Como lo ha señalado el Presidente de la República, son tiempos de REVISIÓN, RECTIFICACIÓN y de REIMPULSO de la Revolución Bolivariana. Partiendo de este principio rector para nuestras acciones, es necesario ubicar la mirada en un aspecto que no puede pasar desapercibido en el estado Mérida. Recientemente entrevisté al secretario general del Partido Comunista de Venezuela en esta entidad andina, al legislador Joaquín Uzcátegui y me informó una serie de hechos sobre el Trolebus que son para tomar palco y quedar estupefactos. En Caracas usted quiere generar un caos, propiciar una conspiración al ejecutivo nacional, municipal o estimular un estadillo social, sólo basta con paralizar al metro de punta a punta; este aspecto, que para algunos puede parecer aislado o lejano a nuestra realidad merideña, debe tomarse seriamente en cuenta si asumimos que todo lo que afecta al pueblo, para bien o para mal, puede ser usado por los factores de derecha en contra del proceso bolivariano. Según las denuncias expuestas por este diputado en el Trolebús de Mérida lo que impera es la ineficiencia, el maltrato a los trabajadores y la quinta columna muy bien mimetizada de chavista la cual es manejada por el Movimiento 13 de la Universidad de los Andes.
El secretario general en el estado Mérida del PCV denunció además públicamente en Mundial Los Andes 1.040 AM, que en una reunión convocada por el presidente del Trolebus, ingeniero Miguel Ángel Rojas Uribe, este ciudadano les confesó a los integrantes del Partido Comunista y a los otros asistentes “que él era amigo de William Dávila”. Ahora bien, a esta alturas de la denuncia y partiendo de los hechos de conspiración que se ejecutan día a día en nuestro país para derrotarnos en el 2010 pregunto yo ¿Cómo es posible que el presidente del Trolebus, el máximo representante en la región de un transporte que moviliza diariamente a 15 mil personas esté en manos de alguien que no tiene estupor en afirmar que es amigo de un adeco que le ha hecho tanto daño a los merideños y merideñas? La política tiene sus límites y los consensos y pactos sociales no pueden ser establecidos con quienes día a día afilan su daga para acertárnosla cuando las circunstancias resalten alguna debilidad nuestra. Más allá de este hecho, el cual debe llamar la atención a la dirigencia del PSUV y al resto de las fuerzas que apoyan al presidente Chávez en la región, durante el programa de radio el secretario de actas del Sindicato Socialista del Trolebus, señor Jesús Contreras, resaltó que este servicio público de trasporte está al borde de “un cierre técnico”; también señaló que muchas unidades del trole están siendo desmanteladas para reparar las pocas que están funcionando en Mérida; unido a estos clamores y denuncias, la vocera del consejo comunal “Trigal Martinica”, del municipio Campo Elías, señora Isabel García, manifestó que sólo funcionan 16 unidades de transporte de 46 que según ella deberían existir en el sistema Trolebus. En fin, más que hacer leña del árbol caído o por caerse, el sentido de este artículo amigos lectores es hacer las respectivas críticas a tiempo con el propósito de aplicar los correctivos necesarios y poder de esta manera retomar el rumbo que por algunas imprecisiones, avaricias, falta de olfato político y coherencia ideológica se haya perdido.
Las acciones emprendidas por los actores y grupos que conspiran en Mérida contra el Presidente Chávez no deben ser subestimadas por minúsculas e inofensivas que parezcan a simple vista. A estas alturas no podemos decir ni asumir que hay enemigos pequeños e inocuos; en una región tan volátil políticamente como esta, en un estado donde hasta el gobernador del Táchira da directrices a la derecha estudiantil de la ULA para afinar sus estrategias de golpes de Estado; no podemos dejar que la mala gestión y el desatino se conviertan en un acicate más para este proceso que se prepara y debe conquistar por la vía de la paz, los votos y el apoyo popular la elección presidencial del 2012. Lo del Trolebus debe ser investigado al calor de los consejos comunales y de la mirada del ejecutivo regional y nacional; nada que afecte la cotidianidad del socialismo de nuestro pueblo debe quedar por ahí como un cabo suelto a la buena de dios o a la voluntad de alguien que por causas del destino recuerde que esta región proporciona un caudal importante de votos a la Revolución Bolivariana; esos votos, que seguro se pierden cada vez que alguien no ve cumplidas sus expectativas como usuario del Trolebus.
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