicales de casa a casa, nos hace sentir menos nuestra soledad e indefensión en estos tiempos de cuarentena.

Dentro de este contexto, en el que se inposibilita salir a la calle, decidimos hacer nuestro segundo recorrido, a través de llamadas a diferentes personas para sondear un poco la realidad que sufrimos, ellos nos confiaron sus preocupaciones, angustias y tristezas en tiempos de cuarentena que comenzó con un estado de alerta el 14 de marzo para 7 estados, luego al crecer el número de infestados, se hizo el decreto de cuarentena colectiva y social por el presidente Maduro desde el día 17 del pasado mes de marzo.

Rosa Moya, 55 años, médico, Los Corales, La Guaira: Vive sola en un apartamento, se encuentra de reposo por una lesión en la rodilla, ella nos dice que a causa del tratamiento duerme mucho y como no puede estar mucho tiempo parada se distrae viendo televisión por cable. Para evitar la tristeza, dice que se sienta en el balcón a ver el mar, los alcatraces. Nos relató que por cierto ha visto a muchachos ir hacia mar adentro con gigantescas tripas (neumáticos) para ir a pescar. Rosa dice que se fortalece con la oración espiritual, que a pesar de estar sola, se encuentra bien, también se distrae acomodando sus matas. Nos dice que menos mal que existe Internet y la televisión. En cuanto a la situación económica, esto es lo que mas le preocupa y se hala de los pelos al ver que un cartón de huevos cuesta 500 000 bolívares lo mismo que ella percibe como salario. "Estar en cuarentena y sin real, eso es horrible" le pega mas lo económico que la misma cuarentena. Sin embargo dice que no se siente sola, que a pesar de todo se siente bien.

Daniel Sánchez, 41 años, trabajador independiente, Manzanares, Baruta: Vive solo en un apartamento. Nos refiere que se levanta a las 5:30 de la mañana, recoge agua, se baña. Para combatir la ansiedad hace ejercicios, pesas y abdominales, lleva en un cuadernos el control y número de ejercicios que hace, también escucha reggae para evitar "caer en estados de ánimo". Por otro lado dice que dedicarse a las plantas, que son sus hijas, le mitiga la depresión. Cocina y se alimenta con control, mide lo que come, para no excederse. En cuanto a la situación económica, confiesa que es muy grave,que han subido mucho los precios y encima la subida del dólar. "En mi caso, ahora no estoy produciendo, porque el mercadito de Baruta donde trabajo no está abriendo por la cuarentena. Yo estaba contento con mi trabajo, pero no estoy percibiendo dinero, el otro día pasé por el súper y vi el paquete de pasta a 60 mil, y al regresar a comprarlo, en menos de 24 horas ya estaba en 120 mil. Aquí donde vivo hay gente pasando necesidades y no todo el mundo tiene Internet para distraerse y estar al día. Ahora estamos esperando la caja, que por cierto, el Presidente no ha cumplido la promesa de entregarla cada 15 días, y está llegando solo una vez al mes, tampoco les llegan los combos ni los huevos. Hasta ahora los médicos no han pasado por donde vive y también dice que le gustaría que les facilitaran materiales para la higiene, guantes y tapabocas.

Adriana Martínez, 28 años, vendedora independiente, Charallave: Vive con su hermana su cuñado y su sobrina en un apartamento. Dice sentirse restringida, afligida, desanimada, para animarse, limpia la casa, arregla las matas, "siempre hay algo que hacer, hay que mantenerse ocupada, veo las noticias, pero hasta un límite, trato de no llenarme de tantas noticias, hay muchas noticias falsas. También hacemos juegos de mesa, jugamos ludo, dominó" indica Adriana que junto a su hermana venden plátanos en el mercado, por lo cual esta situación se torna muy difícil, por no tener ingresos, "no me alcanza el dinero, no se puede comprar ni alimentos ni medicina, que son las cosas mas básicas, siento que si entro por aquí se me cierra el camino y si voy para alla, sale lo de la gasolina. Aunque yo creo, no pongo en duda que vamos a salir de esta situación" concluye.

