Omar Mora, Presidente del TSJ, promoverá sanción a los magistrados golpistas y revolución judicial

(Una periodista golpista del diario golpista El Universal entrevista al nuevo presidente del TSJ).

El Universal, 6 de febrero de 2005

Autores del fallo del 14-08-02 no merecen ocupar cargos

"Consejo Moral debe revisar actos de magistrados"

Según presidente del TSJ, llegó el momento de que "asuman su responsabilidad los magistrados que participaron en la conspiración que se materializó con la firma de la sentencia que libró a militares del 11A"

"Cómo es posible que un jurista firme una decisión o diga que aquí hubo vacío de poder, cuando ellos mismos fueron destituidos por el dictador Carmona. Porque no se puede llamar de otra manera a una persona que asume el poder, se juramenta a sí mismo y destituye a todos los poderes".
OMAR MORA.

IRMA ALVAREZ

Como "hombre frontal", "revolucionario de por vida" y "de izquierda hasta la muerte" se describe a sí mismo el nuevo presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Omar Mora Díaz, quien sin rodeos advierte que llegó el momento de que "asuman su responsabilidad los magistrados que participaron en la conspiración que se materializó con la firma de la lamentable sentencia que libró de juicio a los militares involucrados en el golpe de Estado de abril de 2002".

De brazos cruzados no se quedará y por eso asegura que el Consejo Moral Republicano "puede y debe" analizar el caso de seis de los 11 magistrados que votaron a favor del cuestionado dictamen y aún pertenecen al máximo juzgado del país, "para determinar si incurrieron en una falta grave cuando aprobaron esa sentencia perversa que fue publicada el 14 de agosto de 2002".

Estos seis magistrados que forman parte del alto tribunal son Antonio García García (Sala Constitucional), Pedro Rondón Haaz (Constitucional), Blanca Rosa Mármol de León (Penal), Hadel Mostafá Paolini (Político), Antonio Ramírez Jiménez (Civil) y Alfonso Valbuena (Social).

El titular de la Sala Social garantiza que no está dispuesto "a encabezar la reedición de la emergencia judicial", pues con su llegada al TSJ "comenzó la revolución judicial, que implicará una transformación radical de las estructuras para dejar en el pasado el viejo esquema clientelar judicial".

_Después de abril de 2002 comenzó el proceso contra cuatro militares. ¿Esperaba usted que el TSJ se dividiera en dos?

_Sí. Por las posiciones internas. Nosotros ya veíamos desde la reunión de Sala Plena que se efectuó el 12-04-02 que un grupo importante de magistrados estaban inclinados por la tesis de que aquí lo que hubo fue un vacío de poder y el otro grupo de magistrados estábamos claros: lo que sucedió fue un golpe de Estado. Es evidente que la conspiración llegó hasta el Tribunal Supremo.

_¿Y para usted la sentencia del 140802 es la materialización de esa conspiración?

_Correcto. Ese fallo que absolvió a golpistas es producto de una conspiración que trató de ocultar una verdad palmaria, con artificios leguleyos y siguiendo la tesis de la oposición política al presidente Chávez sobre vacío de poder.

_Entonces el grupo de 11 magistrados que votó a favor del objetado fallo se inclinó a favor de la tesis de la oposición.

_Cuando discutíamos en el TSJ parecía que estuviéramos en la Asamblea Nacional, donde se dio un debate político y había dos tesis: una sobre golpe de Estado y otra sobre vacío de poder que respaldaba la oposición. Once magistrados (dos suplentes entre ellos) apoyaron esta última.

_¿Es por eso que usted dijo en rueda de prensa que no merecen ser jueces quienes hablaron de vacío de poder?

_Yo digo que no puede ser que un juez que actúe en nombre de la soberanía popular viole la Constitución.

_¿Y los magistrados que votaron a favor del fallo del 140802 violaron la Constitución? _En mi opinión sí.

_¿El hecho de que el presidente del TSJ diga que estos magistrados violaron la Constitución y favorecieron a la oposición no permite concluir que cometieron una falta grave?

_Definitivamente esa sentencia es una barbaridad jurídica y los que la suscribieron deben asumir la responsabilidad. La Constitución establece el principio de responsabilidad que tenemos los magistrados en el ejercicio de funciones. Somos responsables civil, penal, administrativamente.

_Usted dijo que no merecen ser jueces quienes hablaron de vacío de poder

_Eso es correcto.

_Entonces no merece ser magistrado quien haya firmado la sentencia del 140802.

_Silencio.

_Si no merece ser juez quien haya hablado de vacío de poder ¿entonces no merece ser magistrado quién firmó la sentencia que habló de vacío de poder?

