Washington, 15 ago (PL) El aspirante a la nominación republicana para los comicios presidenciales de 2008, Rudolph Giuliani, promete hoy mano dura contra la inmigración ilegal en Estados Unidos, un ejemplo de lo cambiante que resulta el discurso político en el país.
El tema de los indocumentados ocupa ahora un espacio destacado en la agenda de los contendientes tanto republicanos como demócratas.
Recientemente Mitt Romney, otro de los favoritos del partido en el gobierno, acusó a Giuliani de apoyar la inmigración indocumentada y de haber convertido a Nueva York en una ciudad santuario cuando se desempeñaba como alcalde.
Esas declaraciones fueron realizadas en Iowa, un estado conservador y vital en las primarias presidenciales.
Resulta que ahora los candidatos varían su mensaje de acuerdo a sus intereses electorales.
El propio Romney, acusado de utilizar el trabajo de guatemaltecos indocumentados, apoyaba el plan de reforma propuesto por el senador John McCain en 2005.
Entonces opinaba que el plan para otorgar un camino a la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados era una propuesta razonable.
Mientras, Giuliani opinaba en 1994 que algunas de las personas más trabajadoras y productivas de Nueva York eran indocumentadas. "Si usted viene aquí y trabaja duro, y no tiene documentos, usted es el tipo de persona que queremos en esta ciudad", decía.
Al valorar la posición de los republicanos contra los inmigrantes indocumentados, de los cuales cerca de 12 millones viven en Estados Unidos, el diario La Opinión plantea que los candidatos no van a dudar en pasar por encima de millones de familias.
La víspera, en Carolina del Sur, Giuliani prometió parar el flujo de la inmigración ilegal en Estados Unidos al evaluar de cerca a los viajeros y reforzar las fronteras.
El tema migratorio dará mucho dolores de cabeza a los aspirantes a dirigir al país, pues tanto demócratas como republicanos están obligados a lanzar un mensaje que satisfaga a conservadores y liberales.