José Ledesma, 27 años, gerente, Chacao: Vive solo en un apartamento. En el caso de este joven gerente de una compañía de seguros, contesta que le afecta en su vida social, no poder salir con los amigos, no ir al cine. Confiesa que no le pega la soledad. Se entretiene viendo películas, series, juega poker por la Internet, no hace ejercicios porque está recién operado y por otro lado por el ritmo tan grande de trabajo que tenía, la cuarentena le ha servido de descanso, sin embargo ya comenzó a trabajar desde su casa por lo que tendrá mucho trabajo por delante, y como le gusta y está enfocado en lo que hace, esto no le permitirá aburrirse o sentirse solo. En relación a la situación económica, José nos dice que en su caso está ahorrando mas dinero porque no tiene que comer en la calle. No obstante, manifiesta que le preocupa la pequeña y mediana empresa, como van a hacer para subsistir, se pregunta Ledesma y vaticina que viene mucho desempleo y una gran recesión.

Marbelis Rada, 49 años, trabajadora independiente, José Gregorio Hernández, La Guaira: Ella habita con su madre y una hermana en una casa. "Yo creo que esto se va a extender mas y creo que hay mas casos, digo yo, mientras mas personas contagiadas, se va a propagar...no me gusta estar encerrada, no estoy trabajando, no estoy produciendo, no quiero depender de la familia" Ella es testigo de Jehová y dice que están esperando por unos alimentos que les van a proveer sus hermanos de religión. Manifiesta que no le gusta la situación económica, dice que lo que mas comen es lo que viene en la caja del Clap, que son granos, pasta y arroz y que casi no consumen proteínas. "la carne está en 650 mil bolívares y mi hermana no está trabajando, ¿hasta cuándo va a estar esto paralizado?" Dice que los combos de pollo y mortadela no han llegado a su barrio y mucho menos los huevos.

Dubraska Rivero, 66 años, abogada jubilada, San Juan, Caracas: Vive sola en un apartamento con tres gatas. Confiesa no sentirse triste ni sola, "menos mal que tengo tres gatas, ellas me acompañan, recomiendo que adopten una mascota para que no se sientan tan solos" Dice que no ha salido desde que anunciaron la cuarentena, desde el 14 de marzo, a pedido de su hijo, preocupado porque es hipertensa y por su edad que la hacen vulnerable al covid-19. "a mi me afecta porque me hace falta agarrar sol, estar con los árboles, hablar con la gente, pero me mantengo activa y me distraigo viendo novelas por la televisión, veo películas por You Tube, me meto por la Internet. Hago oficios de la casa, resuelvo crucigramas, leo novelas, cuentos, ahora estoy leyendo "El diente roto"; hablo con mis amigos y familia por teléfono, intercambio chistes y mensajes por Whatssap, hago oraciones, creo en Dios". A Dubraska le preocupa mucho la situación económica, "Los precios se disparan de un día para otro, la pensión es miserable, no alcanza para comprar nada, me preocupan los ancianos que se deben estar muriendo de hambre y siento mucho dolor por los buhoneros, sé que son un factor contaminante, pero están sin ingresos, dan ganas de llorar, desde mi balcón veo a un pobre muchacho que trata de vender esos combitos de cebolla, tomate, ají, el pobre...todos esos vendedores ambulantes no los dejan vender, pero ¿cómo hacen, qué le llevan a sus hijos? Es una realidad muy dura, aunque son muy abusadores, pero dan compasión, alguien tiene que auxiliarlos" finaliza Dubraska.

Fedora Arvelo, 61 años, diseñadora, El Caribe, La Guaira: Fedora vive en una casa con su hermana, dos perros y dos gatas. Ella reconoce tener temor por el coronavirus "me siento obstinada, encerrada, ansiosa, presa, preocupada. Me mantengo en estado de alerta. Cuando me estreso tejo, cocino y como. Basicamente trato de no ver noticias para no estresarme. En cuanto a la situación económica, no me veo afectada porque yo no percibo dinero de un salario, pero ese no es el caso de todos los venezolanos, en mi urbanización todo el mundo se queja.El gobierno tiene que hacer políticas mas eficientes para que le llegue alimentos a las mayorías. Los precios son una barbaridad, el comerciante sube un precio y él justifica su precio diciendo que a él se lo aumentan también. Yo culpo al gobierno 400% por todo lo que ocurre en el país, sin embargo me parece que con la cuarentena hicieron muy bien en trancar la zona y aquí en Vargas con los espacios clausurados, yo me siento mas protegida" concluyó Fedora.

