En cualquier lugar y todos los días vemos a hombres y mujeres enfurecidos, asombrados; y se oyen reclamos, palabras subidas de tono en casi todos los establecimientos comerciales, en lo cuales lo que se ha hecho, y pretenden seguir haciendo es especular, especular, especular... en cada compra o intento de ello. ¡¡¡ Y que rabia da!!
Lo insólito es que esto ocurra en un país cuyo presidente ha ratificado su liderazgo sobre el 70% de la población al cabo de diez elecciones, donde sus opositores políticos están casi diezmados. Un Presidente que arremete contra los especuladores. Recientemente, durante un “Aló Presidente”, les llamó “plus escuálidos” facilitó redes telefónicas para denunciarlos y aseguró que “de ninguna manera los vamos a aceptar”.
Por eso no puede entenderse , y menos aceptar, que quienes ostenten la posibilidad de proveernos bienes y servicios, gracias a la licencia que les otorga el Estado, la utilicen descaradamente en especular para multiplicar sus ganancias desorbitadas.
Ni seguir admitiendo que la estrategia desestabilizadora del sector privado, que incide notablemente en la inflación, sea financiada con dólares y bolívares del Estado. Se aspira a decisiones contundentes, que demuestren la aplicación de la Ley en todo su rigor.
Y se fortalezca de una vez el control directo del Estado que enfrente a la especulación financiera en todos sus circuitos, y la sociedad organizada, active mecanismos de contraloría que paren el abuso del comerciante, más bien delincuente que se enriquece evade normas y se aprovecha casi siempre de necesidades esenciales de la población.
Ya no era posible tolerar que a pesar de las decenas de toneladas diarias de alimentos que coloca el gobierno por debajo del precio de mercado y las toneladas que a su vez importan los empresarios con dólares preferenciales, la especulación también siga desatada.
No obstante el derecho al reclamo por la descarada especulación que nos acosa en casi todos los terrenos, incluidos a los seguidores de los expertos “hambreadores” nacionales y norteños, es propicio el tema para aplicar la conseja del Presidente Chávez de repasar y comparar para ganarle a la canalla mediática en su propio terreno.
Así recordaremos en la historia de la Cuarta República, aquella “liberación de productos” durante gobierno de Luis Herrera que ocasionó al país una gigantesca inflación, que fue campo abierto para los especuladores, subió el costo de la vida , se bajaron los sueldos, y aumentó la deuda externa e interna que venía engordando desde los gobiernos que le precedieron y continuó con los que siguieron ….
En cambio compare usted hoy: tenemos acceso a productos regulados, aumento de sueldo mínimo cada año; los jubilados disfrutan excelentes niveles de bienestar, y el país soberanamente libre de la deuda eterna léase: F.M. I
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