Desde el 26 de julio y hasta el próximo 1º de agosto, integrantes de tres entidades que componen la Comisión Ética de la Memoria de Crímenes de Lesa Humanidad están en Colombia para recoger los testimonios del pueblo del país sobre los crímenes contra los derechos humanos de que son víctimas. Creada en 2006, después que el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado concluyera que la Ley 975 y la Comisión Nacional de Reconciliación y Reparación (CNRR) son una mentira que mantienen la impunidad, la Comisión trabaja para que los crímenes no caigan en el olvido y sean reparados.

El intelectual y cogestor del Forum Social Mundial, Francois Houtart, las representantes del Observatorio de la Escuela de las Américas, Liz Deligio y Charity Reyson y un delegado del MST (Movimiento Sin Tierra) de Brasil participan del Encuentro de Víctimas de Organizaciones Sociales, en Bogotá. Los integrantes de la Comisión de Ética prestan especial atención a las mesas sectoriales de afro-descendientes e indígenas.

La Comisión visitará a las comunidades afro-descendientes de Curvaradó, Jiguamiandó, Cacarica y Norte del Chocó para escuchar sus denuncias de violencia institucional y para-institucional, además de conocer sus iniciativas de reparación y de afirmación de la dignidad. Los habitantes de esas comunidades sufrieron más de 200 crímenes de Lesa Humanidad, además de 17 desalojos forzados, apropiación ilegal de tierras y de la semilla de banana y palma africana. Los grupos paramilitares están en las tierras de las comunidades extrayendo minerales y realizando proyectos de agro-negocios como la palma y la banana. Los paramilitares también continúan amenazando de muerte a la población.

Con el pueblo indígena Kankuamo, los integrantes de la comisión escucharán los testimonios de los más de 300 crímenes cometidos contra la comunidad. Los indígenas quieren mostrar la sistematicidad de los mismos y la articulación de dicha criminalidad con el desarrollo de obras de infraestructura sobre el río Guatapurí. Cerca de 30 indígenas Kankuamos fueron amenazados, en la última semana, en Valledupar. En la comunidad indígena, Houtart, Deligio, Reyson y el integrante del MST participarán de un ritual de la Memoria y de Transferencia de la Palabra en un lugar sagrado en la población de Cota (Cundinamarca): este es un ritual de compromiso con la vida y el esclarecimiento de la verdad.

Después, ellos viajarán hacia Bajo Atrato Chocoano, donde acompañarán a las familias mestizas y afro-descendientes de las Zonas Humanitarias y de las Zonas de Biodiversidad del Territorio Colectivo de Curvaradó y Jiguamiandó, durante la realización de acciones de reivindicación de la tierra y de recuperación de la Biodiversidad ante la implementación del agronegocio de la planta de aceite.

La Comisión de Ética sigue de cerca la elaboración de diagnósticos sobre las violaciones sistemáticas de derechos humanos, interpretados como Crímenes de Lesa Humanidad, sus efectos integrales, sus responsables y beneficiarios. Y también viabiliza la reconstrucción de la historia de las víctimas. El resultado de los trabajos de la Comisión es presentado parcialmente a través de informes.

El informe final, con pruebas y testimonios, sólo será entregado a una Comisión de la Verdad, cuando Colombia esté en un proceso auténticamente democrático.

Para la Comisión de Ética, el trabajo que ellos desarrollan es un espacio de construcción de alternativas para la vida y para la democracia en un tiempo de "mentiras, en que los agresores se legitiman como héroes, las víctimas son responsabilizadas de las acciones criminales, la entidad judicial actúa como convidado de piedra ante las versiones cantinflescas y que intentan justificar las estructuras criminales, y se perpetúa una broma macabra que simula justicia".