César Henriquez, 64 años, sociólogo, Bello Monte: En cuanto a la cuarentena por el covid-19, refiere César Henriquez que son nuevos hábitos de higiene que no se tenían y que al principio pegan, pero que después se asumen. "Hay temor, a pesar de que te cuides da un margen de incertidumbre, porque no se sabe quién contagia a quién. No hay una sensación total de seguridad y pega la distancia que hay que mantener con los otros. En mi caso, a veces voy a ver a una vecina, una señora mayor que vive sola que tiene necesidades, pero ahora la llamo por teléfono y le entrego las cosas por la reja, por otro lado guardar la distancia social al comprar es un problema, sobre todo en negocios con poco espacio. La cuarentena es necesaria, pero es un problema por la desconfianza con el prójimo, eso choca con los valores de la izquierda, como la solidaridad, porque aquél que es individualista que disfruta su piscina le debe gustar eso, pero a uno le choca, así como pensar en el otro como escenario del horror y a mi como persona de izquierda me afecta el distanciameiento social.

También es altamente estresante estar informado, sobre todo a través de las redes sociales porque hay gente con posiciones polarizadas, extremas, y mandan cosas muy fuertes que a veces causan daño y descargan sobre uno, una cantidad de información muy negativa y no se pueden bloquear porque son amigos o familiares." Considera Henriquez que el país debería unirse, pero no en lo político, los sectores del gobierno y de la oposición deberían llegar a una especie de armisticio. En el caso de la oposición, cualquier errorcito lo magnifican, como pasó con el error que cometió la maestra durante una clase transmitida por el canal 8, donde dijo que "el Gury abastecía de agua a todo el país". Yo opino que el gobierno, en términos de la cuarentena, lo está haciendo muy bien, pero los afecta el sectarismo, a veces cuando se dirigen para hacer anuncios al país, pareciera que estuvieran en una sesión del Psuv y eso no es bueno ni para el país ni para ellos mismos.

En relación al la situación económica, es extremadamente mala porque estamos en una coyuntura que acentúa las debilidades de un sistema económico que está en crisis desde hace varias décadas, desde finales de los 70, que coincide con el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, que es cuando se contrae esa deuda económica que con Chávez y Maduro no ha dejado de crecer. El estado quedó embargado y por otro lado la debilidad de la moneda venezolana, que empezó en los años 80. En Venezuela se olvida a menudo que tenemos mas de 35 años con inflación de dos dígitos o mas. Durante el gobierno de Chávez tampoco se sembró el petróleo, se repartió la renta petrolera con mejor justicia social, pero no se reindustrializó el país no se conformó un sector agrícola con capacidad para proveernos de nuestros propios alimentos, además de una mala administración, desfalcos masivos (la locura de CADIVI, el mayor de todos) , un nulo desarrollo científico técnico, en el marco de un liderazgo carismático que unifica y entusiasma, en la misma medida que inhibe el debate y la crítica" fue mas que entrevista, un breve análisis lo que nos brindó César Henriquez sobre los tiempos de cuarentena en Venezuela.

Ya en Venezuela llevamos 35 días de cuarentena, y la situación pareciera que no avisora nada bien, al parecer se mantendrá por muchos días mas, lo que genera incertidumbre y ansiedad, como muchos de los entrevistados enunciaron en sus opiniones. Cuánto mas resistirá el pueblo venezolano, sobre todo los vendedores ambulantes, trabajadores independientes, las pequeñas y medianas empresas y todo aquél que vive al día, no sabemos, pero la hiperinflación no deja dormir tranquilos a la mayoría del pueblo venezolano, por lo que el gobierno debe hacer mayores esfuerzos para que todo el pueblo venezolano obligado a vivir en estas duras circunstancias, pueda tener una dieta digna que cubra todas las necesidades calóricas, mas alla de los carbohidratos que vienen en las cajas una vez al mes, necesita la ingesta de proteínas, hortalizas y frutas diariamente, así como lo promueven desde el canal 8 para poder combatir enfermedades y fortalecer el sistema inmunológico, porque el hambre y la desnutrición no esperan.

Silencio y soledad en uno de los urbanismos en Montalbán III

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