_Esa fue una sentencia perversa, que generó el clima de impunidad que se suscitó en el país con posterioridad y le causó un grave daño a la imagen de la República. Yo quedé sorprendido e indignado cuando leí esa decisión. Porque cómo es posible que un jurista firme una decisión o diga que aquí hubo "vacío de poder", cuando ellos mismos fueron destituidos por el dictador Carmona. Porque no se puede llamar de otra manera a una persona que asume el poder por la vía de los hechos, se juramenta a sí mismo y destituye al Presidente, Asamblea Nacional, magistrados, Poder Ciudadano. Cuesta entender cómo un jurista que se precie de tal vaya a poner en ridículo al país ante el mundo diciéndole que aquí no hubo golpe.

_¿Entonces merecen o no ser magistrados?

_No merecen ser magistrados, definitivamente.

_¿Usted solicitará la toma de medidas contra los magistrados que dictaron esa sentencia y que están todavía en el TSJ?

_Eso no depende de mí, sino del Poder Ciudadano. Si éste considera que un magistrado ha cometido una falta grave, debe actuar y solicitar la calificación de la falta grave a la Asamblea Nacional. Esta debe escuchar al magistrado y tomar una decisión. Es el Poder Ciudadano quien puede y debería revisar esa situación. Porque además, la sentencia fue ilegal. La Sala Plena no se constituyó adecuadamente.

_¿Por qué?

_Por la forma en que nos recusaron a Juan Rafael Perdomo y a mí y por la decisión de ambas recusaciones, que también fue parte de la conspiración. Querían sacarnos ex profeso del caso, a sabiendas de que por lo menos uno de los dos suplentes que vendrían votaría a favor de que no hubo golpe de Estado y así pasó. Está clarito: hubo toda una conspiración. El magistrado Antonio García, que decide nuestra recusación, actuó ilegalmente. El resolvió primero y simultáneamente otras recusaciones contra Iván Rincón y Franklin Arrieche. En ese momento perdió jurisdicción para actuar. El presidente del TSJ era el competente para decidir las recusaciones. Tenía que enviarle el expediente a Rincón. Pero se apartó del principio del juez natural y decidió contra nosotros.

_¿Si García actuó de forma ilegal, ese caso también debería ser estudiado por el CMR?

_Yo creo que sí, porque para mí él fue parte de una conspiración para sacar al doctor Perdomo y mi persona de esa Sala Plena y poder absolver a los golpistas.

_¿Por qué?

_La respuesta es obvia. Los conspiradores sabían que si la Sala Plena se constituía como debía ser, es decir, con los 20 magistrados titulares, no había posibilidad de dictar una sentencia absolutoria y a favor de los acusados por rebelión. Por lo menos hubiera habido empate: 10 a 10. Entonces, intencionalmente nos sacan del juego a Perdomo y a mí.

_Algún personaje político estaba detrás de esa conspiración.

_Sí. Creo que es público y notorio que Luis Miquilena tenía influencia en la composición del TSJ. Obviamente, a través de ciertos magistrados, operaba la influencia de sectores afectos a la conspiración. Recordemos que después de los sucesos del 11 de abril, el señor Miquilena dijo en público que el presidente Chávez se manchó las manos de sangre. El, hasta unos pocos meses atrás, había sido su ministro del Interior y Justicia.

_¿Algún magistrado colaboró con Miquilena?

_Franklin Arrieche (cercano a Miquilena) fue quien le pidió a Iván Rincón que pusiera su cargo a la orden, para facilitar las cosas, porque el ex ministro de Relaciones Exteriores Ignacio Arcaya iba a viajar a Washington para pedir que el TSJ continuara funcionando, entre otros. Juan Rafael Perdomo y yo le dijimos a Rincón: No pongas el cargo a la orden que esto es un golpe.

_¿Usted admite que es un revolucionario? ¿Va a llevar la revolución al TSJ?

_Sí. Comenzó la revolución judicial.

_¿Qué implica eso?

_Transformar el Poder Judicial de raíz.

_¿Con esas evaluaciones agresivas de las que habló?

_Correcto.

_¿En qué consistirán esas evaluaciones? ¿Quién las hará? ¿Estamos ante una reedición de la emergencia judicial?

_No quiero usar adjetivos repetitivos. Nosotros tenemos que ser más originales. Yo prefiero hablar de revolución judicial. El término revolución significa transformación radical de las estructuras. No podemos seguir conviviendo con el viejo esquema clientelar en materia judicial. Tenemos que desmontar de raíz ese viejo andamiaje medieval, para tener un Poder Judicial accesible para las mayorías, que privilegie los valores y fundamentos de una justicia transparente, imparcial, con rostro humano.

_¿Cómo hacerlo?

