La intervención del banco Federal que certeramente hiciera el Gobierno Revolucionario como consecuencia de los hechos delictivos a gran escala, representa una oportunidad, no solo para demostrar que los grandes capitalistas válidamente imputados, sin importarles el daño social o colectivo que causan, no tienen escrúpulos a la hora de manejar los cálculos para cuantificar sus malévolas ganancias, siendo esta acción gubernamental bien vista por la colectividad como una fórmula que propende a adecentar la actividad financiera en Venezuela, para que realmente permita cooperar en la intermediación comercial con sentido de justicia social(ista).
Los anteriores dueños, después de engañar con alevosía gravísima a buena parte de los ahorristas, seguro contaron con la complacencia de más de un vividor de oportunidades, quienes creyendo a ciegas o con los ojos bien abiertos, se prestaron a participar en los ofertados negocios pensando que se trataba de una operación a la especie de banco suizo, que les generaría dividendos sin control de ningún tipo, razón por lo cual, sin molestarse en preguntar sobre la solvencia, sobre todo moral de los que se presentaban como dueños del banco, que les garantizare los ahorros, de allí es que vemos a empresarios, políticos y mas, con mucho real, que participaban en la legitimación de los negocios de los Nelson Mezerhane y su combo, sin ningún tapujo.
El gobierno, responsablemente, pensando en los ahorristas que realmente fueron engañados, dispuso asumir la devolución de las cantidades de bolívares hasta por la cantidad de 50.000 Bs. en efectivo, mientras que los tenían mas, muchos sin explicar la procedencia debida de sus recursos, no les queda otra que esperar la negociación de los bienes recuperados.
Ahora, estos negociantes legitimadores, al ver la seriedad gubernamental, seguro se presentarán ante Fondo de Garantía de Depósito y Protección Bancaria, la Fiscalía del Ministerio Público o la Vicepresidencia, como mansos corderitos para aparentar ser víctimas inocentes y tratando de pasar desapercibidos en sus verdaderas intensiones de participar en los negocios sucios emprendidos por los estafadores mayores, pretendiendo utilizar lo que es costumbre en ellos (padrinos y palancas) después de ser igualmente acérrimos detractores de la Revolución Bolivariana, quieren que les regresen “sus reales”.
Pienso que tanto la Fiscalía, FOGADE como la Vicepresidencia, deben combinarse de nuevo para pedir explicación a los altos ahorristas del Federal para que justifiquen sus capitales, porque allí podría haber cualquier cantidad de dinero en efectivo y en bienes provenientes de otros negocios turbios.
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