Hoy se cumplen 67 años del artero ataque contra León Trotsky en Coyoacán, México, que al día siguiente provocaría la muerte del gran revolucionario ruso. Ejecutado por un agente de Stalin, mató físicamente al continuador de Lenin, pero no pudo liquidar sus ideas y acciones que aún permanencen vivas en la memoria y el alma del proletariado mundial.
A propósito de este aniversario, el ministerio del Trabajo ha organizado un acto al cual han invitado al nieto de Trotsky, Esteban Volkov, al dirigente peruano Ricardo Napurí y a la cubana Celia Hart, en tal sentido, entrevistamos a Orlando Chirino, experimentado militante trotskista, en medio de los avatares del conflicto de los empleados públicos que luchan por el derecho a la contratación colectiva.
“En primer término, quiero saludar la presencia en el país de Esteban Volkov, Ricardo Napurí y Celia Hart, que seguramente pondrán en evidencia el papel nefasto del stalinismo como gran organizador de derrotas, como dijera en alguna ocasión Trotsky, y su rol en la liquidación física del revolucionario ruso. Sin embargo, es bueno aclarar algunas cosas, ya que muchos activistas y militantes jóvenes que se asoman por primera vez a la lucha social y política, y se inician en el conocimiento del legado de Trotsky, pueden caer en confusión al ver a un Ministro del Trabajo que está al servicio del capital y la burocracia, identificarse como “trotskista”, e invitar a un acto en homenaje a Trotsky. Definitivamente, Trotsky fue un revolucionario íntegramente ligado a las luchas de los trabajadores del mundo, contra la dominación capitalista, mientras que
el ministro José Ramón Rivero no tiene nada que ver con el trotskismo, por el contrario, es un enemigo de los trabajadores, y por esa razón no tiene nada en común con el legado de Trotsky”.
¿En concreto, a qué te refieres?
“El trotskismo, como corriente continuadora hoy del marxismo-leninismo, no sólo es teoría, también es acción e intervención en la lucha de clases en apoyo a las luchas obreras y populares, como mecanismo para la conformación de un gobierno de los trabajadores y el pueblo que inicie el tránsito al socialismo. El ministro del Trabajo está muy lejos de esto, por ejemplo, hoy, un grupo de dirigentes sindicales de base del sector público tienen, desde la semana pasada, tomadas las instalaciones del Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social, buscando llamar la atención del Ministro, para que reciba el proyecto de Convención Colectiva Marco de la Administración Pública Nacional que lleva más de dos años vencida, el 80 % de los empleados y obreros ganan salario mínimo, mientras la inflación galopa sin detenerse. Sin embargo, hasta ahora, lo que han logrado es que se les corte la electricidad, no se les deje pasar alimentos y un cordón de policías antimotines como ejemplo de “poder popular” ejecutado por dicho ministro. En la discusión de la Convención Colectiva de los trabajadores petroleros, el gobierno por intermedio de este ministro le da alas a una nueva mezcla sindical burocrática, con representantes de la IV y de la V. Este híbrido, satisface los intereses de las empresas mixtas petroleras convenidas entre el gobierno y las trasnacionales, liquidando la participación de los trabajadores y sus líderes reales quienes han combatido al lado del proceso revolucionario en contra de los golpistas patronales, el imperialismo y los burócratas de la CTV. La discusión de la Convención avanza a paso de morrocoy, siendo una caja negra donde los trabajadores no saben nada. El ministro del Trabajo está más preocupado por desarrollar la política de diálogo y conciliación con los patronos que resolver los problemas de los trabajadores. Un ejemplo de esto, es la relación cordial que mantiene con el patrón Pocaterra, quien es un golpista y delincuente, que violentó todos los derechos laborales de los trabajadores de Sanitarios Maracay. La propuesta del ministro para los trabajadores es que abandonen la empresa y esperen que el patrón les cancele las prestaciones, es decir que abandonen y traicionen la lucha por su estabilidad laboral. Pero, además por intermediación del ministro se le conseguirá un préstamo al patrón de esta empresa. Las Inspectorías del Trabajo, bajo la dirección del ministro, facilitan el incumplimiento de los patronos de las Leyes Laborales y las Convenciones Colectivas. Las Inspectorías son vivos ejemplos de las marañas jurídicas, que se tejen, para impedir la organización de los trabajadores convirtiéndolos en carne de cañón de los patronos.”
¿Y en conclusión que le dirías a los jóvenes activistas obreras y populares?
José Ramón Rivero, ha mostrado una conducta deliberada y sostenida de destrucción de la UNETE y las organizaciones sindicales de base, privilegiando a los burócratas sindicales y favoreciendo la conciliación con los patronos. Por lo que no debe existir confusión, entre los nuevos cuadros políticos y sindicales. Las evidencias demuestran que no existe nada en común entre el legado de Trotsky y un ministro cuya política diaria termina favoreciendo al capitalismo, aún cuando se vista de rojo trotskista.