_Esa es una decisión que tenemos que tomar en Sala Plena. Allí propondré multiplicar el modelo exitoso de la jurisdicción laboral, que en este momento nos coloca a la vanguardia del mundo.

_¿Por dónde comenzar?

_Debemos comenzar evaluando tanto a los jueces y al personal de apoyo. Se actuará con mano dura, contra el descaro y quien no cumpla.

_¿Sólo contra quien no cumpla o también contra jueces por razones políticas?

_Este no podemos verlo como un problema político partidista, sino como problema de Estado. La inmensa mayoría de los venezolanos está pidiendo a gritos que construyamos por fin un Poder Judicial decente. Eso trasciende al Gobierno, es un problema de Estado. Trabajaremos para futuras generaciones.

_¿Cómo acometer el reto? Porque fracasó emergencia judicial. ¿Habrá una comisión?

_Creo que debemos nombrar una comisión de magistrados que se encargue de hacer una evaluación de la labor y actividad de los jueces. La inmensa mayoría de los jueces del país son probos y honestos. Estoy seguro de que van a pasar esta evaluación.

_Dijo que también que pondrá mano dura al personal

_Por supuesto.

_Se habla de que usted estaría dispuesto a tomar medidas contra todas las personas que hayan firmado a favor del referendo revocatorio o consultivo

_No. Firmar es la libertad política. Cada quien puede expresar libremente sus opiniones y nosotros no podemos sancionar a nadie porque tenga una opinión. Actuaremos contra la corrupción, la impunidad. Todo el país quiere un sistema de administración de justicia confiable, que no cobre una tarifa para obtener una sentencia favorable.

_¿No le preocupa que lo vinculen con Nicolás Maduro, sobre todo cuando él dijo que el nuevo presidente del TSJ tenía que ser un magistrado revolucionario como Omar Mora? ¿No compromete eso su imparcialidad?

_Yo creo que no. Ese discurso literalmente no lo escuché. Yo le tengo mucho aprecio y consideración al diputado Nicolás Maduro, porque ese es un luchador social que conozco desde joven y en tal sentido no tengo por qué ocultar los sentimientos de consideración y estima que yo tengo hacia él. Pero esto para nada compromete mi objetividad, mi imparcialidad como magistrado. Soy un hombre comprometido 100% con el proyecto constitucional.

_¿Y con el revolucionario?

_Con la Constitución.


De la lucha armada a la presidencia del alto juzgado

Omar Mora recuerda que llegó al Tribunal Supremo en 1999, por designación de la Asamblea Nacional Constituyente.

"No entregué currículum. No hice lobby, ni llamé a nadie para que me escogieran. Estaba en Margarita con mi familia, después del deslave, y cuando leo la prensa encuentro que me designaron magistrado. Luego supe que fui postulado por varios miembros de la Constituyente que conocían de mi trabajo como profesor universitario. Estuve por más de 25 años al servicio de la docencia universitaria. Conocían de mi posición en la lucha gremial y sabían de mi trayectoria de lucha en la búsqueda de un país mucho más justo".

Cuando llegó el momento de las ratificaciones, en la Asamblea Nacional le dieron un segundo espaldarazo. 132 votos obtuvo en el Parlamento. Esta fue la segunda votación más alta después de la obtenida por el ahora ex presidente del TSJ, Iván Rincón, quien logró 133.

"No sólo tuve apoyo de los partidos que respaldaban al presidente Chávez, sino de la oposición. Eso fue un honor".

Quien lo conoció como presidente de la Sala Social y ahora lo ve sentado en su nuevo despacho, también como presidente del máximo juzgado, no imagina que estuvo preso cuatro veces en la Digepol y tres en la PM, en los años 66 y 67. Hasta lo acusaron de colaborar con el frente guerrillero de Falcón. Asegura que a los 13 años "se unió a la lucha armada".

"Estuve hasta en Cachipo, un campamento antiguerrillero que estaba en Oriente. Yo militaba en la Juventud Comunista. Eran momentos difíciles para la lucha revolucionaria, porque estábamos en una situación de clandestinidad. Después me fui al PRV".

Luego de que este movimiento se desmoronara, asegura haber mantenido una posición de izquierda. "He sido de izquierda toda la vida y moriré como hombre de izquierda".

Recuerda su infancia y juventud en Casalta. Sus estudios de bachillerato los hizo en el liceo Andrés Eloy Blanco, en Catia. Es abogado egresado de la UCV. A su esposa y mano derecha en el TSJ, Marisol Centeno, la conoció cuando tenía 17 años. De esta unión nacieron cuatro hijos: Fidel Ernesto (por Fidel Castro y el Che Guevara), Omar Alfredo (como su papá), Pavel Ilich (por personaje de la novela La Madre, de Máximo Gorki y por Lenín) y Luis Alberto. _IA


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